Nos cuenta la leyenda que en la población de Tormón en
Teruel, el comendador Don Gil Álvarez del Espejo fue requerido por el Rey Pedro
IV para que le enviase tropas en su guerra “de los Pedros”
Don Gil se negó, y no envió ni uno solo de sus soldados para
ayudar al Rey.
Corría el año 1365.
Pedro de Aragón y Pedro de Castilla |
El Rey se enfadó mucho con Don Gil y dirigió sus tropas
hacia Tormón con motivo de quitar a Don Gil de su cargo inmediatamente y
colocar a otro personaje más… “dócil”
Las huestes de Pedro IV llegaron incluso a sitiar el
castillo pero no lograron entrar en él y el Rey, comenzaba a perder la
paciencia por tal atrevimiento.
El 24 de Marzo del año 1366, un caballero de la población,
un traidor, rebeló a los ejércitos enemigos el modo de entrar en la localidad,
que no era otro que mediante un pasaje secreto que unía la iglesia con una
cueva cercaba a la localidad.
Por supuesto que el castillo quedó incautado, Don Gil fue
hecho cautivo y se nombró un nuevo comendador para la población.
Lo poco que queda del legendario castillo de Tormón |
Pocos años después y por un despiste del mismo en una
conversación de taberna, el traidor fue encontrado.
Los propios vecinos del pueblo, lo ataron, lo colocaron en
un poste en la calle de la iglesia y le prendieron fuego, matándolo vivo.
Es desde entonces cuando en la población se viene haciendo
el ritual de “quemar a Judas”.
Pues bien es sabido que nadie quiere a los traidores.
Los muñecos arden en las fiestas populares |