domingo, 6 de noviembre de 2016

Los Debinaires



Cuando uno de estos bruxones de los que ya hemos hablado te daba el mal, era complicado quitártelo de encima.
Había que acudir al cura de la iglesia o incluso al debinaire.
El adivino, el mago.
Este personaje era algo parecido a la otra cara del bruxon, Se decía de ellos que poseían el alma blanca. Se cree que desde el mismo momento de su nacimiento poseían poderes mágicos y curativos.
Sanadores. Saludadores. Magia blanca. Poder para contrarrestar las maldiciones de las bruxas.

La figura del debinaire. Totalmente elejada de la del bruxon

Una altísima probabilidad de nacer con el alma blanca y poder dedicarse a la curación la tenían aquellos nacidos durante cualquiera de los dos solsticios, tanto el de verano como el de invierno,  los gemelos y los séptimos hijos, muy importantes y poderosos estos últimos. Todos estos tenían muchas probabilidades de convertirse en poderosos de alma blanca.
Sobre todo los niños que nacían “con manto”.
Nacer con manto era la mayor de las alegrías pues ese niño se convertía al poco tiempo en uno de los más poderosos curanderos-videntes que hubiese sin duda en el lugar.
Nacer con manto es nacer con la cabeza recubierta por un extraño manto blanquecino que no es otra cosa que el saco amniótico que, en muy poquitos casos, no se rompe y el bebé, sale al exterior con él sobre el rostro.
Tradicionalmente este “manto”, conocido en algunos lugares como “La toquilla de la Virgen”, se guardaba por la familia y luego se secaba. Se decía que era un poderoso amuleto contra los maldaus y sobre todo un increíble remedio contra las quemaduras.

Nacido "con manto"
También ocurría que algunos de estos niños naciesen con una cruz de Caravaca marcada tanto en la nuca como en el fondo del paladar. También este símbolo era sino de grandes poderes curativos y adivinatorios.
Estos debinaires poseían sus dones desde su mismo nacimiento, curaban como se decía entonces “de gracia”.
No adquirían los poderes como los bruxones mediante un satánico pacto ni leyendo las páginas de algún libro prohibido, no. Se creía que venían sus poderes dados por Dios en el mismo momento del nacimiento del niño ¡ o incluso antes !
Pues es bien sabido y contrastado que hay niños capaces de llorar incluso antes de nacer.
Llorar desde dentro del vientre de la madre. Se dice que el niño que puede hacer este llanto aún sin aire en sus pulmones, desde dentro del vientre, nacerá con la Gracia.
Estas personas tenían una capacidad innata para hacer el bien e incluso en alguno de los casos poder para contrarrestar los maldaus de los más poderosos bruxones. Se acudía a ellos para pedir ayuda siempre, por ejemplo a encontrar objetos o personas perdidas siendo siempre éstos muy eficaces.
En algunas ocasiones, estos debinaires tan solo podían localizar al bruxon, saber la identidad de aquel que había dado el mal y de este modo la víctima se las pudiese arreglar con él.
En otras además de ello, podía también predecir cuál era el remedio para el mal que el paciente sufría. Estos remedios podían ser desde un esconjuramiento, o echar agua bendita por la casa, proteger una chimenea con espanta bruxas o quizás beber una infusión de algunas hierbas o aplicar alguna cataplasma.

También especialistas estos debinaires en la creación de amuletos y talismanes

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