Año 1439, la leyenda nos sitúa en una época exacta, y nos
cuenta como en la localidad de Maella en Zaragoza, gobernaba un señor feudal
cruel.
Un auténtico tirano. (Ahora por lo menos nos roban
disimulando, pero antaño ni eso).
Se cree que el tirano fue Don Manuel de Ariño
Desde lo alto del castillo que vigila la población, Ariño
hacía y deshacía a su antojo.
Lo que queda en la actualidad del imponente castillo de Maella |
La cuestión es que los ciudadanos del pueblo se rebelaron
contra él e intentaron expulsarlo.
Después de un par de días de guerrillas e intentos vanos y
varias tristes muertes, el señor de la localidad salió victorioso pues aunque
no era un gran ejército lo que poseías, sí que era suficiente para derrotar a
aquellos aldeanos, más valerosos y aguerridos que efectivos en realidad.
Una vez sofocada la revuelta, el tirano dictó una sentencia
para dar ejemplo al populacho y que jamás volviese a repetirse un acto
parecido.
La sentencia era terrible.
El cabecilla de la revuelta ciudadana sería ejecutado. Le
cortarían la cabeza por la mañana en la plaza del pueblo.
La prometida del joven, una hermosa muchacha, trató de
interceder y le suplicó al tirano que no matase a su novio. Le imploró por la
vida del chico y le prometió que haría cualquier cosa que le pidiesen por
salvar a su amado.
Ariño, cruel y malvado como era y percatándose de la belleza
de aquella muchacha le dijo:
“El único modo de que le perdone la vida al revolucionario
es que me concedas tu mano”
La muchacha entristecida accedió y esa misma tarde, el joven
fue puesto en libertad y el tirano comenzó a pensar en los preparativos para su
boda con la preciosa moza.
Señores feudales. Déspotas e injustos en la gran mayoría de los casos |
Pero ocurrió lo impensable. Uno de esos actos que pueblan el
leyendario de pueblos indómitos y valerosos como el aragonés.
La muchacha se amputó la mano ella misma y se la envió al
tirano en una bandeja.
Dicen que el déspota cuando la vio comenzó a gritar “¡ la mà
d´ella, la mà d´ella !”
La mano de ella.
Y al poco tiempo la villa pasó a llamarse Maella.
Incluso la mano de la valiente muchacha aparece en el escudo
de la localidad.
El tirano suavizó mucho su comportamiento desde aquel día y
la muchacha, aunque manca, se casó con su prometido.
Bandera y escudo de Maella |