Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular
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domingo, 24 de septiembre de 2017

La Sima de San Pedro en Oliete



En la localidad de Oliete, podemos hallar esta imponente sima.
El lugar es un lugar de poder. Mágico por excelencia y habitado por los seres humanos dese hace tiempos ya inmemoriales.
La sima de San Pedro es tan profunda que muchos de los lugareños haber arrojado una piedra, rezar un credo, y aún tardar unos segundos en poder escuchar el ruido del guijarro al llegar al fondo.
¡ Cómo puede ser posible tal profundidad ?

Impresionante !

No faltan quienes achacan el hecho de esta impresionante sima a poderes mágicos de antiguas brujas en la zona o incluso al mismísimo diaple. Al diablo.
Hay otra tradición que asegura que el fondo de la sima conecta nada más y nada menos que con el mar y que el agua depositada en el fondo es salada.
¿ Será un mito…?
¡ Quién sabe !

Sima de San Pedro. Estudio topográfico

domingo, 4 de junio de 2017

El misterioso dolmen de la Losa Mora



Este magnífico enclave se encuentra en la localidad de Rodellar.
Rodellar es un precioso pueblo, muy pequeñito y en invierno no pasará de estar habitado por un par de familias o tres.
Llegaremos al enclave, atravesando el mágico y encantado Barranco del Mascún, hogar de duendes bruxas y de uno de los loberos más afamados de la historia de Aragón, Mauro.
Justo antes de llegar a la aldea de Nasarre, encontraremos la imponente mole conocida como “La losa Mora”
Este lugar está completamente lleno de mitología y leyendas.
En algunos csos se cuenta que una hilandera encantada llevó la gigantesca piedra sobre su cabeza hasta depositarla en su lugar actual.

La Losa Mora

Otra de las leyendas de la zona, nos habla sobre un tendero de Rodellar que se dirigía a la aldea de Otín `para practicar su compra venta habitual.
El hombre iba asustado porque no había otro camino y, absolutamente siempre, al pasar por debajo del megalito, una sombría figura, le saltaba encima del caballo, lo derribaba y le daba una tremenda paliza.
No le robaba ni le hablaba, tan solo lo molía a palos.
El tendero siempre recordó que era una figura como de hombre, pero totalmente negra y con el pelo muy brillante, como de fuego.
Así era la criatura que se escondía en el interior del dólmen.

Dólmen de Losa Mora
Tenemos otra historia en la que en esta ocasión el protagonista era un carpintero de Eara.
Tras un largo día de trabajo, el carpintero regresaba a su casa y se dispuso a recoger un buen fajo de leña pues ya empezaba a refrescar y una buena fogata nada más llegar a casa, es precisamente lo que más le apetecía.
Se detuvo junto al camino, recogió unos buenos trozos, hizo un buen fajo con ellos y, anudándolo bien, retomó el camino. A casa. Tranquilamente.
Pero no. Nada de eso. Todavía no había dado tres pasos, que todo el fajo de leña, se abrió y cayó al suelo desparramándose aquí y allá.
El hombre quedó muy extrañado pues mira que él era un buen especialista en nudos y le parecía casi imposible que la leña se le hubiese caído pero en fin… no pasa nada.
La volvió a recoger y a anudar, en esta ocasión con un doble nudo montañés.
A los tres metros andados, los leños volvieron a caer al suelo.
El hombre se dijo a sí mismo que no iba a dejar aquella leña allí para que se la llevase otro y volvió a atarla con un buen hatillo lleno de nudos. Ahora era imposible perderla. Retomó la marcha.
La leña no se caía pero comprobó horrorizado que… ¡ no podía mover los pies !
Aquello fue demasiado para él. Dejó la leña en el camino y vio que así sí que podía moverse. Sin lugar a dudas aquel lugar estaba encantado y ensimismado en sus pensamientos, regresó a su casa.
Cuando había recorrido ya algún kilómetro y las casas de la aldea de Bara ya se avistaban a lo lejos, vio como tres hombres, ataviados con unas sayas de color blanco al estilo de los curas se acercaban también, cuando los tres hombres llegaron a su lado, justo cuando nuestro protagonista se disponía a saludarles, éstos se disiparon en una nube como si jamás hubiesen estado allí.
El carpintero no se asustó y achacó todo al nerviosismo adquirido durante el “problemilla” con la leña.

Estas extrañas presencias, también han hecho aparición en los bosques aragoneses

Siguió bajando por el camino y a lo lejos, pudo ver en el mismo, en medio, un ataúd.
Un ataúd cruzado en el camino. Blanco como las vestiduras de los fantasmones anteriores.
Recordó que su abuelo le había hablado de algo parecido y siempre le había dicho que si se encontraba un ataúd en el camino, ¡ que no mirara !.
Que bajo ningún concepto echara un vistazo dentro de la caja fúnebre. Que diera un pequeño rodeo.
Nuestro amigo así lo hizo y ahora, ya asustado, emprendió a paso ligero hacia su casa.

Nunca jamás acercarse a un atud en medio del camino !

Cuando llegó a casa por fin, se encontró a la mujer muy asustada.
Le contó ella que desde dentro de la artesa, mientras se encontraba amasando pan, se oyeron tres golpes sordos y la propia artesa comenzó a saltar. Que si estaba encantada, que si patatín.
Aquello fue demasiado para el pobre carpintero y a la mañana siguiente se fue a ver al mejor mago de la comarca, al debinaire de Rodellar.
Precisamente nada más pasar de nuevo por la derecha de la Losa Mora, ya emprendiendo el camino que llaman “Sendero del Vallón de Moros”, escucho un tremendo jolgorio a sus espaldas, como si cientos de personas e instrumentos hubiese, todos gritando y tocando a la vez.
Cuando se giró, pudo comprobar cómo el ruido cesaba y además nadie había tras él. El camino seguía tan solitario como siempre.
 Siguió andando y a los pocos metros, volvió a ocurrir.
Era casi ensordecedor. Unos impresionantes estruendos junto con voces, gritos y una infinidad de instrumentos musicales se escuchaban tras él, como si estuviesen situados a pocos metros.
Se giró y… nada. Adiós al ruido y por supuesto, no había nadie.
Muy asustado, llegó a casa del debinaire y le contó todo lo sucedido desde el día anterior hasta ese mismo momento.
El debinaire le aclaró al carpintero que toda la zona de la Losa Mora, estaba encantada y que para que el encantamiento cesase en su casa, lo que tenía que hacer aquella noche era dejar un plato de agua junto a la ventana.
El debinaire le pidió al carpintero sus honorarios y este se dio cuenta que con las prisas, no había traído el dinero.

El mago o debinaire. Un personaje muy popular en el legendario aragonés

Entonces el adivino se enfadó, y le dijo que no iba a decirle porque el encantamiento las había tomado con aquel pobre hombre, que se marchara, que ya le había dicho bastante.
El hombre volvió a casa y los fenómenos cesaron.
Bueno, cesaron en su casa, por que han pasado los años y en la zona de la Losa Mora, siguen ocurriendo de los más extraños portentos.
Nunca averiguó aquel hombre, porqué los duendes, la habían tomado con él.


domingo, 28 de mayo de 2017

La cueva de Chaves



En la población oscense de Bastaras, encontramos otra cueva encantada.
Bueno, no tan encantada la cueva quizás, como la morica que habita en ella.

Acceso

Desde hace siglos, se cree que es muy peligroso adentrarse en la cueva pues una morica encantada habita en ella. Una encantaria.
La cueva de Chaves tiene una boca inmensa, impresionante, colosal.
Abre su boa de más de 50 metros de longitud e invita a entrar al visitante.
Lugar mágico. De poder.
Lugar misterioso ya habitado desde tiempos del neolítico, pues se han encontrado interesantes yacimientos en su interior.
Desde hace siglos, los pastores depositan a la entrada de la cueva pan y leche, pues esta es la exigencia de la mora que vive en ella.

Moricas encantadas en todo Aragón

La mora, enamoraba a todos aquellos mozos que penetraban en su cueva y los desposaba. Se casaba con ellos mediante un misterioso ritual y estos, quedaban tan enamorados de sus encantos y de sus conocimientos sexuales, que no osaban abandonar la cueva para nada.
Pero ay amigos… esta felicidad tan solo duraba trescientos sesenta y cinco días, pues al final de estos, se dice que la mora se transformaba en una gigantesca serpiente  y terminaba devorando al infeliz novio.
Es en ese momento cuando salía para buscar algún otro pastor o campesino o paseante.
Se dice en la comarca que incluso algún hombre casado cayó en los brazos de la morica de Bastaras para no volver a ser visto nunca jamás.
Los pastores depositan esta ofrenda a los pies de la cueva para evitar que la mora los engatuse y se quede en el interior de la gruta. Eso sí… evitan entrar en la medida de lo posible.
A día de hoy la cueva se encuentra en muy mal estado y se pide que se haga algo para remediar la casi ya inevitable pérdida de tal patrimonio.
Quién sabe la morica de Chaves está realmente ayudando con su presencia a que no penetre nadie en la cueva,
 ¿ no creéis ?

Los impresionantes 50 metros...

...de la Cueva de Chaves

domingo, 26 de febrero de 2017

La misteriosa cueva de San Elías, en Valcarca



El enmarañado complejo de cuevas de Valcarca, en el término de Binaced, ha sido un lugar mágico por excelencia.
Se han encontrado restos neolíticos en las mismas, fijaos si viene ya de lejos el conocimiento sobre estos misteriosos pasajes.
Estuvieron de nuevo deshabitadas durante siglos y en la edad media, volvieron a ser resididas.
En esta ocasión casi siempre por anacoretas.

Cueva de San Elías

La leyenda nos cuenta que la hija del jurado mayor de la población, subía todas las mañanas a buscar agua a la denominada Fuente Santa, famosa por sus aguas limpias y medicinales.
Una de esas mañanas, de dentro de la cueva cercana a la fuente, salió un anciano con larga barba.
La muchacha convencida de que se trataba del ermitaño, no se asustó y se quedó un rato hablando con el viejo.
La mañana era muy fresca y el anciano muy agradable.
La sorpresa de la muchacha fue mayúscula cuando el abuelo le dijo que era el mismísimo profeta Elías.
Le dijo que bajará al pueblo y comunicara al párroco y las autoridades que en aquel lugar había que edificar una ermita pues Nuestro señor así lo deseaba.
La muchacha bajó con el agua y propagó la noticia a los cuatro vientos mas lo único que consiguió fue que se rieran de ella.
Nadie en la población le hizo caso. Ni siquiera el cura y la chica muy triste, a la mañana siguiente, subió para encontrarse con el profeta y contarle lo sucedido.
Elías, allí estaba y además ya conocía lo que le había pasado a la muchacha.
La consoló y le dijo:
No te preocupes muchacha. Mañana por la tarde, cuando se haya puesto el sol, encárgate de que algún mayor del pueblo te acompañe. Dile que venga a mi cueva y yo, les daré una muestra de quién soy y de lo que tienen que hacer”.

A la noche siguiente la muchacha había conseguido despertar la curiosidad del alcalde, de su padre y de varias de las personas más importantes del pueblo y subieron todos a la fuente como si de una siniestra romería se tratase.
Al llegar a la entrada de la cueva, la muchacha llamó al profeta para que saliese pero ningún sonido provenía de dentro de la gruta.
Los hombres del pueblo, enfadados, entraron en la caverna dispuestos a darle una buena lección al bromista y… menuda sorpresa con lo que se encontraron.
No había rastro del ermitaño pero en su lugar lo que sí que había era una preciosa estatua de San Elías.

Estatua de San Elías

Subieron la estatua a lo más alto de la sierra como el profeta le había dicho a la muchacha y allí edificaron la ermita, que aún sigue en pie.
San Elías es el patrono del pueblo y de la Fuente Santa, sigue manando un agua medicinal, casi mágica.

Pues que sois tan generoso
grande Elías y señor,
todo el pueblo por tu amor
alcanza dulce reposo

Ermita de San Elías sobre el complejo de cuevas de Valcarca