domingo, 28 de agosto de 2016

Las tres sorores



La leyenda de las tres Sorores nos narra los acontecimientos debidos a una terrible maldición.
¿ Qué puede haber más terrible que una maldición lanzada por un padre contra sus propios hijos ? Pues sí, así de terrible puede llegar a ser el legendario aragonés y la mitología, es cierto.
Hace muchísimos años, tras una de esas múltiples invasiones que nuestro amado Aragón ha sufrido a lo largo de los siglos, había en las montañas pirenáicas tres preciosas hermanas que, huérfanas de madre como eran, vivían con su padre, un hombre serio y rudo que trataba de protegerlas como los padres hacemos, ya sabéis…
Las muchachas estaban ya preparadas para casarse con tres jóvenes montañeses de la zona.
Algo rudos también, pero de buen corazón y trabajadores. Serían unos buenos esposos sin duda alguna.

Las tres sorores

Una mañana, con el enemigo invasor allí en la zona, el padre fue hecho prisionero y las muchachas lograron ocultarse en el bosque. Tardaron tiempo en regresar pues, estaban realmente muy asustadas y sabían vivir en el bosque. Estaban muy bien enseñadas, pero al final, pudo más la preocupación por su padre y sigilosamente, regresaron a su pequeña aldea.
Al llegar allí no se encontraron otra cosa que cadáveres y caos.
Desolación y fuego.
El pequeño pueblecito había sidopasto de las terribles llamas y de la ira de los bárbaros.
Los soldados visigóticos se habían llevado a los prisioneros que más les apetecieron y habían masacrado a los viejos.
No había supervivientes, pero había un joven.
Era un soldado del enemigo y estaba herido. Había salido de patrulla y atacado por unos campesinos, se encontraba allí herido con los cadáveres de los atacantes a sus pies.
Era un muchacho muy joven y apuesto y se apiadaron de él, curándole las heridas.
El joven muchacho decidió agradecer a las tres hermanas tan hermoso gesto de piedad y decidió llevarlas al campamento pero no como prisioneras si no como invitadas y les prometió que trataría de mediar con los altos mandos para que liberaran a su padre y a sus tres prometidos.
Cuando estaban a punto de llegar, tras dos días de viaje el soldado ya estaba prendado de la belleza de las jóvenes y con el alma llena de lujuria, decidió engañarlas.
Se las ingenió para que sus compañeros les contaran a las muchachas que los tres jóvenes, los prometidos, hacía ya meses que, convertidos al arrianismo, estaban casados con tres preciosas visigodas y eran completamente felices.
Con los días, las entristecidas muchachas fueron olvidando a sus antiguos pretendientes y enamorándose de aquellos apuestos soldados que tan bien las trataban... terminaron casándose según los ritos bárbaros con el soldado rescatado y dos de sus compinches.

Guerreros visigodos destrozando una villa romana

En la misma noche de bodas y antes de consumarse el matrimonio, el padre apareció en forma de espectro pues lo que realmente ocurría es que el mismo día que los visigodos apresaron el poblado, habían asesinado al hombre y a los tres muchachos. Las chicas habían estado todo el tiempo engañadas por los que ahora eran sus esposos y el espectro estaba realmente muy encolerizado al ver cómo sus hijas renegaban de su auténtica fe.
Las chicas espantadas, escaparon esa misma noche. Regresaron a la montaña y construyeron una pequeña choza con la intención de vivir allí como vírgenes ermitañas.
Pero el espectro no lo consintió.
No lo consintió y lanzó una maldición terrible. Impensable.

En la mitología popular, los fantasmas pueden lanzar terribles maldiciones

Es en ese mismo momento que se produjo un terrible vendaval. El viento aullaba como una manada de lobos juntos e incluso se dice que la tierra se abrió y llegó a tragarse el campamento visigótico.
Cuando por la mañana todo se había calmado, el paraje había cambiado sensiblemente.
Las desgraciadas muchachas se habían convertido en las tres montañas que hoy conocemos como “Las tres Sorores”


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