martes, 7 de julio de 2015

Los esconjuraderos aragoneses

En la casa en la que me nombren tres veces,
 y recen tres Ave Marías
no morira labrador en el campo,
mujer de parto ni niño de espanto.
"Dios te salve María
llena eres de gracia..."
Emilia Lázaro. Esconjuramiento

Los esconjuraderos aragoneses son por decirlo de algún modo un elemento arquitectónico que se usa con una finalidad mágica. Son típicos de una cultura pirenaica con forma de pequeños templos de puertas abiertas en dirección a los cuatro puntos cardinales.
El esconjuradero era un espacio reducido pero importante desde el cual el sacedote de la comunidad, luchaba contra las tormentas, pedregadas, pestes o demás desgracias que se iban acercando a la localidad.

Han habido casos de auténticas luchas de poder contra poder
Hay casos constatados de algún bruxon, lanzando una terrible tormenta contra algún pueblo y a la vez el cura, intentaba esconjurarla con todo su poder. Auténticas luchas de poder. De las fuerzas del bien contra las fuerzas del mal. Intentos por controlar la naturaleza de los que no se puede decir que siempre el bien saliese triunfador. Había de todo.
Algunos de los esconjuraderos más populares de Aragón siguen en pie y pueden visitarse.
Son curiosos los de Asin de Broto, Mediano, Campol, El pueyo de Araguás, Almozarre, Guaso, San Vicente de Labuerda y Burgasé en la zona del Sobrarbe.

Esconjuradero de San Vicente de Labuerda

Esconjuradero de Guaso
En la comarca de La hoya de Huesca encontramos como más populares el esconjuradero dela Cruz Cubierta ( o de los cuatro vientos ) y el esconjuradero de la Cruz Blanca ( o de San Cosme ), los dos en el pueblo de Panzano

Esconjuradero de la Cruz Blanca
En la zona del Somontano de Barbastro podemos hallar como buenos ejemplos los de Alquézar y Adahuesca y en la Jacetania el esconjuradero de Baraguás.

Esconjuradero de Alquézar. Sobre la muralla

El ritual utilizado era un tipo de rito mágico-religioso lleno de sincretismo.
Aún los curas guardaban algo de conocimiento antiguo en sus creencias cristianas.
Eran del tipo de rituales que se usaban para protección de las casas, prevención de desgracias,  protección de los animales, enfermedades...
El sacerdote, bien provisto de agua bendita se dirigía al esconjuradero lugar desde donde ya se dislumbraba la tormenta acercándose y, misal en mano y agua bendita en la otra, comenzaba la terrible lucha contra las fuerzas de la naturaleza. Hay muchos casos constatados de la desaparición de la tormenta gracias al esconjuramiento del párroco como en los casos de Mosén Bruno Fierro del pueblo de Saravillo.
Mosén Bruno hacía que las tormentas pasasen de Saravillo y fuesen a descargar a Plan ( eso sí... no sabemos lo que opinarían los vecinos de Plan de esta técnica... )

Esconjuramiento

3 comentarios:

  1. Me encanta la historia. No conocia el caso de ningun desconjuradero y me ha parecido brutal

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  2. Que chulada de blog. Seguid asi.

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  3. No tenia ni idea de esto y soy aragones, gracias chavales.

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