domingo, 26 de julio de 2015

La torre de las encantadas en Sabiñán

Nos dice la leyenda, que esta fortaleza era la residencia de un poderoso moro en timpos de la reconquista.
La torre se encuentra a unos 2 kilómetros del casco histórico, bastante cercana al centro dando un pequeño paseo y se cree es habitada en las noches del 23 de Junio por tres moricas encantadas.
El padre de las chicas no las dejaba salir del torreón pues la belleza de las tres muchachas era realmente algo magnífico y el moro no estaba dispuesto a que nadie se las llevase de su lado.

Sabiñán. Vista aérea
Tres caballeros cristianos se enamoraron ciegamente de las muchachas con tan solo verlas asomadas a los ventanales de la torre y no tardaron en ser correspondidos. El amor de las muchachas era puro y fuerte y los caballeros se las ingeniaron para ir a visitarlas aprovechando los días en los que el moro salía para organizar sus haciendas y poner sus negocios en regla.

Las leyendas de moricas encantadas abundan en Aragón
Durante algún tiempo parece, las parejas fueron felices con este engaño pero pronto el moro, como no podía ser de otro modo descubrió la traición.
Una noche fingió salir y con varios de sus mejores guerreros se agazaparon en un pequeño promontorio tras la torre y esperaron la llegada de los caballeros cristianos.
Cuando estos se presentaron, fieles a su cita con el amor, los apresaron y allí mismo les cortaron la cabeza a los tres.
Corrió la sangre desde la misma puerta de la torre hasta la fuente que se hallaba en el viejo camino que serpeaba más abajo.
Las muchachas no pudieron aguantar tal dolor y esa misma noche se arrojaron por la ventana muriendo las tres en el mismo lugar donde habían muerto sus amantes minutos antes.
Desde entonces hasta hoy, se afirma que todas las noches de San Juan, noche mágica donde las haya, tres palomas blancas salen volando del interior de la torre hasta la fuente y desplegando sus alas se pierden en los confines del cielo estrellado.

La torre de las encantadas

domingo, 19 de julio de 2015

Las brujas de Trasmoz

“Los sábados, después de que la campana de la iglesia dejaba oír el toque de las ánimas, unas sonando panderos, y otras, añafiles y castañuelas, y todas a caballo sobre escobas, los habitantes de Trasmoz veían pasar una banda de viejas, espesas como las grullas, que iban a celebrar sus endiablados ritos a la sombra de los muros de la ruinosa atalaya que corona la cumbre del monte”
Gustavo Adolfo Bécquer 


Sin lugar a dudas, el castillo de Trasmoz es la fortaleza que acumula mayor número de leyendas de todo Aragón y posiblemente de España.
La leyenda nos cuenta que el castillo fue construido en una sola noche por el mago Mutamín tras pactor con el diablo poco antes del anocher.

Tierra también de pactos con el diablo
El propio sacristán de Tarazona Don Blasco Pérez, fue el máximo divulgador de las leyendas de las brujas y el mismísimo diablo en el interior del castillo.
Don Blasco alertó a todos los vecinos del pueblo de nunca jamás se les ocurriese subir al castillo en la noche.
Pues bien era sabido que dentro de sus muros habitaba el demonio y que cada noche, brujas llegadas de todas las comarcas de alrededor se daban cita entremuros para organizar sus conjuros y fechorías.
Bien es cierto que la población vivió alertada y con miedo durante tiempo, pues desde el interior del castillo, algunas noches salían ruidos espeluznantes. Extrañas luces tras sus ventanales y nauseabundos olores, y todo ello sin duda provocado por las brujas y satán.

Interior del castillo diabólico de Trasmoz
Una noche de invierno se descubrió el misterio de las brujas del castillo.
El propiop sacristán, Don Blasco, acuñaba moneda falsa por las noches.
Los espantosos sonidos eran los de los golpes de yunque mezclados con diabólicas risas y negros humos de azufre quemado y requemado que sus secuaces se afanaban en prender, otrogando a todo el enclave un aura y una fama de maldito y diabólico.
El sacritán y sus secueces fueron llevados ante la ley aunque las auténticas brujas de Trasmoz como La Galga, La Dorotea o la Tía Casca por mentar algunas... siguieron allí hasta casi nuestro días.

Hay más de un relato aragonés sobre religiosos con la Fe pervertida

domingo, 12 de julio de 2015

La milagrosa laguna de Villanueva de Sigena

La reina Doña Sancha de Castilla, esposa de Alfonso II de Aragón, fue podría decirse, la fundadora del Monasterio de Villanueva de Sigena.
Fue ella la que en año 1183 mandó desecar la laguna que aquellos terrenos ocupaba para poder fundar y construir allí un poderoso priorato.
El convento se fundó ese mismo año con tan solo 12 religiosas ( escogidas entre las principales familias de Aragón y Cataluña ).

Monasterio de Sigena
¿ Y sabéis porqué se escogió ese sitio para alzar el monasterio ?
En el espacio en el que hoy se alza el espectacular recinto, había una laguna.
Sus aguas mansas y limpias tenían fama de mágicas y desde tiempos inmemoriales mucha gente llegó hasta el lugar para poder aprovechrase de las cualidades curativas de las mismas.
Por motivos quién sabe si de ingenieria o quizás políticos ( ya sabemos que los políticos tienen cosas muy raras en la cabeza ) se decidió desecar la laguna.
Y en el fondo, en lo más profundo se halló una preciosa imagen tallada de la Virgen.

Las ahora vírgenes o "Damas del lago" han sido populares desde tiempos paganos
Sin pensarlo dos veces se decidió alzar el monasterio allí mismo.
La talla se bautizó como "Nuestra Señora del Coro" y aunque desapareció incendiada en la Guerra Civil, se cree que es venerada hasta día de hoy.
La mágica talla recibió el nombre al ser acomodada en coro de las monjas.
Hay quien dice que aún hoy, se venera ocultamente pues fue escondida antes el incendio del monasterio provocado por las bandas republicanas. Será así...?
Cosas más raras se han visto, verdad ?

La Virgen del Coro. Representación


martes, 7 de julio de 2015

Los esconjuraderos aragoneses

En la casa en la que me nombren tres veces,
 y recen tres Ave Marías
no morira labrador en el campo,
mujer de parto ni niño de espanto.
"Dios te salve María
llena eres de gracia..."
Emilia Lázaro. Esconjuramiento

Los esconjuraderos aragoneses son por decirlo de algún modo un elemento arquitectónico que se usa con una finalidad mágica. Son típicos de una cultura pirenaica con forma de pequeños templos de puertas abiertas en dirección a los cuatro puntos cardinales.
El esconjuradero era un espacio reducido pero importante desde el cual el sacedote de la comunidad, luchaba contra las tormentas, pedregadas, pestes o demás desgracias que se iban acercando a la localidad.

Han habido casos de auténticas luchas de poder contra poder
Hay casos constatados de algún bruxon, lanzando una terrible tormenta contra algún pueblo y a la vez el cura, intentaba esconjurarla con todo su poder. Auténticas luchas de poder. De las fuerzas del bien contra las fuerzas del mal. Intentos por controlar la naturaleza de los que no se puede decir que siempre el bien saliese triunfador. Había de todo.
Algunos de los esconjuraderos más populares de Aragón siguen en pie y pueden visitarse.
Son curiosos los de Asin de Broto, Mediano, Campol, El pueyo de Araguás, Almozarre, Guaso, San Vicente de Labuerda y Burgasé en la zona del Sobrarbe.

Esconjuradero de San Vicente de Labuerda

Esconjuradero de Guaso
En la comarca de La hoya de Huesca encontramos como más populares el esconjuradero dela Cruz Cubierta ( o de los cuatro vientos ) y el esconjuradero de la Cruz Blanca ( o de San Cosme ), los dos en el pueblo de Panzano

Esconjuradero de la Cruz Blanca
En la zona del Somontano de Barbastro podemos hallar como buenos ejemplos los de Alquézar y Adahuesca y en la Jacetania el esconjuradero de Baraguás.

Esconjuradero de Alquézar. Sobre la muralla

El ritual utilizado era un tipo de rito mágico-religioso lleno de sincretismo.
Aún los curas guardaban algo de conocimiento antiguo en sus creencias cristianas.
Eran del tipo de rituales que se usaban para protección de las casas, prevención de desgracias,  protección de los animales, enfermedades...
El sacerdote, bien provisto de agua bendita se dirigía al esconjuradero lugar desde donde ya se dislumbraba la tormenta acercándose y, misal en mano y agua bendita en la otra, comenzaba la terrible lucha contra las fuerzas de la naturaleza. Hay muchos casos constatados de la desaparición de la tormenta gracias al esconjuramiento del párroco como en los casos de Mosén Bruno Fierro del pueblo de Saravillo.
Mosén Bruno hacía que las tormentas pasasen de Saravillo y fuesen a descargar a Plan ( eso sí... no sabemos lo que opinarían los vecinos de Plan de esta técnica... )

Esconjuramiento

jueves, 2 de julio de 2015

El tesoro de la herrería de Hospitaled

Hay una pequeña pedanía perteneciente al municipio de Bárcabo en Huesca, que se llama Hospitaled.
Hoy no es que esté deshabitado pero cuenta con muy pocos habitantes. Podríamos contarlos con los dedos de las manos.
En la época napoleónica, cuando El rey José Bonaparte gobernó en España ( tener un rey francés, desde luego no es lo peor que le ha pasado a este país ) el pueblo entero, y aquí viene lo interesante... el pueblo entero se puso a falsificar y acuñar moneda de plata.
No es como en el caso de Trasmoz (lo comentaremos más adelante), que acuñaban moneda entre dos frailes sin que lo supiese el resto del pueblo, no.
En este caso todo el pueblo era conocedor y cómplice del delito.
¿ Dónde se acuñaba la moneda ?
En el mejor sitio de todos. En la herrería. Conocida hoy como "Casa Sierra"

Antigua herrería de Hospitaled
Las aleaciones y los diseños se realizaban por los vecinos en las mismas bodegas de cada casa y en lo referente al troquelado, había un gabacho que ayudaba. Un traidor a La France, que hizo por unos años, ricos a los habitantes del pueblo.


Moneda de plata de la época
Las monedas fueron descubiertas en Barcelona y Napoleón se enfadó ciertamente como jamás lo había hecho. Nadie en la historia había tenido el valor de burlarse del Emperador e inmediatamente puso precio a la cabeza de los falsificadores.
El herrero de Hospitaled junto con el gabacho y el resto de vecinos, lejos de asustarse y cesar en las falsificaciones de monedas con tan solo un 10% de plata, trasladaron la forja y los troqueles a una rocosa cueva natural bajo el castillo.
La entrada se dice estaba oculta tras las raíces de un gigantesco árbol.
En la cueva continuaron con las falsificaciones hasta el final de la guerra sin llegar jamás a ser descubiertos.
El hundimiento de la misma, dio al traste con las últimas falsificaciones que se llegaron a realizar. 
Se cree que aún hoy, la falsa moneda y la plata están sepultadas bajo el castillo, aunque nunca se han llegado a encontrar.

Ruinas del castillo de Hospitaled. Y bajo ellas... un tesoro