domingo, 30 de abril de 2017

Cultura y tradiciones pastoriles



Cuan as Crabetas salen

a l´hora da cena

fuera pastores

a tierra achena


 Refrán pastoril aragonés



Los pastores, tan importantes en Aragón, nos han dejado una cultura propia, unas tradiciones realmente sensacionales.
Las creencias paganas de estas tribus trashumantes, se van fundiendo con la nueva religión y es de este sincretismos de donde aparecen algunas de las más bonitas tradiciones de esta tierra y esta gente tan especial.
¿ Sabíais que en todos los refugios de los pastores en la montaña, sobre el dintel de la puerta colgaban amuletos ?
En todos. Eran algo importantísimo.
La piedra agujereada o piedra con forato era uno de los talismanes más poderosos. Algunos pastores aseguraban que mirando a través de ella, a través de su agujera, podían contemplar el mundo feérico. El mundo mágico de las hadas y los duendes que habitualmente está vedado a nuestros ojos (exceptuando quizás la noche de San Chuan).

Pieda foradada, poderoso talismán

La piedra foradada era importante sobre todo porque con una de estas colocada sobre la puerta, era completamente imposible que entrara al refugio o paridera ninguna bruxa ni bruxon por muy poderosos que fueran estos.
Otro de los más poderosos era la cardincha, también conocido como”El cardo santo” o  “El cardo de bruxas”.
El cardo con forma de sol. Se dejaba secar y se colocaba también los dinteles de las puertas de las casas.
Una vez colocado era imposible que ninguna bruxa diera el mal en aquella casa.

El "Cardo de las bruxas" otro importantísimo amuleto

¿ Sabéis dónde hay una buena cantidad de estos cardos ? ¡ Nada más y nada menos que en el castillo de Trasmoz !
El castillo más mítico y brujeril de Aragón está rodeado de estos cardos de bruxas, qué casualidad, ¿ verdad ?
Es como un pequeño sol, que trae luz y destierra la oscuridad del bruxon, impide el paso a las fuerzas de la noche.
Se cree que si un bruxon intenta entrar en la casa de la cual pende un “Cardo de bruxas”, este no tiene más remedio, no tiene otra solución que cogerlo y ponerse a contar todos y cada uno de los miles de estambres que la planta posee.
De este modo, cuando llega el alba y con ella el canto del gallo y el sol naciente, la bruxa o bruxon es sorprendida allí contando y pierde sus poderes inmediatamente.
Es por eso que tan temida es esta planta solar entre las bruxas y tan poderosa es para los pastores.
También entre los pastores nos aparece la imagen del diaple.
La imagen clásica con cuernos, rabo y patas de cabra. Diaples cornudos y caprinos que intentan siempre hacer el mal entre los pobres pastores.
Estos caprinos diaples son los que sustituyeron en los akelarres aragoneses a antiguas diosas como Mari o Diana.
Las tenazas del fuego, nada más azuzar la hoguera, había que dejarlas en forma de cruz y es de este modo como los habitantes de la casa quedaban protegidos de todo mal cuando se iban a dormir.
También las piedras de rayo eran muy poderosas. Las piedras de rayo eran aquellas que los pastores encontraban clavadas en el suelo cual punta de lanza.
Los pastores decían que estas piedras provenían de las puntas de los rayos que, tras impactar contra el suelo se convertían en roca.
¿ Sabéis por ejemplo qué es la Marta ?
Fijaos qué cosa más curiosa, en este mundo de miedos, supersticiones y leyendas, todo pastor sabía que entre su rebaño, tenía que haber al menos una oveja negra.
Esta era la Marta. Y la Marta, con su sola presencia, ya protegía al resto del rebaño de todo mal.

La Marta

También los pastores eran y son unos grandes conocedores de las estrellas. La cúpula celesta se observa más claramente cuanto menor es la contaminación lumínica y los pastores para esto cuentan con unas vistas privilegiadas, ¿ no os parece ?
Los pastores aragoneses tenían conocimiento ya desde hace siglos de unas estrellas muy particulares.
Las Cabritas o las Crabetas, como ellos las conocían.
O incluso o corralet de as Crabetas.
Que no son otras estrellas que las famosas Pléyades. Las estrellas que surgen durante unas cuantas mágicas y  determinadas noches aragonesas.
Estos impresionantes conocedores de la naturaleza, estos trashumantes y su especial manera y modo de comprender la vida y los misterios de la naturaleza, nos han dado muchas leyendas, muchos mitos y sobre todo, mucha sabiduría.
Los pastores han sido guardianes de sapiencia ancestral que se hubiese perdido de otro modo que no fuese esta vida en contacto con la naturaleza y la intemperie.
¿ Sabéis cómo se sabía cuándo había que comenzar la trashumancia en Aragón ?
Estos sabios del campo, estos pastores tenían un dicho.
Un refrán, pozo de sabiduría popular el refranero, ya lo sabéis. 
Es el que hemos puesto al principio del relato...

Cuan as Crabetas salen

a l´hora da cena

fuera pastores

a tierra achena

Fijaos qué cosa más bonita. La aparición de las siete Pléyades (¡  como en la leyenda de los siete cabritillos, qué cosas ! ), estaba indicando el comienzo de la trashumancia.
Cuenta la leyenda que las siete hermanas Pléyades eran perseguidas por un despiadado cazador. Por Orión.
Las muchachas le pidieron ayuda a Júpiter, el más poderoso de los dioses.
Éste las convirtió en palomas para que pudieran escapar y ellas, salieron volando hacia el infinito.
Hasta la constelación de Tauro.

Pléyades


domingo, 23 de abril de 2017

Más y más tesoros de los moros



Estos moros, como podemos ver no pararon de esconder tesoros en nuestro territorio y aunque mucho se hayan buscado pocos son los que se han encontrado. Eso sí, ojo con estas leyendas pues… alguna pieza de oro sí que ha ido apareciendo poco a poco, ¿ Eh ?
Hay unos seres misteriosos relacionados con dólmenes y cuevas, con arroyos de agua cristalina y con montañas y fuentes.
Son los moros.
Seres poderosos no necesariamente relacionados con los musulmanes, nuestros moros son otra cosa vigorosos gigantes en algunos casos, poderoso magos en otros…
Espíritus protectores de estos tesoros en aquí o allá.
Seres muy antiguos, gente con mucha fuerza, misterio y poder. En ocasiones incluso vinculados a duendes y sierpes.

Los poderosos moros de nuestra mitología

Seres guardianes de tesoros subterráneos y protagonistas de leyendas sin duda mucho más antiguas que la llegada de los musulmanes a nuestro territorio.
La toponimia de estos lugares llenos de tesoros, ya nos da alguna pista sobre dónde o cómo buscar el tesoro.
La Cañarda en Castellote, “El caño del moro” en Gallur, Cuevas de Cañart, en Monreal del campo tenemos “El caño del gato”. Es en todos estos lugares donde tenemos el recuerdo legendario de los tesoros enterrados por los moros en los “caños”, en los insondables canales subterráneos que horadan Aragón no se sabe hasta dónde.

"El caño del gato" en Monreal del Campo

Es por ejemplo en Cuevas de Cañart donde se conjunta una de estas leyendas medievales con otras antiquísimas sobre estos moros poderosos.
La reina mora de la localidad, al enterarse de que su marido acababa de morir en la batalla, agarró a su hijo y a sus damas de confianza llenó un carromato con todo el oro y las joyas que pudo recoger en breve espacio de tiempo y arrancó en precipitada huida con intención de poner su tesoro y su familia a salvo.
Durante la precipitada huida, caballo, pasajeros y carromato se despeñaron barranco abajo.
La caída fue mortal para todos, pues jamás se volvió a saber nada de aquellas personas ni tampoco de aquel fabuloso tesoro, que aún hoy se busca.
Muchos años después, recién entrado el siglo veinte, un pastor encontró algo en aquella zona.
Le llamó la atención.
Se percató de que era un objeto de oro medio enterrado y comenzó a cavar ayudándose de su navaja.
La tierra estaba muy reseca y no pudo hacer gran cosa entonces es cuando dejando su gayata de pastor allí clavada y con la alforja engarzada en ella para que le marcara el lugar del tesoro, partió corriendo hacia el pueblo para buscar ayuda.
Volvió con más de la mitad de los habitantes de la localidad, seguros todos de que por fin, tantos siglos después, habían encontrado el tesoro de la reina mora, pero cuando llegaron al lugar… no estaba la pieza de oro, no estaba la gayata, no había nada absolutamente y desde luego, sobre decir que… fueron del todo incapaces de volver a encontrar el tesoro.
Los duendes y los gnomos que habitan bajo tierra son traviesos, amigos míos.
Son traviesos y sobre todo buenos protectores de estos tesoros enterrados de los cuales se saben sus protectores o incluso propietarios en algunos casos.

Cuevas de Cañart, los vecinos aún tienen esperanzas de dar algún día con el tesoro

Tenemos también la leyenda de la mora del Valle de Echo.
La ama y señora de todos los tesoros enterrados en la zona y en especial de los tesoros de Guarrinza.
El valle de Guarrinza, mágico donde los haya se encuentra completamente horadado por misteriosos túneles repletos de tesoros de oro y de joyas.

Valle de Guarrinza

Un valle lleno de magia y misterio, de corrientes telúricas incluso y ya habitado desde hace miles de años por nuestros antepasados aragoneses.
Dólmenes, círculos de piedras, fuentes y  misteriosas grutas artificiales algunas podemos encontrar en este recorrido por esta selva aragonesa.
Se cree que los tesoros del valle son realmente incalculables tanto en cantidad y número de ellos como en el valor de los mismos. Se cree que los tesoros son de oro, de monedas, de joyas, de coronas de antiguos reyes legendarios, collares y anillos… una maravilla.


Círculo de piedras en Guarrinza. "La corona de los muertos"
En la localidad de Chía por ejemplo, cerca de Castejón de Sos, vivía un pastor que se llamaba Galino Galinás.
Galino era conocedor de la existencia de una copa de oro, de un cáliz magnífico custodiado por los moros en el cercano pueblo de Castejón, en las cuevas.
Se adentró en la citada cueva y pudo ver cómo los moros, atesoraban una cantidad impresionante de riquezas, era tal la cantidad de tesoros que en la cueva se encontró Galino, que no pudo ni tan siquiera describirla años después aunque lo intentara. Entre todas esas piezas sobresalía el maravilloso cáliz y tomándolo e n su mano, echó a correr tan rápido como pudo y tan solo pensando en poder llegar a su casa y escapar así de su miserable vida de pastor que tantos sufrimientos le estaba dando.
Los moros, los gigantes le estaban pisando los talones pues tan pronto como se percataron de que faltaba el cáliz salieron en busca del ladrón con intención de atraparlo y matarlo.
Galino corrió tanto como sus fuerzas le permitieron y llegó a atravesar el rio Ësera.
Lo cruzó y ya sin fuerzas, en la otra orilla se tendió en el suelo, pensándose a salvo de los gigantes.
En la mitología, cruzar un rio, nos permite escapar de los seres fantásticos, pues ellos no pueden hacerlo a menos que sea por un puente.

Existieron estos gigantes...?

Allí tendido, Galinás rezó una oración de agradecimiento a la Virgen la cual, haciendo crecer el caudal del rio hasta doblar su tamaño, impidió a los gigantes llegar hasta Galino.
Los perseguidores quedaron atrapados en la otra orilla y no pudieron alcanzarlo pero ay… los moros eran muy poderosos y al no poder pillar al ladrón lo que sí que le hicieron desde el otro lado fue lanzarle una poderosa maldición.
Le lanzaron un poderoso conjuro con estas mismas palabras:
Galino Galinás…
…mala fin farás
Y dicho esto, como habían llegado, se retiraron a su cueva.
Con sus formidables tesoros.
La historia no nos deja el final de Galinás. Nunca se supo si la maldición de los gigantes, si la maldición de aquellos moros se cumplió pero… os digo yo que, las maldiciones de los moros son harto poderosas…

Siempre codiciados, los tesoros de los moros


domingo, 16 de abril de 2017

El bruxon de Puyarruego



Cuenta la leyenda que habitaba en Puyarruego un hombre con fama de bruxon.
Era viudo y vivía solo con su hija.
La moza por supuesto, había escuchado en el pueblo la fama que tenía su padre pero como no podía ser de otro modo, hacía oídos sordos al tema.
¿ Cómo iba su amado y bondadoso padre a ser un bruxon ?
Sin lugar a dudas que estos comentarios, sustentados tan solo por la envidia de unos cuantos, acabarían por desmoronarse tan fácilmente como habían llegado.
Los vecinos siempre habían sospechado que el hombre andaba con tratos con el demonio y de hecho, de buena fe, se lo dijeron incluso a la hija pero claro… ella era completamente incapaz de creerlo e incluso de enfadó con varios de los vecinos.

Población de Puyarruego

En una cosa sí que se había fijado la muchacha.
El padre, cuando volvía del campo a casa, ya con el sol en el horizonte y apunto de anochecer, subía al altillo de la vivienda.
Allí, en total soledad, podía pasar incluso horas y por supuesto dando la orden de que nadie jamás le molestase cuando se encontraba arriba.
La muchacha, con este pensamiento en la cabeza… se dormía noche tras otra y, aunque segura estaba completamente de que su padre no era ningún bruxon ni nada parecido, una noche decidió echar un pequeño vistazo a la falsa.
Subió despacio sin hacer nada de ruido y pensó que, por satisfacer un poquito su curiosidad, no podía para nada. Probablemente, su padre estaría dormido o meditabundo en sus cosas.
Abrió la puerta lentamente con la escusa de ir a avisarle para que bajara a echar un bocado pero… ay madre del amor hermoso… ay madre mía…
Qué disgusto.
Qué terrible impresión se llevó la moza cuando observó atónita como, iluminados por una extraña luz verdosa antinatural, allí arriba, formando un corro como sentados en el suelo de madera, había reunidos seis enormes machos cabríos.
Seis enormes bucos negros, con grandes y retorcidas cornamentas hacia el techo, todos ellos con los ojos rojos, encendidos como ascuas.
Y en uno de ellos, probablemente el de mirada más maléfica, la muchacha pudo adivinar el rostro de su padre.
La pobre muchacha intentó huir. Completamente exasperada y llena de desesperación.
 La chica enloqueció para siempre.

Terrible buco, presidiendo el akelarre

domingo, 9 de abril de 2017

Las bruxas de Villalba Baja



En la localidad de Villalba Baja, cerca de Teruel, se cuenta una terrible leyenda sobre los bataneros de la localidad y unos lobos… y algo más.
El batanero un día, encontró en el bosque unos cachorros de lobo. Eran unos preciosos lobeznos grises.
Y tan majicos como eran… se los llevó a su casa.
Los alimentó bien y los tapó con una mantita. Hecho esto, se echaron todos a dormir pero ay… a mitad de noche el batanero y su familia se despertaron espantados.
Unos extraños ruidos provenían de la puerta. Sin lugar a dudas alguien estaba intentando entrar a la casa.
Muy discretamente y sin hacer ruido alguno, se asomó por la ventana del primer piso, que daba justo encima de la puerta de la casa y vio dos enormes lobos negros en la misma puerta de la casa.
Intentando entrar.
Los ojos de los lobos estaban encendidos como carbones. Como dos ascuas rojas recién sacadas del fuego del hogar.

Las historias de lobos y bruxas, siempre relacionadas

Los terribles lobos estaban intentando excavar un agujero en la tierra para entrar en la casa por debajo de la puerta y recuperar a sus hijos y quién sabe si vengarse del batanero por tal afrenta.
El batanero inmediatamente puso aceite a hervir en el hogar y cuando estaba bien caliente y humeante, lo arrojó por la ventana a los dos lobos que huyeron aullando y chillando terriblemente.
A la noche siguiente, los dos lobos regresaron a la casa del batanero pero los vecinos, avisados como estaban, estaban preparados con las escopetas y comenzaron a dispararles.
Les dieron por muertos pues no se supo nada más de ellos y la vida continuó con normalidad.
El batanero iba enseñando a los dos cachorros por los pueblos. Los cachorros eran dóciles y muy inteligentes y las gentes le daban dinero al hombre por mostrar aquellas crías de lobo y dejar a los lugareños jugar y enredar con ellas.
Lo que ocurrió tristemente, al igual que ocurre a hora con algunas desgraciadas mascotas, es que los animales crecieron y el batanero al ver que ya para nada le servían, los mató.
Varios años pasaron sin que las gentes se acordasen ya de aquellos lobos para nada y en unas fiestas del pueblo, en medio del baile de disfraces, en pleno carnaval aparecieron dos forasteras.
Las visitantes iban disfrazadas de bruxas.

Villalba Baja

Se comió y se bebió de lo lindo, se bailó y se disfrutó a raudales y al día siguiente, al llegar el sol, encontraron incendiado y completamente arrasado el granero de la casa del batanero.
Nunca jamás nadie supo qué había ocurrido y cómo aquel terrible incendio que tantas pérdidas ocasionó a la familia del batanero había llegado a producirse.
Un año pasó. Y con él, llegó un nuevo carnaval.
Las dos visitantes, las dos mujeres disfrazadas de bruxas regresaron al pueblo para bailar en las gran fiesta.
Cuando llegó el día, uno de los hijos del batanero apareció muerto en la misma puerta de su casa.
La gente estaba aterrorizada. El muchacho parecía muerto como por una terrible maldición.
Completamente demacrado y con la cara deformada.
Pasó otro año.
Llegó otro carnaval, otra fiesta y con él las dos extrañas forasteras una vez más. Con sus disfraces de bruxas.
La gente la verdad es que ya empezaba a sospechar de aquellas dos mujeres y estaban convencidos de que aquellas dos no estaban disfrazadas de bruxas sino que eran bruxas de verdad.
 En mitad del baile, cuando las dos visitantes menos se lo esperaban, las gentes del pueblo les arrojaron encima un caldero lleno de cal hirviendo.
Y ante los estupefactos ojos de todos los habitantes del local, allí mismo en el suelo, donde hacía unos segundos había habido dos bruxas, tan solo quedaban los restos harapientos de unos ropajes. Negros, raídos y andrajosos.
A la mañana siguiente, nada más salir el sol, en lo alto del collado de Villalba Baja, donde años atrás el batanero había encontrado a los dos cachorros, los vecinos encontraron dos tremendos lobos negros muertos.
Completamente desgarrados con quemaduras de cal.

"Camino del Batán" en Villalba. Lugar donde ocurren los hechos narrados