domingo, 15 de noviembre de 2015

La casa del duende de Zaragoza



El caso del duende de Zaragoza o “El duende de la Hornilla” como le bautizaron los medios de comunicación, es uno de los “expedientes x” más importantes no de Aragón ni de España si no probablemente del mundo.
Hubo quién dijo que el caso tenía más pinta de ser una invocación a algún espíritu o incluso un fenómeno poltergeist ( tan parecido al fenómeno duende ) pero como “duende” fue la primera palabra que les vino a los vecinos… con duende se quedó. No olvidemos que la etimología de “duende” es “señor de la casa”, “dueño de la casa”.
Era el año 1934. Una noche unas sonoras e infernales carcajadas estallaban en los rellanos del inmueble del número 2 de la Calle Gascón de Gotor en Zaragoza.
Los vecinos, completamente sobresaltados abandonaban sus camas y salían a los rellanos para comprobar que, por supuesto, por allí no había nadie. Las risotadas fueron diluyéndose poco a poco y en un par de minutos habían ya desaparecido por completo. Todos regresaron a sus camas y en unas horas se olvidó el asunto al no dar con el bromista.
Durante las noches siguientes, algunos extraños ruidos se oían en la escalera a altas horas pero ya se escuchaban algo lejanos y los vecinos no le dieron importancia.
Daba igual. El fenómeno acababa de empezar.
La leyenda comenzaba a forjarse.

Duende. No hay que fiarse de ellos...

Llegó a haber harina “El duende”, pastillas contra la tos, de la casa “El duende”, chiclés de marca “El duende”… el fenómeno comenzaría a cobrar vida propia.
Finales de la segunda República española. Lo cierto es que era una época realmente delicada para este tipo de sucesos.
Revueltas en Asturias, impresionantes huelgas en Zaragoza con la ciudad completamente paralizada durante nada menos que treinta y cuatro días, la guerra civil cerca de llegar, atentados anarco-sindicalistas contra las comisarías de policía… y fue en ese momento delicado, cuando el bautizado como “duende”, hizo aparición.

Tremendísimas huelgas en Zaragoza

En la calle Gascón de Gotor, sobre el café-bar Sport, en el segundo piso del moderno y lujoso edificio, lo insólito, hacía acto de presencia.
La casa, habitada por Antonio Palazón y su familia era de nueva y relativamente reciente construcción.
Los Palazón eran una familia acomodada. Con buena posición, y al no poder resistir la presión de las voces del duende de la hornilla es cuando se marchan de la casa.
Es entonces cuando la familia del piso de arriba, del tercer piso, los Grijalba, deciden por motivos que nunca se conocieron, bajar a vivir a la casa desocupada por los Palazón. A la casa del duende.

La casa. En Gascón de Gotor

El 23 de Noviembre, aparecía en el diario La Vanguardia:



Ruidos sospechosos.
En la casa número 2 de la Calla Gascón de Gotor han hecho aparición estos sonidos con todo el aparato  de ayer.
Ruido de cadenas, etc…
Durante la última madrugada una señorita vecina de la casa sufría un desmayo y en todos los inquilinos produjo el hecho gran inquietud.
Avisados los de asalto, bastó su presencia en la casa para que desaparecieran los duendes.




Esta es la primera nota, el primer documento oficial que tenemos, sobre el inicio de los fenómenos. Es de reseñar que se nombran por vez primera la palabra “duende”.
Fijaos, un mes atrás de los hechos de la hornilla, ya habían ocurrido una serie de manifestaciones paranormales en el edificio.
Sin comerlo ni beberlo, algo que había comenzado en una de las zonas comunes de la vivienda, en los rellanos, se transporta al interior de uno de los pisos.
Todo comienza con la sirvienta de la casa escuchando unos extraños quejidos que provenían del interior del fogón de la cocinilla de carbón.
A ella le parece que una voz que la llama por su nombre, está saliendo del interior del hornillo.
Pascuala… Pascuala…
Ella se acerca a la cocina. Asustada.
Y en ese momento una tremenda carcajada surge, ahora sí, sin lugar a dudas, del interior del fogón.
Pascuala sigue sin creerse del todo lo que está ocurriendo.
La joven Pascuala, cierra el paso del humo y rasca un poco con un palo y en ese mismo momento…  se oye un quejido.
Ay… Ay… ¡ Que me haces daño !
La noticia parece que se propaga y el 25 de Noviembre, El diario de Huesca publica en titular:

Continúan padeciéndose registros cada vez más minuciosos en busca del origen de dicha voz

La familia Palazón al comprobar que los hechos no eran inventados por la joven criada de dieciséis años Pascuala Alcocer, lo primero que hicieron fue informar a las autoridades competentes.
La propia voz exclamaba llamando a la dueña de la casa:
 “María, corre ven”.
La dueña de la casa y la criada de dieciséis años pedían auxilio por las ventanas de la casa. Estaban más que asustadas
 y los fenómenos… no habían ni empezado.
Las actuaciones del duende iban creciendo y los vecinos del inmueble, completamente asustados, y sabedores de que no había ningún fraude, decidieron llamar a la policía.
Entre los días 20 y 23 de Noviembre de 1934 los agentes de policía de Zaragoza realizaron exhaustivos registros en el inmueble y en los colindantes.
Jamás encontraron nada.
La muchedumbre se reunía los pies del edificio y gente de fuera de Zaragoza llegaba a nuestra ciudad pidiendo saber algo de tal prodigio.

Cientos de personas se apelotonaban ante la puerta de la casa



Los reporteros del Diario de Huesca vuelven a parlamentar del caso y comentan:
Ayer volvió a hablar, ocasionando desmayos y sustos.
Continúan practicándose registros cada vez más minuciosos en busca del origen de la voz.
Continúa apasionando grandemente el caso del duende de la casa de Zaragoza, frente a cuyo edificio siguen formándose pequeños grupos  que van comentando las contestaciones a cada cual más ocurrente que el duende da a las preguntas que se le hacen.
Hoy por la mañana volvió a causar extraordinaria curiosidad la noticia de que el duende había vuelto a hablar.
Esta mañana en primera hora, una señorita llamada Trini, que vive en uno de los pisos superiores, picada su curiosidad, bajó a la casa del duende y con gran miedo, llegó hasta el lugar de la cocina donde se oye la misteriosa voz.
Tan pronto como dicha señorita se aproximó a la hornilla se oyeron las siguientes palabras:
“¡Hola Trini, hola”
Otra señora, se aproximó a la cocinilla y roció con agua bendita el sitio por donde salía la misteriosa voz.
Por si era un alma en pena.
La voz surgió de nuevo y en esta ocasión dijo:
“No soy hombre ni mujer”
La infeliz señora huyó como alma que lleva el diablo y los inquilinos del piso lo han abandonado de momento.
Por su parte la policía ha hecho un detallado resumen de sus investigaciones, de las que ha hecho entrega al juzgado. Desde ese mismo momento, el juzgado ha comenzado a investigar para esclarecer los hechos.

 

El todopoderoso periódico británico “The Times” lanzaba la historia al mundo entero y el 27 de Septiembre, en pleno apogeo de los fenómenos tiraba a la calle:
Un irónico duende, que habla por la campana de una chimenea, tiene sobresaltados estos días a los habitantes de Zaragoza, los cuales se afanan de dar con la pista de la misteriosa voz. Un arquitecto y varios obreros han sido requeridos para trabajar sobre el terreno: han removido todo el piso e incluso han levantado el tejado,
pero los trabajos han sido totalmente infructuosos. La policía trabaja activamente. No se ha podido impedir que
grupos estacionados frente a la casa se destacasen varias personas y se lanzaran al techo, presas de gran alteración nerviosa, para buscar al duende. La policía se ha visto obligada a desalojar varias veces la puerta de la casa.
El comisario jefe de vigilancia. Pérez, solicitó al juez Pablo de Palos que se hiciera cargo del caso. El letrado ordenó
un rastreo y la vigilancia permanente del edificio, aparte de organizar una comisión médica para investigar este episodio. Los doctores Penella Murt y Rost Ojer serían los encargados de identificar a los presuntos responsables
del extraño fenómeno.

Llegó a levantarse el suelo de la cocina buscando algún mecanismo oculto que hiciese posible la voz del misterioso duende pero por supuesto, nada se halló.
La comisión médica dictaminó sobre la criada:
No descubrimos en ella fabulaciones ni tendencia a la mentira ni simulación.

Alejada la muchacha de la cocina, continúan dejándose oír la voz. No podemos probar siquiera que se trate de una histérica, ni tampoco de una médium. Tanto la policía como los fontaneros, electricistas y albañiles han hecho diversas inspecciones, no habiendo encontrado instalación alguna que conduzca a la voz fantasmal.
La muchacha se alejaba de la cocina y la voz seguía manifestándose con diferentes estados de ánimos,
dependiendo del día.
En una ocasión, al salir todo el mundo de la cocina apagando la luz tras ellos, la voz del duende manifestó.
¡ Luz ! ¡ Luz, que no veo !
O la primera vez que llegó la policía a la casa:
Vaya, ya están aquí los guardias
Estamos hablando ya no de una voz, sino de una entidad que veía lo que allí ocurría.
Como cuando le preguntaron los dueños de la casa:
-¿Cuántos somos?
Y el duende contestó:
- Sois trece.
-Pues no, que te has equivocado, que somos doce.
-He dicho que sois trece.
Exactamente. Se habían olvidado de contar al nieto pequeño que se hallaba en un carrito.
Eran trece.
Algunas mañanas el duende saludaba a los presentes en la cocina con un escueto:
¡ Buenos días camaradas.

Salud, camaradas.

Ya estoy aquí !


En una ocasión, un grupo de oficiales del cuerpo Nacional de Policía estaba trabajando en el caso y la voz les increpó con una de sus frases predilectas, pues la usaba a diario:
Cobardes. Ya estoy aquí. ¡ Cobardes !
Uno de los agentes llegó a entablar incluso una pequeña conversación con el duende:
-¿Quién eres?, ¿Por qué haces esto?, ¿Quieres dinero?
-No.
-¿Quieres trabajo?
-No.
-¿Qué quieres hombre?
-Nada. No soy hombre.
Dicho esto, el duende ya no volvió a responder a ninguna de las preguntas del oficial.
Se había cansado de jugar… por ahora.

El misterioso duende era capaz tanto  de increpar a las autoridades...

...como a la sirvienta !

El asunto fue literalmente cerrado por las autoridades políticas de la época. Ya era demasiado el revuelo que se había organizado con el tema y había que acallarlo. Poco más tarde ocurriría algo similar en el caso de “Las caras de Belmez”.
Otero Mireli, gobernador civil de Zaragoza, emitía el siguiente comunicado y daba carpetazo al asunto sin haber averiguado absolutamente nada:
Son ya muchos los días que se está tratando la cuestión del duende, sin que se haya puesto la menor dificultad a
la exposición de las más variadas noticias y comentarios, que no han tenido otra virtualidad que la de colocar a
Zaragoza en un plan de actualidad, no sabemos si beneficioso o perjudicial.
Al objeto, pues, de evitar ridículos y situaciones poco gratas, creo que será prudente y necesario silenciar el asunto
hasta que la policía descubra al que, con sus espaciadas monosílabas frases, ha llegado a atraer la atención del país
y tal vez preocupar a algunas personas. Confío en que muy pronto hemos de conocer al “chusco” y que así desaparecerá
 la infundada inquietud que este hecho haya podido despertar, y por ello ruego a la prensa atienda mi indicación.  


El Diario de Huesca volvía a sacar un nuevo capítulo casa día a día y decía así:
Ayer noche, un estudiante de medicina se disfrazó de fantasma causando la consiguiente algazara y juerga.
Las misteriosas voces que se oyen en la cocina fueron la causa de la “juerguecita”.
Zaragoza es objeto de todos los comentarios, pues el suceso misterioso que tiene aterrorizados a los inquilinos de Gascón de Gotor, no parece tener solución.
¿ Será una patraña que ha arraigado hondamente en el ánimo de muchos ?
Lo que realmente resulta cierto es que la voz misteriosa, sigue percibiéndose día a día saliendo del tubo de la cocina económica del segundo derecha de la casa.
Se han dado perfecta cuenta del suceso policías, guardas de seguridad y obreros.
Anteayer, el juez ordenó a los obreros que midieran la cañería, y la voz dijo:
“No se molesten. Tiene 15 centímetros”
En todo el día de ayer, la casa permaneció vigilada.

Los ciudadanos, seguían agolpándose en la puerta
El 24 de Noviembre ya se ha convertido el hecho en un auténtico fenómeno social y aparecen unos estudiantes en la azotea del edificio disfrazados con unas sábanas a modo de fantasmas.
Las burlas hacia las fuerzas del orden y su incapacidad para resolver el misterio comenzaban a hacerse patentes.
La cosa no acaba bien, pues los misteriosos ensabanados son detenidos y multados con 50 pesetas de la época para cada uno. Un desastre.
El Heraldo de Aragón, el Diario de Huesca, La Vanguardia, el ABC y muchos más se hacían eco en sus páginas de los sucesos.
Las noticias iban desfilando una tras otra en las planas de todos estos rotativos y la cantidad de información y desinformación que se facilitaba al público era inmensa.
El duende seguía reivindicando su  presencia con frases auténticamente bizarras como
¡ Aquí estoy ! ¡ Voy, voy !



El 26 de Noviembre, hay quien comentó que una médium llamada Asunción Giménez, moría en una sesión de espiritismo clandestina en la casa o cerca de ella, pero es muy incierto. Esta información entra en la posición de “leyenda urbana”
El 27 de Noviembre el Diario de Huesca volvía a publicar:
Las autoridades competentes han tomado medidas para evitar las grandes aglomeraciones que en las cercanías del edificio se suceden a diario.
Está terminantemente prohibido la entrada al edificio a toda persona que no viva en él.
Esto obedece a que hay infinidad de personas que han llegado hasta la casa ofreciendo fuertes cantidades de dinero para poder llegar hasta la cocina donde se desarrollan los acontecimientos.

 

Todo tipo de pruebas para intentar desenmascarar lo que las altas esferas deseaban que fuese un fraude iban fracasando una tras otra y el duende seguía burlándose de todo el que entraba en la cocina.
El edificio llegó a ser desalojado y la voz del duende, seguía allí.
El mítico periodista de Heraldo de Aragón, Ruiz Castillo llega a sobornar al guardia que está en la puerta del edificio y logra entrar haciéndose pasar por psiquiatra.
Videntes y todo tipo de personalidades comienzan a llegar a Zaragoza desde los lugares más insospechados.
Se empieza a hablar incluso de lo que se denominó “la maldición de la casa del duende” pues tres afamados médicos que se dirigían a ella para investigar sufren un grave accidente cuando estaban llegando al mismo, quedando los tres gravemente heridos.
El mismo 27 de Noviembre en el diario La Voz, el periodista Esteban Salazar Chapela comienza a hablar de lo que él denominó “duendistas” y “antiduendistas”. La gente comenzaba a discutir y posicionarse ante el caso y a estas alturas las increíbles aglomeraciones en la puerta del edificio eran tremendas.
Se llegaba incluso a publicar un libro llamado “El fantasma de Zaragoza”
 El 28 de Noviembre un albañil se disponía a picar en la pared de la cocina y la voz del duende volvía a aparecer increpándole:
Como piques aquí, me traslado a tu casa.
El albañil abandonó las herramientas y huyó despavorido. Muchos años después, las herramientas aún estaban en el ático de la casa.
El alcance mediático del caso del duende era tal que incluso en el Nostre Teatre de Valencia, se estrenaba la obra llamada “El duende de Zaragoza”

  
Tanto el famoso...

...libro de el duende...

...como la obra de teatro, cobraron gran repercusión
La policía colocaba al niño de la casa frente al hornillo junto con un magnetofón `pues parece que el duende tenía inclinación por jugar a las adivinanzas con él.
Artutito Grijalba, comentaba en una ocasión a su padre:
“Vámonos papa, que este es un chalao”, refiriéndose al duende y la voz, rápidamente le increpaba desde dentro de la hornilla:
Chalao no, pequeño...


El día a día del suceso seguía siendo informando desde El diario de Huesca.
28 de Noviembre:
El duende de Zaragoza, según dicen, de un momento a otro va a ser detenido.
Esta mañana a primera hora, el señor Palazón y su familia, han desalojado la casa definitivamente recogiendo todos sus muebles.

Abandonaban la casa. Pascuala Alcocer se marcha a su pueblo con su madre y en el preciso momento de la marcha, desde la hornilla, el duende pregunta:
¿ Porqué se llevan los muebles ?

¿ A dónde van ?

¡ Allá voy yo también !
El duende amenazaba en marcharse junto con los Palazón y desde mismo momento dos policías vigilaban la hornilla día y noche.
Una noche, ya con la casa vacía y desalojada, a las dos de la madrugada y con dos agentes de la policía vigilando, la voz del duende volvió a salir.
Ahora sí que, con el edificio desalojado por completo, el bar cerrado, nadie en la azotea ni en el sótano, Pascuala en su pueblo, los Palazón en su pueblo…
Ya no había explicación posible.
El duende seguía increpando a los policías:
¡ Cobardes, ya estoy aquí !

¡ Cobardes !
Al día siguiente al presentarse el juez en la cocina junto con varios agentes más el duende vuelve a aparecer y le amonesta:
¡ Madre mía, pero no sabe este señor que existen maquinillas de afeitar ?
Efectivamente, el juez era portador de un esplendoroso mostacho.
El duende recibía miles de cartas de amor, tenía club de fans. El fenómeno era algo realmente increíble.
El prestigioso Doctor Royo Villanova enviaba una carta a la prensa en la cual comentaba haber recibido en su consulta a un paciente que confesaba ser el duende de Zaragoza.
Hasta este punto llegaban los fenómenos.
El personaje reivindicaba la autoría de los misteriosos hechos y decía que realizaba experiencias de ventriloquía desde una habitación próxima a la de la cocina de los Palazón.
El hombre dice que solo quería llamar la atención de la gente y poder anunciar una conocida marca.
El individuo era un estudiante de medicina… realmente con poca credibilidad.
 
Los planos de la casa... no desvelaban nada


Las estafetas de correos se llenaban día a día de cartas dirigidas al duende llegadas desde cualquier punto del mundo.
Llegaron a recibirse casi doce mil cartas para el duende.
El duende recibía desde cartas de amor, hasta cartas pidiéndole favores o pidiéndole la intercesión en algún asunto como si de un santo se tratase.
El mismo 27 de Noviembre, una carta era publicada en el ABC. Una misiva firmada por el prestigioso periodista y escritor Wenceslao Fernández Flórez.
Estaba dirigida al duende y decía así:
Al duende de Zaragoza:
Ha hecho usted muy bien señor duende, en decidirse a aparecer ahora.
En este tiempo abominablemente prosaico. Y no me explico cómo la asociación de escritores se demora tanto en enviarle un mensaje de gratitud.
Todas las preocupaciones de nuestra época son de un desdichado carácter positivo y corremos el riesgo de que se nos atrofie la fantasía.
El más bello de cuantos dones nos han sido concedidos.
Yo le comprendo y le respeto a usted, señor duende.
Mejor que otros. Adivino que estará divirtiéndose insensatamente en esa casita zaragozana, entre esos guardias que en el fondo creen en usted.
Pero aún así… ¿ no le parece a usted que no vale la pena ?
He leído que habla usted como un loro.
Horas y horas y que a veces se pasa la tarde cantando. No es que esté mal pero… demasiado trabajo.
¿ Y para qué ? Cualquier cupletista canta, señor duende. Y probablemente mejor que usted.
Concluirán por no hacerle caso o acabará usted por aburrirse de dialogar sin reposo con dos guardias que no tienen nada que decir y un médico obstinado en desprestigiarle.
Si usted me lo permite señor duende, le diré que su ocupación actual no es muy seria.
¿ Porqué no hace usted otra cosa ?
Voy a tener la audacia de proponerle una labor mucho más acorde con sus habilidades, en la que usted disfrutaría mucho más y le cubriría de gloria ante los ojos de los españoles.
Puesto que no tiene nada que hacer, venga por las tardes al congreso de los Diputados.
Refugiado en su invisibilidad…¡ cuántas graciosas verdades podrá allí decir a todo el mundo !
Los políticos no lo intentan pues su parcialidad no se lo permite.
Los periodista, tropezamos con la censura, que defiende celosamente a los ministros, una y otra vez.
Al pueblo, no le es dado hablar allí.
Pero usted… Si usted se decidiese… Qué deliciosos comentarios podría usted hacer sin que valiese de nada que Don Santiago Alba ( Presidente del congreso ) reclamase por los fueros de la ausencia o de la elevación.
Podría usted cantar, mayar, insultar… hasta decir palabritas… denunciar todo lo malo que se hace y todo lo bueno que no se hace.
Gritarles su codicia, su torpeza…
Oh… ¡ Quién fuese usted !
Anímese por favor.
Si necesita detalles, estoy siempre en la tribuna de prensa.

Carta al duende. En ABC
Impresionante la carta del ABC.
Impresionante.
Del mismo modo que aparecían estas publicaciones dirigidas al duende, apareció una muy interesante.
Tan solo un día después, en la misma columna, Don Wenceslao nos explicaba lo siguiente:

No sé quién ni cómo, ha hecho aparecer en mi bolsillo la siguiente carta:
“Señor, es posible que haya nacido usted en tierra de duendes y fantasmas pero no nos conoce bien.
La proposición que me hace usted en el artículo de hoy no puede ser aceptada por ningún duende.
Si yo fuese al congreso para gritar todo lo que usted cree que debe gritarse, no conseguiría otra cosa que ponerme en ridículo. El presidente de la cámara posiblemente daría por no pronunciadas mis palabras y en todo caso, prohibiría que constasen en el Diario de sesiones.
Si insistiese cada tarde eso sí, el partido radical se apresuraría en declarar que habría motivos suficientes para crear el Ministerio de Relaciones Sobrenaturales. Sí… sería un ministro con cartera, dos sin ella, subsecretarios, y un rio de oro
para comprar veladores de tres pies en los que no se haría otra cosa que beber cerveza.
Usted se arrepentiría de haber provocado tanto mal.
Pero aunque no sucediese así, nosotros no acudimos a lugares donde se pierde el tiempo.
Nunca habrá oído usted que un duende frecuenta un casino o acude a una corrida de toros.
Toda mi carrera la he hecho en sitios serios.
¿ Porqué supone usted que me aburro en una cocina ?
Las cocinas tienen una lógica  que no conoce ningún Congreso del mundo.
Las cocinas se rigen por leyes flexibles y sabias.
Recuerdo que hubo una pareja de ratones que aniquilaron la despensa de una casa donde me habían destinado.
La cocinera preparó una trampa y los ratones cayeron en ella. Entonces yo pronuncié un discurso de once cuartos de hora para que ella les dejase libres.
La cocinera me oyó mientras mondaba patatas, encendía la lumbre y preparaba un condumio. Cuando terminé me dijo:
“Hablas un poco mejor que el cura de mi pueblo, pero si suelto a esta pareja procrearán y ya puedo despedirme de la despensa y hasta cuando nada quede de ella, vendrán a roerme a la cama donde yo repose. O ellos o yo”.
Y no me hizo caso.
En la cocina se reúnen la señora, el señor, la doncella, el chófer y la cocinera ante un par de huevos de gallina. No se cree la una en la obligación de decir que son de avestruz y el otro que son de cocodrilo y el otro que son de gavilán.
Convienen sencillamente en que son huevos de gallina y en que es provechoso comérselos.
He conocido una cocinera a la que se encargó preparar el presupuesto de la alimentación diaria de equis personas.
La pobre mujer no sabía sumar ni conocía los precios de nada.
Dijo que cuatro y cuatro eran veintiocho y que con dos pesetas, se podía comprar una sardina con la que era fácil dar de comer a cinco individuos.
La señora no contestó.
Abrió su bolsa, puso dulcemente las pesetas de su jornada y la acompañó hasta la escalera.
En la cocina al menos, un besugo estará en la sartén. O en la fuente.
Pero jamás sentado en un banco.
Un saco de patatas no se permitirá opinar sobre qué salsa es mejor para acompañarlo.
Los cuchillos jamás dejarán de estar afilados porque la cocinera se corte alguna vez con ellos.
¿ Ocurre algo parecido en el congreso ?
Estoy seguro de que usted no se atreve a afirmarlo.
Yo puedo poner mi travesura sobre el fondo austero de una cocina. Pero allí donde todo es también travesura, desconcierto, incongruencia y bullicio… ¡ Qué redundante y apagada labor será la mía ?
¡ Si hasta el presidente de la cámara dispone de un aparato para hacer ruido con el que solo un hombre de digestiones trastornadas podría competir !
No. ¡ No iré al congreso !
Prefiero esta casita donde tantos éxitos estoy logrando.
Cada uno sabe lo que le conviene.
 

El duende... rspondía


Los Grijalba ya ocupaban la casa pero el duende seguía allí.
Entablando incluso pequeñas conversaciones con el pequeño de la casa, Arturito Grijalba.
La Vanguardia el 2 de Diciembre ya decía:
Se cree que la labor de la policía, no tiene que ser encerrarse en una cocina esperando al duende.
Aguardando a que hable y se entregue por sí mismo.
Hubo momentos y días enteros de gran riesgo para el duende, que es muy audaz y listo.
Entonces pudo ser capturado. Hoy en cambio, hace falta que el duende duerma o que la policía esté más despierta.
De cualquier modo, hace ya días que la voz no se oye. Parece ser que el asunto pronto se aclarará.
La gente, aunque disimuladamente ya empezaba a burlarse de la ineptitud de la policía para poder atrapar al duende.
El magistrado del Juzgado de Instrucción número 2, Pablo de Pablos, cedía la investigación al letrado Luis Fernando, juez municipal del Distrito 3, y este retomaba las pesquisas acompañado por el doctor Gimeno Riera.
La autoridad emitía su veredicto final el día 3 de diciembre de 1934:
Primero quise oír la misteriosa voz. Las experiencias realizadas demuestran con absoluta claridad que la voz es debida
a un fenómeno psíquico que únicamente se produce en determinadas circunstancias.
En la cocina de la casa nos encontrábamos la muchacha de servicio de los antiguos inquilinos, dos testigos y yo.
Bajo el punto de vista científico no puede ser más interesante y sugestivo, pues aunque no es el primero que se produce, son muy contados los que se registran en la historia médica. Las actuaciones practicadas serán archivadas hoy, por no haberse encontrado persona responsable de la falta. El misterioso suceso ha quedado totalmente aclarado.

También el Gobernador Civil hacía sus declaraciones. Otero Mirelis no quiso quedar excluido de la importancia
del tema y declaró:
"Ya con la habitación iluminada y a oscuras, el resultado fue satisfactorio... Todo lo que no sea reconocer esto,
es deseo de sacar las cosas de quicio y adoptar posiciones falsas que no quiero calificar".

El último espectador fue el Doctor Gimeno Riera que, convidado por el juez, pudo escuchar en directo los lamentos del
duende la tarde del lunes 3. Igualmente pasmosas fueron sus manifestaciones:
“Y por fin, he oído la voz, si es que se puede llamar voz a un sonido apagado y que da cierta impresión de lejanía...
Me ratifico en cuanto dije el primer día... al punto al que han llegado las cosas, lo mejor que yo debo hacer,
es dar el asunto por terminado y callar... mi posición en el asunto es peligrosa, puedo escudarme incluso
tras el secreto profesional".
También se presentó un segundo expediente forense que anotaba a la sirvienta como sospechosa de ser responsable de la varonil voz del duende.
Pero… nos preguntamos… ¿Cómo fue posible que el fenómeno se manifestara en su ausencia y con el edificio desalojado?
Ni Pascuala Alcocer, que tras la sentencia fue “expatriada” a su ciudad natal, ni ninguna otra de las personas de la casa podían ser los responsables.
Era imposible.
El caso ya llegaba a tener tal repercusión que había gente que se apuntaba el tanto diciendo que eran el duende, como en el caso de una persona de Barcelona que confesó que hacía las voces desde Barcelona mediante una red de tuberías.
La policía, desesperada como estaba, llegó a presentarse en casa del tipo.
Por supuesto era una confesión fraudulenta.
 Todo se arregló de una forma establecida para acabar con un asunto que molestaba y mucho, a las autoridades.
El asunto fue solucionado con un carpetazo.
Y punto.
En las Navidades de 1934 se cerraba el caso definitivamente fundamentando que el duende había desaparecido.
 Pero se sabe que el día del 3 de diciembre  la voz les dijo:
 ¡Voy a matar a todos los habitantes de esta maldita casa!,

¡Cobardes, cobardes, voy a matar a los habitantes de esta maldita casa!
Fue la última vez que el duende se pronunció a través de su hornilla.
Nunca más volvió a aparecer y la casa fue demolida años después y sustituida por un moderno edificio bautizado cómo no, como “Edificio Duende”

Portal del edificio actual

Hubo investigación paranormal en la casa pero fue secreto de sumario.
No han trascendido los resultados de las psicofonías, pero de las fotos que se tomaron por todo el inmueble
hay una específica que los persuadió de que esto era un tema paranormal, y que mejor debían terminar todo de inmediato.
Se dice que dicha fotografía fue tomada en la escalera que daba al sótano del edificio.
Y en ella podía verse un misterioso espectro.
¿ Será cierto ?
No se puede verificar la autenticidad o no de la foto, aquí no vamos a entrar en esto.
Teniendo en cuenta que estamos hablando de uno de los casos más importantes de la parapsicología y
el misterio de la historia… Podría ser.
Claro que sí.
Recordad a todos los que puedan pensar en sofisticados equipos tecnológicos que hagan aparecer las voces o en cámaras espías… que estamos hablando del año 1934.
 El caso del duende de Zaragoza quedó sin solución... hasta el fin de los tiempos.

Fantasmas en el sótano de la casa...?

 

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