domingo, 25 de septiembre de 2016

El diaple. Anécdotas y puentes


Es bien sabido que la figura del diaple en Aragón ha aparecido desde su existencia. En ocasiones burlado y en otras no tanto. En el siglo XIX las leyendas sobre el diaple comienzan a proliferar y nos encontramos las de Biescas, San Felices, Escartín, Ainsa, Yebra de basa...
Vamos hoy, con algunas de ellas menos conocidas...

El Diaple
El Diaple en Acumer

En la aldea de Acumer, actualmente depoblada, había un diaple que tenía un esclavo.
Era más bien un mediador.. Era el señor de la llamada "Casa Dámaso".
Por toda la zona, el recuerdo diabólico de estas leyendas a perdurado hasta nuestros días.
Hay datación en el año 1898 de un vecino de Asún que hizo un pacto con el diaple tras firmar con sangre un ejemplar de el "Libro de San Cipriano" o simplemente "El Libret"
De esta guisa, este vecino de Asún se hizo bastante rico y acambio, además de venderle su alma al diaple, se convertía en su intermediario en todo el valle.
Se dice que el diablo tuvo tanto "trabajo" y tanta "clientela" por aquella zona que aún se dice:

"El Serrablo, tierra del Diablo"


Despoblado de Acumer


Puentes diabólicos

También nos aparece el diablo construyendo un puente en la localidad de Fuencalderas. El famoso "Puente del diablo"
También en Mediano tenemos un "Puente del diablo" junto a la presa el pantano. Cuando está bajo el nivel del agua, podemos ver asomar la torre del campanario y un viejo esconjuradero.
Se dice que el diaple era gustoso e actuar en el poblado y no paró hasta que consiguió anegarlo completamente. Al poco tiempo, construyó el puente en una sola noche, para poder seguir entrando al pueblo sin mojarse.

Iglesia y esconjuradero de mediano con el nivel de agua bajo

Aquí ya ha llovido más

Puente del diablo



domingo, 18 de septiembre de 2016

El Monte Perdido



También es muy curiosa la toponimia de esta montaña, ¿ verdad ?
El caso es que la leyenda cuenta que hace miles de años, un pastor se encontró con peregrino en las montañas.
Este le pidió ayuda pues estaba extraviado, hambriento, muy sediento y enfermo.
Hacía mucho frio y comenzaba a nevar y el pastor era buen conocedor de la zona no obstante y como ya podemos suponer… no le ayudó.
Lo dejó allí en el monte y el peregrino murió a los pocos días.
Cayó sobre el pastor una terrible maldición.
Los espíritus de la montaña lo maldijeron con toda la ira que les fue posible.
Lo condenaron a vagar perdido por aquellas montañas para siempre, hasta que muriera. Pero eso no era lo peor porque su muerte no iba a ser una muerte como la del común de los hombres.
El pastor estuvo vagando perdido durante años.
Jamás encontró la vuelta a casa. Jamás volvió a ver a su familia ni a ser humano alguno. Jamás volvió a encontrar en su camino una población habitada y por fin, cuando llegó su hora, poco a poco se fue convirtiendo en una montaña y allí quedó para siempre.
El Monte Perdido.

Macizo del Monte Perdido

Se cuenta del monte perdido que sobre él, entre las nubes, está el palacio mágico del bruxon Atland.
A Atland se le conocía como “El viejo de las cumbres” o “El encantador” .
Atland construyó un impresionante palacio sobre las nubes del Monte Perdido.
Un palacio construido con aire, fuego y tierra.
Con agua y con humo. Con roca, lluvia y viento.
Con lágrimas, con palabras, música y pétalos de flores blancas.
Muy pocos han podido ver el palacio pues solo los elegidos con el don de la segunda visión pueden verlo. Y de esos pocos, muy pocos son los que han podido describirlo pues se cree que el lenguaje de los seres humanos, no tiene palabras para poder describir un espectáculo de tal belleza.
Tan solo a lomos de un caballo alado o de un dragón se podía penetrar en el palacio y fueron por consiguiente los pocos que pudieron conseguirlo para por supuesto, además no regresar nunca jamás.
Una de las versiones sobre la muerte de Atland ( o Asland, en otras historias ), nos dice que el gigante Aneto, con la ayuda de tres encantarías, lanzó una flecha hacia el cielo con tal fuerza, que atravesó a Atland y lo mató.
Se dice que en los días claros, en lo alto, mirando hacia las nubes, hay unos pocos elegidos que pueden ver los brillos de cristal y oro del palacio mágico.

Palacio mágico de Atland

domingo, 11 de septiembre de 2016

La sierra de Guara


¿ Habéis reparado en alguna ocasión en las extrañas formaciones y caprichosas figuras que tiene la sierra de Guara ?
Los montes que conforman esta sierra, no eran otra cosa que...  gigantes.
Estos gigantes aragoneses que convertidos en piedra se transformaron en las maravillosas montañas que tenemos en nuestro preciado Pirineo.
Cuenta la leyenda que el viejo Gabardón tenía dos hijas.
Las muchachas eran Gabardiella y Gabarda.
Gabarda se marchó a vivir a la zona de Monegros, zona muy verde y boscosa en aquellos tiempos, mientras tanto Gabardiella se enamoró perdidamente de Gratal.
Gratal era un monte muy arisco y testarudo y al viejo Gabardón todo sea dicho, no le gustaba nada.

De camino a Gratal...

...aquí lo tenemos !

No quería ni oír hablar de los amoríos de la joven Gabardiella con Gratal y pidió ayuda a su amigo Guara.
Guara era el más fuerte de todos los montes y se encargó de vigilar a  Gabardiella para que no se acercara a Gratal.
Una noche, Guara encontró juntos a Gabardiella y a Gratal y de un solo golpe, los separó, originándose de este modo el rio Flúmen, que separa ambas montañas.

Encajonamiento del Flumen separando las dos peñas y quedando estas enfrentadas

Nunca jamás volvieron a unirse las dos montañas pero dice la leyenda, el mito aragonés, que Gratal, enfurecido atacó una noche a Guara mientras éste dormía.
Desde algunas zonas puede apreciarse la silueta desde entonces de lo que se denomina “El hombre muerto de Guara”
La cabeza no es otro que el pico Fraginete.
El pecho del difunto es el mismísimo pico de Guara y las rodillas se corresponden a la zona denominada “Cabezón de Guara”

"El hombre muerto" de Guara


domingo, 4 de septiembre de 2016

La Brecha y el Salto de Roldán



Mientras que por la zona del bajo Aragón podemos seguir las huellas del Cid, en la zona norte aragonesa es al sobrino de Carlomagno, Rolando el héroe, que dejó su impronta en nuestro mitos y leyendas en Aragón.
Rolando es derrotado en la batalla de Roncesvalles y huyendo, es perseguido por las tropas vasconas.
Roldán en Rocesvalles

Rolando era un guerrero sin igual, su fuerza y valor en el campo de batalla no tenían parangón y los vascones no podían permitir que escapara con vida y mandaron a toda la tropa tras él.
Rolando herido como estaba no tenía ya casi fuerzas para cabalgar, y su caballo también malherido tras un lance del combate, cae muerto de cansancio.
Rolando continúa a pie el camino. Cojeando. Ya muy despacio y con las tropas vasconas pisándole los talones.

Estatua conmemorativa de la muerte de Roldán y su caballo

El héroe, deseoso de morir en su querida Francia, no se vio con las fuerzas suficientes para hacer los pocos kilómetros que quedaban y decidió que al menos su espada sagrada, Durandal no cayese en manos enemigas y de esta manera no quedada ultrajada.
Haciendo acopio de las pocas fuerzas que le quedaban, Rolando lanzó su espada hacia Francia con tal fuerza y potencia que partió un trozo de la montaña de un solo tajo y se perdió en el infinito del horizonte.
Rolando, asomado a la brecha pudo morir contemplando su patria por última vez.
Los sarracenos huyeron tras esta proeza dejando allí el cadáver del héroe.

La brecha de Roldán

También podemos encontrar cerca de Huesca, el denominado  “Salto de Roldán”.
Las dos montañas que separa el salto son las peñas de Amán y San Miguel conocidas también como castillos de Sen y Men y el rio Flúmen, serpentea bajo ellas.
Roldán (sobrino del Roldán de la canción, del de la “Brecha de Roldán”), era perseguido al igual que su tio, aunque en esta ocasión por los ejércitos musulmanes, y él decidió que no iban a atraparle.  Seguro de sí mismo, comenzó a forzar a su caballo a galopar montaña arriba. No había escapatoria posible y los musulmanes sonreían satisfechos al ver que Roldán se dirigía directamente hacia el imponente acantilado.
No hubo sangre cristiana derramada aquella mañana, pues ante los atónitos ojos de los sarracenos, el caballo de Roldan de un potente salto, salvó la distancia que separaba las dos peñas consiguió llegar al otro extremo, estampando sus huellas, todavía visibles según algunos, sobre la peña de San Miguel. y siguió galopando.
También se cuenta que durante el maravilloso salto sobre el cortado del Flumen, el caballo Veillantif debido al miedo, hizo caer sus excrementos al río. Éstos fueron transportados al Isuela, y los pasó por los diferentes rios, el Cinca, el Segre, al Ebro y, por fin, al mar, que los arrastró hasta el norte de África. Allí, en la costa donde quedaron aquellos excrementos, nacieron tres hermosas flores de tres colores distintos: una blanca, otra negra y morada la última. Una yegua que por allí se las comió y  poco tiempo después, dio a luz tres potrillos, cada uno del color de una de las flores, y que al crecer se dijo que fueron tan veloces como el viento del desierto del Sáhara.


Salto de Roldán visto desde el castillo de Montearagón