domingo, 22 de abril de 2018

Una base OVNI en el Monte Perdido



Pues suponemos que cuesta de creer pero, no me lo cuenten a mí, no.
Cuéntenselo precisamente al Teniente F. “Skip” Holmes del ejército norteamericano.
En 1973, en plena guerra fría, la C.I.A precisó de los servicios de “Skip” como médium y sensitivo para intentar localizar las bases secretas extraterrestres que había en nuestro planeta.
Aunque el teniente había tenido éxito en anteriores misiones de este tipo, como por ejemplo en rescate de pilotos cuyo avión había sido siniestrado o localización de submarinos enemigos,  en esta ocasión “Skip” recurrió a la ayuda de uno de los más contrastados sensitivos de los U.S.A, Hal Puthoff.

Hal Puthoff

Puthoff se puso inmediatamente a trabajar y en pocos días sus sentidos extrasensoriales habían localizado cuatro bases secretas extraterrestres en el interior de la tierra.
La primera se hallaba en África. En el interior de la montaña Inyangano, la más elevada de Zimbawe.
La segunda de ellas estaba oculta en el Monte Ziel, en el norte de Australia.
La tercera de estas bases secretas, se encontraba en el monte Hayes, en Alaska.
La cuarta era la más importante de todas.
La cuarta base secreta de las fuerzas extraterrestres se encontraba en Aragón.
En el interior del Monte Perdido.

Monte Perdido... Base secreta de OVNIs ?

Puthoff estuvo explicando con pelos y señales cómo los extraterrestres entraban y salían a su antojo con sus naves espaciales desde el interior de los Pirineos aragoneses y campaban a sus anchas.
Puthoff, con su “visión remota”, explico al Director de la C.I.A cómo la base del Monte Perdido contaba con unos detectores de presencia intrusa en un perímetro de 3 Kilómetros y que estas naves estaban dotadas de algún tipo de propulsión electromagnética.
Aunque las fuerzas estadounidenses siempre lo han negado, siempre se sospechó que durante estos últimos coletazos del franquismo, enviaron a sus espías al Monte Perdido creemos al menos, que sin aparente éxito.

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