domingo, 13 de diciembre de 2015

El Barón de Artal y la misa por el Diaple

Hace muchos años, a mediados del siglo XIII en un lugar del Pirineo aragones, se encontraba cazando el Barón de Artal y Puymora.
Había salido sólo... pues tan solo en soledad podía ahogar la pena que sentía al no recibir noticias de su hijo que había ido a guerrear a Francia junto con el rey Pedro III "El Grande"
Cuando ya estaba apunto de regresar se fijó en una preciosa y enorme jabalina negra y decidió cobrarla como presa.
Este acto cambiaría su vida.
Acorraló a la bestia y con la ballesta cargada apuntó a su entrecejo, fue en ese momento cuando el animal, exclamo:
"No me mates y tendrás una recompensa".
El Barón bajó el arma tan atónito y tan asustado que parecía un fantasma y en ese momento, la jabalina de un gran salto se internó en lo profundo del bosque y se perdió.

¡ Misteriosa bestia este jabalí !
El Barón se fue a su casa e intentando olvidar lo sucedido, se sentó en su sillón delante del fuego y se dispuso a tomarse una buena copa de vino.
Lo que sucedió en ese momento ante él, no tuvo parangón.
Entre el crepitar de las llamas de la chimenea y un intenso olor a azúfre, se apareció el mismo diablo. El Diaple. 
Y le dijo:
"Estoy agradecido por lo que has hecho esta mañana, vengo a concederte un deseo"
La jabalina aparecida por la mañana no era otra que el mismo diaple transfigurado en bestia, y nuestro protagonista muy asustado, le dijo al demonio que lo único que quería era que se marchara de allí. Le espetó que no quería tener ningún trato con él.
El diaple ofendido le dijo que el pacto era innegociable y que tenía que pedir un deseo.

Desde dentro de la chimenea se le apareció el diablo al Barón
El Barón decidió hacer caso al diablo y le pidió que le diera noticias de su hijo. Le dijo que no quería vivir si su hijo había muerto. El diaple lejos de aprovecharse de la situación, cumplió su palabra y le confesó al Barón que el Rey Pedro había muerto pero que el hijo del Barón estaba vivo y que pronto regresaría. Le añadió que a partir de ahora, tomaría al muchacho bajo su protección y le dijo:
"Y esta piedra, queda aquí como testigo de nuestro pacto" y tomando un carbón al rojo vivo de la chimena, lo depositó sobre la mesa y desapareció. En ese mismo momento el Barón cayó sumido en un profundo sueño.

¿ O fue un sueño del Barón ?
Cuando el Barón despertó la piedra de carbón seguía sobre la mesa pero se había convertido en oro macizo. Fue en ese instante cuando la Baronesa llegó corriendo diciéndole a su esposo que había soñado con la Virgen y que esta le pedía la construcción de una ermita en aquellos parajes.
En vista de todo lo sucedido, decidieron construir la ermita con el oro que el diaple había dejado a modo de agradecimiento.
Cuando las obras de la ermita ya estaban finalizando, un día apareció el hijo del Barón.
Sano y salvo. Como el diaple había prometido.
Ese mismo día y todos los años venideros, una noche en secreto, el Barón ofició una misa por el diablo.
La ermita se llamó en secreto "La Ermita del Diaple" y se cree que aunque oculta, aún a día de hoy cada año, en una misteriosa ermita del Pirineo aragonés, se celebra una misa por el diablo.

En una ermita oculta...

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