Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular
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domingo, 10 de diciembre de 2017

El pozo del diablo y Los Bañales en las Cinco Villas



Bien cerquita de Zaragoza tenemos otra de esas construcciones legendarias que se le atribuyen al diaple.
Otra de esas construcciones que el diablo ofrece al hombre y al final acaba burlado aunque su nombre perdure en la zona hasta el final de los tiempos.
Podríamos decir que Los Bañales son un antiguo yacimiento ibero-romano en el que podemos encontrar una espectacular construcción para la distribución del agua.
En lo que hoy son las ruinas, hace unos dos mil años, floreció una importante zona residencial de ciudadanos romanos.
Personas importantes y acaudaladas que mandaron construir unos imponentes baños públicos que fueron bautizados como “Los Bañales”.
El agua era transportada a través de un impresionante canal colocado sobre unas altas columnas desde el rio Arba de Luesia, a casi seis kilómetros de distancia y llegaba hasta un profundo pozo donde se almacenaba.

Ruinas de Los Bañales. Impresionante
 
Baños
Dice la leyenda que una joven, ya cansada de ir todos los días a por agua al rio y hacer tantos viajes, se atrevió a pedirle ayuda al mismo diaple. A Satanás.
La muchacha le ofreció el alma al diablo a cambio de un pozo siempre y cuando el maligno, terminase su obra antes del amanecer.
Satán apareció al instante y con la ilusión de arrebatarle al Señor aquel alma pura, comenzó a construir la impresionante obra.
El diaple, poderoso como es, cavaba rápido y muy profundo.
A buen seguro que iba a terminar su obra aquella misma noche. Sin duda.
Justo antes de que el diablo colocase la última piedra, la joven le acercó una vela al gallo de su corral, que estaba allí mismo y éste, sobresaltándose, comenzó a cantar el “Kikiriki”.

Siempre presente el diablo en las más imponentes construcciones aragonesas

Satanás, completamente enfurecido por no haber podido terminar su trabajo y llevarse consigo el alma noble de la muchacha se esfuma diciendo maldiciones e improperios.
La muchacha tan solo tuvo que colocar la última piedra y el magnífico pozo, estaba ya terminado.
Se ha buscado entre los pozos de la zona, cual puede ser el “Pozo del diablo” y hay dos posibles candidatos ya dentro de las misma ruinas de los Bañales. Uno central junto a la ermita, y otro en la zona de la arboleda.
¿ Cual será…?

Pozo de la ermita de Los Bañales, el cual se cree que es el auténtico "Pozo del diablo"

En la localidad de Malpica de Arba en cambio opinan que es desde su fuente, desde donde el diaple se las ingernió para poder llevar el agua hasta el pozo de Los Bañales y se dice, que un canal subterráneo escavado por el mismo Satán va directo al pozo del poblado romano.
Ni más menos que la fuente de Malpìca se llama “La fuente del diablo”
A nadie en Malpica le cabe la duda, de que el pozo construido junto a la ermita de Los Bañales fue el cimentado por el diaple. Hay quien piensa que precisamente es por eso por lo que se levantó un monumento dedicado a los Santos justo encima del pozo.

Fuente del diablo en Malpica de Arba

Ruta anual. Nocturna, popular... diabólica

domingo, 18 de junio de 2017

El diaple en el Arco del Deán en Zaragoza



Este precioso arco de Zaragoza está construido en el siglo XIII y ¿ sabéis quién lo construyó ?
Os lo podéis imaginar, ¿ verdad ?
Sí señor. El diablo.
Era el año 1293 y, Pascasio de Gormaz, el prior de la Catedral de La Seo ( el Deán ), era un tipo muy orgulloso y altanero y quería poder pasar desde la Catedral de La Seo hasta las casas de al lado sin tan siquiera tener que pisar la calle. Que nadie lo viera.
Hay quien dice que tenía alguna amante en aquellas casas pero eso es algo que nunca se sabrá.
Tewnía el Deán tal obsesión con poder hacer aquello que llegó a realizar un pacto satánico. Un pacto de magia negra con el mismo diaple. Con el diablo.

El diaple. Siempre dispuesto a un buen pacto

El diablo cumplió su palabra y en una sola noche, construyó un precioso e imponente arco que pasaba da casa y casa y nadie desde fuera podía ver nada de lo ocurrido en el interior.
Eso sí, como es de suponer, el diaple le pidió al Deán algo a cambio.
¿ Su alma ? No. Minucias…
Tenía poco valor el alma de aquel engreído.
El diaple le hizo firmar al Deán un pacto mediante el cual, a cambio de la construcción de la bella arcada, todas y dogo absolutamente todas, las personas que pasen bajo él, entregarán al morir su alma al diablo.
Es uno de los edificios más malditos del mundo.
¿ Habéis pasado en alguna ocasión bajo el arco del Deán…?
Pues… ya sabéis.

El maldito Arco del Deán

domingo, 14 de mayo de 2017

Los tres espíritus errantes de la comarca de Borja



Ocurre cada año durante el equinoccio de otoño.
Hay tres espíritus errantes, que anduvieron por Aragón hace muchos años y es precisamente en esa noche cuando retornan por un instante a los que fueron sus hogares hace ya tantos y tantos años y deambulan, afligidos, durante esa noche mágica por sus corredores y almenas.
Son los espíritus de Zuleika y Zubella.
Dos moras que aparecen en el castillo de Borja la una y en el palacio de Bulbuente la otra.
Y todavía aparece otro espíritu. El tercero.
Aparece sobre las destrozadas almenas del castillo de Trasmoz, aullando como una fiera. Es el espíritu del mismísimo diablo, del diaple.

Siempre recurrente el imponente castillo de Trasmoz en nuestro legendario

En aquella época a la que refiere la leyenda, entrado el siglo XI, había un gobernante.
Serio. Se dice que nunca jamás se le había visto sonreír. Gobernaba sus territorios sabiamente y con mano de hierro.
Su nombre era Ahmed Mutamid.
Había sido gobernador de varias ciudades. Las tomaba en pleno caos, ponía las cosas en su sitio y se marchaba a otra.
Cierto día, llegó Ahmed a Borja y se convirtió en el gobernador de la ciudad zaragozana.
Allí Ahmed podía incomunicarse en el retiro de su palacio.
Pasaba una enorme cantidad de horas él solo. Encerrado en una de las torres, en la más alta. Incomunicado y con orden de no ser molestado bajo ningún concepto.
¿ Sabéis con qué fin ? Con el fin de estudiar.
Ahmed había caído en las garras del estudio de la sabiduría oculta, de la nigromancia, la alquimia, la astrología, la cábala.
No hacía otra cosa que estudiar y estudiar y profundizar cada día más en estos arcanos saberes.
Ahmed llegó a ser un auténtico maestro en adivinación e invocación a los muertos, llegó se dice, a conseguir la ansiada transmutación de los metales. Hay quien dice que pudo llegar a conseguir la inmortalidad, tal era el poder y el conocimiento de aquel gobernador.
De cualquier modo, Mutamid quería más.
Ansiaba toda la sabiduría del universo. Toda.
Y encontró un modo de poder conseguir lo que ansiaba.
Tras muchas noches de rituales de sangre, de invocaciones maléficas, de magia negra y de oraciones impías, hay quién dijo que incluso algún sacrificio humano tuvo lugar en estos ritos, pero por fin, invocó al mismísimo diablo.
Esa misma noche, la que apareció el diablo, los enemigos de Ahmed estaban llegando a la ciudad, en un día o dos , llegarían a buen seguro.
El diaple, aprovechando esta ocasión le ofreció a Mutamid un pacto.
Él, en una sola noche construiría un castillo.
Una poderosa atalaya desde la que poder aplacar el progreso de las tropas enemigas que iban a llegar a Borja.
El diablo a cambio, como no podía ser de otro modo, le pidió un alma.
Pero no la suya, no. El diaple no necesitaba el alma de Ahmed para nada.
Le pidió el alma de la primera persona de su familia que viese ondear en Borja la bandera con la cruz cristiana.
El mago aceptó las condiciones del diablo, pensando que como tampoco tenía familia, le iba a dar igual el trato y no muy convencido del poder del diaple para edificar un castillo en tan solo una noche.
En efecto el pacto se cumplió.
Por artes oscuras, por medio de la magia negra y el poder del diablo, el poderoso e imponente y siempre maldito castillo de Trasmoz se levantó en una sola noche.
Y con la posición ganada, el ejército de Mutamid derrotó a los cristianos allí mismo.
El estratégico castillo del diaple, había sido de mucha utilidad.
Cierta mañana, varios soldados de Ahmed, apresaron a una muchacha que deambulaba por las cercanías.
Se llamaba Isabel. Mutamid se prendó de la hermosa joven e incapaz de resistir, se casó con ella.
Tan solo un año después, la joven da a luz una preciosa niña fruto de aquel amor con Ahmed. La niña llevó como nombre Zubella. Corría la fecha exacta de quince de Noviembre del año mil noventa y seis (el mismo día en el que San Jorge se aparece a los cristianos en la batalla de Alcoraz), ¿ no os parecen bonitas las casualidades ?
Desgraciadamente Zubella nunca conoció a su madre pues la preciosa Isabel murió durante el parto.
Zubella fue criada por una anciana tata procedente de los Pirineos. La vieja era Zuleika, ese era su nombre.
A escondidas de Mutamid, Zuleika fue instruyendo a Zuleya en secreto, en las viejas costumbres y en el cristianismo.
Las dos vivían en el palacio familiar, en Bulbuente.
El mago  prendado de su hija como estaba abandonó su dedicación a la nigromancia y a las artes oscuras y pasaba los ratos con su hija.
Era lo mejor que le había dado este mundo.

Palacio de Bulbuente en la actualidad

Pasaron los años de esta guisa, llenos de felicidad para todos pero la profecía del diaple estaba por cumplirse.
El veinte de Septiembre del año mil ciento ocho, las tropas cristianas del rey batallador entraban en Borja arrasándolo todo por donde pasaban y escalando las murallas de la fortaleza, el estandarte de la cruz de San Jorge es clavado en lo más alto de las almenas de aquel castillo.
Cuando los conquistadores logran penetrar en el recinto se encuentran con que está vacío. Ningún ejército ni ningún mortal se halla dentro para proteger la plaza. ¿ Qué está ocurriendo ? ¿ Qué es aquel silencio ?
Tan solo queda un intenso olor a azufre en aquellas silenciosas estancias.
Tan solo el tintineo de las espadas y las armaduras de aquellos caballeros se escuchan.
Están convencidos de que aquello es obra de un encantamiento pero ante la facilidad del suceso, conquistaron Borja en muy poco tiempo.
¿ Sabéis lo que había pasado ?

Ruinas del castillo de Borja

En efecto, cuando el estandarte con la cruz ondeó en la almena, la primera persona en verlo fue Zulaya, la hija de Ahmed  y es en ese mismo momento cuando el diaple se le apareció al mago.
Exigiendo su alma.
Exigiéndole a Mutamid su parte del pacto.
Pero ahhh… Mutamid conservaba intacto todo su poder. Había dejado de practicar la magia pero no había perdido ni un ápice de su antiguo saber y en ese momento lanzó un poderoso encantamiento.
En ese mismo momento el mago transformó en piedra a su hija, a la esclava Zuleika, a las esclavas, a los cocineros, a todo el ejército. Transformó a todos en piedra, hasta a sus perros y una vez realizado este conjuro, se entregó al señor del infierno.
Llévame a mí, pues conmigo es con quien hiciste el pacto, diablo.
El demonio enfurecido, y gritando como un poseso, agarró a Mutamid en ese mismo momento y lo arrastró hasta el infierno, donde aún estará.
Es por eso que todos los años, durante este equinoccio de otoño, aniversario de la reconquista cristiana de la ciudad de Borja, se aparecen estos tres espectros errantes en tres lugares muy determinados.
Alrededor de la media noche.
Sobre el palacio de Bulbuente, se aparece el fantasma de la anciana Zuleika, herida en el alma por la pérdida de su preciosa Zuleya.
Sobre los torreones del castillo de Borja, se aparece el espíritu de Zuleya. También oscura, triste y melancólica y se le puede escuchar llorar por su padre.
La tercera sombra, la más siniestra de todas, se aparece sobre la torre del castillo de Trasmoz.
Es la silueta del mismo diablo que, enfurecido por el engaño lanza poderosas tormentas y rayos contra las ciudades de la comarca.

Preciosas moricas encantadas


domingo, 22 de enero de 2017

El diaple en el Congosto de Santa Elena



Para franquear desde Biescas al Valle de Tena, el paso obligatorio es el del llamado Congosto de Santa Elena.
Esta marcha es un enclave natural excavado durante siglos por el rio Gállego y lleno de leyendas y mitología, de dólmenes y energías mágicas y además, se decía que en la zona… solía deambular el mismísimo diablo.

El impresionante Congosto de Santa Elena...

...lugar mágico y legendario !

La leyenda nos habla de un joven del valle que, perdidamente enamorado de una moza de la zona, no hacía otra que pasear por los parajes suspirando y ensimismado en sus pensamientos amorosos para con la chica.
El chico declaraba su amor a la joven, prácticamente, todos los días pero ella no sentía la más mínima atracción por él y le rechazaba una vez tras otra.
Cierto es que el mozo se encontraba completamente desesperado y es por ello que maliciosamente, una noche, allí en el mismo Congosto de Santa Elena se le apareció el diaple.
El demonio, pretendiente de la pura alma del mozo, le ofreció un pacto.
Un terrible pacto diabólico y le dijo lo siguiente:
No te preocupes más por la moza pues tuya ha de ser.
Lo único que tienes que hacer es ponerte a mi servicio, abrirme un poco la puerta y dejarme entrar en tu espíritu
El chico, tan enamorado como estaba y capaz de cualquier cosa por el amor de la doncella, se ofreció al diablo y quedó poseído.
Al final, como era de esperar, la muchacha cedió a las pretensiones del joven y quedaron los dos enamorados.
Tal era el poder de este diaple montañés.
Pasaron los años y una tarde, cuando los dos enamorados regresaban de un rodeo campestre, paseando, felices, con sus manos entrelazadas, se encontraron “casualmente” con el diaple quien, disfrazado como un campesino y sin perder ni un segundo, le recordó al muchacho su anterior pacto con las siguientes palabras:
Hola chico. Espero que recuerdes que aunque nada te haya ordenado en estos meses a mi servicio sigues y tienes que hacer cuanto yo te ordene. En caso contrario, te quitaré lo que te di, además de castigarte
El muchacho, horrorizado ante la probabilidad de perder a su estupefacta amada, la cual no comprendía nada de la situación, le suplicó al diaple que no hiciese nada y le juró y perjuró que haría todo lo que este le pidiese. 

No siempre el diaple se nos aparece con su apariencia clásica

El diablo, sonriendo satisfecho, le pidió al muchacho que se subiera a la chica sobre su espalda y una vez de esta guisa, a corderetas con la moza y a una palabra mágica que el diaple pronunció, los tres salieron volando a toda velocidad en dirección a la selvas de Asieso y alcanzando gran altura. Tal era la elevación que habían alcanzado que algunos vecinos de Biescas, pudieron verlos volando contra la silueta de la luna.
En un momento del viaje el diaple le dijo al joven:
Ahora es el momento. Haz lo que yo te digo. Suelta a la moza, pues quiero ver cómo se despeña contra las rocas del barranco. Hazlo, pues yo te lo ordeno y no puedes desobedecerme
El diaple se quedó atónito al ver que el joven no lo hacía e intentó entrar dentro de él pues hacía meses que ya tenía la puerta abierta y lo tenía poseído pero… ay cual fue la sorpresa del maligno cuando vio que no podía entrar en el joven.
La puerta estaba cerrada y por cierto, más cerrada que nunca.
Había ocurrido que, tal y como se echaron a volar, la muchacha comenzó a rezar fervorosamente a San Antonio, el patrón del pueblo y este otorgó al momento tal poder a la pareja de enamorados que el diaple hastiado de la situación y viendo que su poder nada podía, desapareció, haciendo que los muchachos aterrizaran suavemente sobre el puente.
El puente que a día de hoy se conoce como “El puente del diablo”

El puente del diablo desde arriba...

...y desde abajo