Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 27 de septiembre de 2015

El tesoro de Lanaja

La leyenda nos cuenta que tanto un importante tesoro como un imponente toro de oro se ocultan bajo el suelo de la Ermita de San Sebastián en Lanaja.
La ermita está edificada sobre las ruinas del antiguo castillo musulmán. Castillo que casualmente se llamaba Castillo de Montoro. ¿ Qué bonitas son las casualidades, verdad ?
O quizás no existan, claro. Vaya usted a saber...

Iglesia y ermita de Lanaja. Antiguo castillo
El tesoro junto con el toro, se encuentran en un pasadizo subterraneo dentro del enclave de cuevas de la localidad. Se saben dos cosas.
La primera que el tesoro es cuantioso en monedas de oro y joyas. Y la segunda, que el toro de oro aprisiona en su interior el espíritu de una doncella morica encantada.
Cuando Lanaja fue conquistada por las tropas cristianas por segunda vez se sabe que uno de los señores que entró al castillo tenía conocimiento tanto de la belleza de la princesa mora como de sus conocimientos en artes mágicas, pues la bella princesa conocía dos sortilegios que tan solo podría usar en caso de extrema necesidad.

La espectacular belleza de las moricas aragonesas
El guerrero halló a la princesa rezando en la mezquita y ésta, con un cofre de oro bajo el brazo, se adentró en los pasadizos subterráneos del castillo.
El soldado cristiano la persiguió en la oscuridad animado tanto por la belleza de la muchacha como por la belleza del cofre lleno de oro que la princesa trataba de ocultar.
Tras varios recobecos y mucha insistencia, el soldado logró arrinconar a la princesa y ella, sin pensárselo dos veces utilizó el primer sortilegio que guardaba para un caso de necesidad como el que acontecía.
Pronunció unas mágicas palabras en un idioma incomprensible para el soldado y de inmediato se transformó en un inmenso toro negro.

Oro y más oro
La formidable princesa-toro, acometió contra el desdichado soldado quien girando sobre sí mismo y sin ninguna gana ya de conquistar a la muchacha ni de tomar el cofre, escapó raudo hacia la superficie mas la desdichada princesa ya no podía reconvertirse en mujer pues así lo dictaba el poderoso hechizo.
La muchacha quedó atrapada por siempre en el laberinto subterráneo y sus mugidos se escuchaban tras las paredes de la fortaleza.
Un día, uno de los señores del castillo decidió entrar a buscar el tesoro y atrapar al formidable toro de los pasadizos. La princesa-toro no tardó en verse acorralada por varios enemigos y sin dudarlo, conjuró el segundo hechizo. El hechizo que la convertiría en un toro de oro macizo con el fin de que no la atraparan con vida.
Tan solo uno de los soldados salió con vida de los pasadizos pues estos comenzaron a derrumbarse sepultando bajo tierra los cuerpos de los soldados cristianos, el tesoro y el maravilloso toro de oro.

El magnífico toro de oro

domingo, 20 de septiembre de 2015

La Tía Casca de Trasmoz

  "Con sus greñas blancuznas, su formas extravagantes, 
su cuerpo encorvado y sus brazos disformes, 
que se destacaban angulosos y oscuros 
 sobre el fondo de fuego del horizonte"
Gustavo Adolfo Bécquer 

La tía Casca vivió en Trasmoz durante el siglo XIX y su historia y leyenda, continúa aterrando a más de alguno.
Los poderes de la vieja venían atrvés de un unto cuya receta secreta se había transmitido de generación en generación.
La Tía Casca procedía de una estirpe de brujas maléficas que vivía en la localidad desde los tiempos de los moros. La bruja hablaba latín y otras lenguas desconocidas sin haber ido a la escuela, podía envenenar las aguas del rio para matar a los anuimales y emponzoñar la hierba, podía volar y echar el mal de ojo a niños y mayores. Disfrutaba sacando a los niños de la, cama para azotarlos sin que sus padres ni tan siquiera pudieran despertarse.
Los vecinos no podían seguir con esta situación.

La bruja de Trasmoz

Aún rememorada en una calleja de la localidad
Fue acusada por los vecinos de echadora de malde ojo, de emponzoñadora y nigromante y de tener hechizados a todos los vecinos del lugar.
Estos mismos la persiguieron para lincharla y detrás del castillo del municipio, la despeñaron por un barranco acabando con ella para siempre.
Para siempre ?
No.
Los vecinos de la localidad le comentaron al, mismo Bécquer lo siguiente:

"El espíritu herrante de la bruja se ocupa en perseguir a los infelices pastores que se arriesgan en salir por esa parte del monte, ya hacien do ruido entre las matas como si fuese un lobo, ya dando gemidos lastimeros como de criatura o bien acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca alos que van por el borde, les clava su mirada de ojos  de búho y cuando el vértigo comienza a desvanecer su cabeza, da un gran salto, los agarra por los pies y los despeña barranco abajo"

Trasmoz. Con el imponente y mágico Moncayo al fondo
El terror a las brujas en Trasmoz ha permanecido hasta nuestros días pues recién muerta linchada popularmente la Tía Casca, los mismos vecinos el pueblo, sabían que en realidad no habían terminado con el problema:

  ¡Toma, toma! Mataron a una; pero como que son una familia entera y verdadera, que desde hace siglos vienen heredando el unto de unas en otras, se acabó con una tía Casca, pero que su hermana, y cuando se acaben con ésta, que acabarán también, le sucederá su hija, que aún es moza, y ya dicen que tiene sus puntos de hechicera"

martes, 15 de septiembre de 2015

El homúnculo del alquimista de la Corte de Zaragoza

"Coge tres partes de limaduras de plata, tritúralas con una parte de mercurio 
hasta que resulte de ello una materia pastosa. 
Cuécelo a fuego lento con una mezcla de vinagre y sal.
 Sublímalo todo".
Arnau de Vilanova

Están bien documentadas en el archivo del Reino de Mallorca, las cuentas y gastos que el Rey Juan I de Aragón loquidaba al afamado alquimista  Jaume Lustrach.
Lustrach trabajó durante largo tiempo para el monarca. Tenía su laboratorio en el Castillo de Bellver (residencia veraniega de ladrones, 600 años después).
A la muerte de este monarca su hermano y sucesor Martín I "El humano" recurrió a los servicios del sabio alquimista y se lo trajo a la Corte de Zaragoza disponiéndole un laboratorio en una de las torres del Palacio de la Aljafería.

Legendario e imponente Palacio de la Aljafería. En Zaragoza

Jaume trabajó duro para este monarca y el Rey Martín estuvo realmente contento con él. Poco sabemos de los experimentos de Lustrach pero se dice que uno de los más increibles fue la fabricación de un homúnculo.
Un diminuto ser artificial.
La creación alquímica del homúnculo se realiza atrvés de un complicado ritual para el que se precisa materia orgánica del creador ( sangre o semen ) junto con algún trozo de piel, arcilla, raices, cenizas y agua de manantial.
El resultado es un clon del creador. Con vida propia pero completamente unido a los sentimientos y estado de ánimo de su "padre".

Alquimista y homúnculo...

...padre e hijo.
La criatura acompañó a Lustrach en todo momento aunque sin salir jamás del laboratorio.
Se cree que Jaume Lustrach comenzó a adquirir fama de brujo. Se decía que pactaba con el diablo, que era capaz de dar vida a formas inertes mediante conjuros demoníacos.
El Rey Martín conocedor de la naturaleza alquímica de Lustrach no quiso hacerle daño alguno pero en tiempos tan duros como la edad media, para terminar con todas las habladurías, lo expulsó de la corte.
Jamás se volvió a saber del homúnculo
Corría el año 1400.

La obra alquímica

jueves, 10 de septiembre de 2015

Toros de oro enterrados en Aragón

Hay una larga tradición aragonesa que es la de los moros que no pudieron huir con sus tesoros y los enterraron con la esperanza de reconquistar el territorio y volver para desenterrarlos.
Y aunque esa tradición realmente podemos hallarla en toda nuestra península ibérica, nunca mejor dicho, en toda nuestra "piel de toro", la particularidad del oro de muchos musulmanes que huyeron de Aragón es que lo fundieron y lo transformaron... en toros de oro.


Legendario toro de oro
Estas leyendas nos hablan sobre estos toros áureos que permanecen ocultos desde la Edad Media. 
¿ Y mira que los han buscado, eh ? 
Porqué además estos tesoros se sitúan en lugares muy concretos y estudiados.
Sin ir más lejos, en la provincia de Huesca podemos encontrar estos tesoros en Lanaja, en Belsué y en Ayerbe. Y en Teruel, se sabe que cerca de la localidad de Griegos, exactamente en la conocida "Muela de San Juan" a casi 2000 metros de altitud, exixtió una ciudad que, conquistada por los ejércitos musulmanes terminó desapareciendo.
Se cree que antes de la conquista de los moros, el señor de la ciudad escondió un toro de oro que era adorado por los habitantes primitivos desde hacía siglos.
Cuando el encargado de enterrar el toro en un lugar del bosque volvía a la ciudad, desgraciadamente alcanzado por una flecha enemiga murió sin explicar a nadie dónde se encontraba el paradero del toro de oro. Una vieja bruja, echó una maldición o más bien una profecía allí mismo.
El toro jamás se encontraría hasta que la ciudad fuese de nuevo reconstruida y habitada, cosa que no ha sucedido jamás.
Valdría la pena ir a vivir un par de familias a ver si aparece el tesoro, verdad ?

La Muela de San Juan en Griegos

En Ayerbe es bien sabido que el toro de oro está oculto en lo alto del cerro al lado de la ermita de San Miguel. Bajo las ruinas del castillo conocido popularmente como "Os Muros"
 Y en Belsué se sabe que el tesoro está enterrado en la llamada "Cueva del Toro" mas no han logrado encontrarlo jamás.

La cueva del Toro en Belsué
 En el caso de Ayerbe, el castillo estaba habitado por los ejércitos musulmanes pero ante la inminente llegada de los guerreros cristianos, siempre ávidos de sangre y oro, los árabes decidieros hacer una gigantesca hoguera en el patio del castillo y fundir en ella todo el oro del que disponían, que se cree era una increible fortuna y con todo el oro fundido fabricaron un inmenso toro de oro que enterraron bajo la fortaleza de "Os Muros".
Se ha llegado a dar el caso de adivinos y radiestesistas que dijeron que el toro se encontraba enterrado bajo el aljibe del castillo y se llegaron a desplegar medios para excavar a más de 25 metros de profundidad sin embargo como todos esperamos... el toro no apareció.

Indicador. Hacia el tesoro, por aquí

Restos de la fortaleza de "Os Muros"









viernes, 4 de septiembre de 2015

El diablo en los Puertos de Beceite

No hace muchos años, a comienzos del pasado siglo XX, en los bosques cercanos a la localidad de Beceite conocidos como "Los Puertos" (lugar de poder desde tiempos remotos), se contó la historia de la aparición del diablo en un camino rural.
Un campesino volvía de recoger frutos secos y estaba comenzando a anochecer.
Volvía el hombre por la senda marcada ya con el farol encendido y más adelante vio que un encapuchado iba siguiendo la senda en su m,isma dirección. Unoa diez metros más delante de él.
El campesino, de buena fé se aproximó a la extraña figura pues tampoco era tan raro encontrarse a un encapuchado pues lo cierto es que en esa época ya comenzaba a refrescar.
"Hombre de dios, cómo se le ocurre salir sin ningún tipo de lumbre por estos parajes", le dijo el labriego al encapuchado sin obtener ningún tipo de respuesta de este.
"Yo bajo al pueblo, si usted quiere puede acompañarme hasta allí"
El encapuchado seguía sin decir nada y a nuestro testigo comenzaba a helársele la sangre.
Cuando estaban llegando al pueblo, a menos de un kilómetro se escucharon las campanas de la iglesia dar la hora y el misterioso acompañante, con voz cavernosa le dijo a nuestro amigo.
"Se te ha hecho tarde Fermín, se te ha hecho muy tarde"

Los parajes de Los Puertos, aunque de espectacular belleza a la luz del día, no dejan de ser tétricos al caer la oscuridad
El campesino, realmente muy asustado y casi al borde del soponcio le preguntó al misterioso personaje:
"Quién eres tú. De qué me conoces!"
A lo que el misterioso acompañante respondió:
"Ya sabes tú quién soy, ya. Y he venido a buscarte y a llevarte conmigo"
-"Ay Señor Jesús!" - exclamó nuestro amigo aferrándose al crucifijo que llevaba colgado al cuello y el misterioso encapuchado fue retrocediendo y perdiéndose en la oscuridad.
Fermín siempre pensó que aquel misterioso personaje era el mismo demonio.
Nunca se supo nada más.

El Diablo. Amigo de presentarse a almas inocentes en la noche de los bosques aragoneses