Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 1 de octubre de 2017

Las bruxas del fuerte de Samper



En la población turolense de Samper de Calanda, nos encontramos con un lugar que está bautizado como “el fuerte”.
El antiguo castillo de la plaza se alzaba altivamente sobre el saliente de lo que después haya sido el centro social. 

Torre de "el fuerte" en Samper

Este es el lugar.
Se dice que en este sitio, hace cientos de años, habitaban las brujas.
Y que era lugar de importantes aquelarres presididos por reinas de las brujas y machos cabríos negros.
Se dice en el pueblo, que cuando alguna de estas brujas moría, pedía ser enterrada en aquel lugar.
El sitio exacto era una fosa común muy cerca de las tapias, conocida como “la puerta de los zarzales”.

Aquelarre

Allí mismo, a día de hoy, justo encima de todos los aún poderosos huesos de las brujas allí enterradas, crecen unas plantas espinosas llamadas artos.
Los artos han intentado eliminarse desde hace cientos de años pero es completamente imposible.
Se fumigan y se arrancan pero al poco tiempo vuelven a aparecer.
Nudosos, espinosos y retorcidos como si las manos de aquellas viejas hechiceras pugnaran por salir a la libertad de la vida de nuevo.

Los Artos

domingo, 24 de septiembre de 2017

La Sima de San Pedro en Oliete



En la localidad de Oliete, podemos hallar esta imponente sima.
El lugar es un lugar de poder. Mágico por excelencia y habitado por los seres humanos dese hace tiempos ya inmemoriales.
La sima de San Pedro es tan profunda que muchos de los lugareños haber arrojado una piedra, rezar un credo, y aún tardar unos segundos en poder escuchar el ruido del guijarro al llegar al fondo.
¡ Cómo puede ser posible tal profundidad ?

Impresionante !

No faltan quienes achacan el hecho de esta impresionante sima a poderes mágicos de antiguas brujas en la zona o incluso al mismísimo diaple. Al diablo.
Hay otra tradición que asegura que el fondo de la sima conecta nada más y nada menos que con el mar y que el agua depositada en el fondo es salada.
¿ Será un mito…?
¡ Quién sabe !

Sima de San Pedro. Estudio topográfico

domingo, 17 de septiembre de 2017

Los otros amantes de Teruel



Ya conocemos la famosa historia de los amantes de Teruel pero ahora vamos con “la otra”.
Esta leyenda refiere a Doña Aldonza de Entenza y a Don Berenguer de Azlor.
La pareja se profesó amor eterno en Montalbán, provincia de Teruel y fueron muy felices mientras pudieron pero ay…
Los celos, que son el peor enemigo con el que una pareja puede encontrase comenzaron a hacer mella.

"Los amantes de Montalbán"

No los celos entre ellos, pues su amor era puro.
Los celos que tenía de ellos Don Jaime de Bolea.
Se encargó personalmente de desarreglar aquel amor.
Con su poder, no le fue complicado presentar un documento falsificado que demostraba que Aldonza y Berenguer eran hermanos.
Berenguer cayó en la trampa y entristecido y ofuscado como estaba, abandonó a su amada e ingresó en la orden de Santiago.

Caballero de la orden militar de Santiago

Restos del castillo de la orden en Montalbán

Poco después fue nombrado Comendador de Montalbán pues la valía del muchacho era realmente notable.
Aldonza no tardó en descubrir que todo era un engaño de Don Jaime y por supuesto y como suele ocurrir en estos casos… enfermó de amor.
Trató de encontrar a su amado pero era ya demasiado tarde.
Cuando llegó al castillo de la orden, se enteró de que su amado había muerto hacía meses.
Incapaz de aguantar tanto dolor y frustración, la pobre Aldonza, sintiéndose morir corrió a abrazar la estatua de su amado que orgullosa se erigía se sobre la tumba del desdichado Berenguer.
Aldonza murió a las pocas horas.
Abrazada a la escultura de su amado.
Al enterarse todo el mundo, los amantes fueron enterrados juntos.
En su tumba se esculpió un precioso epitafio que decía:

Justo es que reposen juntos en la muerte

Los que tanto se amaron en vida.

Aldonza llora la pérdida de su amado

domingo, 10 de septiembre de 2017

Los amantes de Teruel



La leyenda nos habla sobre dos enamorados.
Juan Diego Martínez de Pataculia se enamoró perdidamente de Isabel de Segura, la preciosa hija de Don Pedro de Segura.
Preciosa y única y Don Pedro, con su alta posición desde luego, no iba a permitir que su hija se casase con un cualquiera.
Don Pedro despreciaba a Juan Diego por su pobreza. El muchacho era humilde y trabajador, y de gran corazón pero… no tenía ningún dinero y Don Pedro era una de las personalidades más acaudaladas de Teruel.

Las momias de "Los amantes de Teruel"

Isabel también enamorada de Juan Diego le dijo que lo amaba. Que lo quería con todas sus fuerzas pero que sin el consentimiento de sus padres, no se casaría.
Fue en ese momento cuando Juan Diego le hizo prometer una cosa a su amada:
Si en verdad me amas Isabel, guárdame tu amor durante cinco años. Tan solo te pido eso. Y al cabo de los mismos, yo regresaré con tanto dinero que tu padre suplicará que me case contigo
Isabel le hizo la promesa a su amado y le esperó.
Juan Diego cruzo mares y océanos y trabajó de soldado y de sirviente, de todo lo que pudo con tal de ganar dinero y poder ahorrar por su amor.

Todos los años se representa la tragedia en la ciudad

El padre de Isabel, instaba a esta a casarse con algún buen mozo pero ella le iba dando excusas.
Tanto insistió su padre que Isabel le contó al mismo que ella había votado virginidad hasta los veinte años y éste, como la quería respetó su decisión.
Al cumplir los veinte es precisamente cuando regresaría Juan Diego así Isabel no tendría ya que preocuparse, este era el plan de la moza.
Y pasaron los cinco años. Y resultó que Juan Diego a costa de todo su esfuerzo e ilusiones, consiguió ahorrar la totalidad de cien mil sueldos. Trabajando por mar y por tierra. Sin descansar. El esfuerzo había valido la pena, ahora había que regresar.
El padre de Isabel insistía todos los días.
Isabel, hija mía. Han transcurrido ya los cinco años de tus votos, tienes que casarte antes de que te hagas vieja
Isabel apesadumbrada veía que su amado no regresaba, que ni tan siquiera había dado ni una señal de vida y, convencida de que habría encontrado un amor correspondido y menos injusto que el de ella, decidió contraer matrimonio con uno de los muchachos propuestos por su padre.

Detalle de "Los amantes de Teruel" de Antonio Muñoz Degrain

Diego regresó tarde pues Isabel ya estaba casada.
Y, colándose en su casa, se puso tras el lecho y le dijo:
Por favor Isabel. Tan solo una vez. Pero bésame, que me muero
Isabel emocionada y asustada y siempre fiel, le contestó:
No quiera Dios que yo falte a mi marido. Por la pasión de Jesucristo os suplico que busquéis a otra, que de mí no hagáis cuenta, pues si a Dios no ha complacido, tampoco me complace a mí”
Don Diego replicó:
Isabel, bésame que me muero
Y la muchacha le contestó:
No. No quiero
Y en ese mismo momento, Juan Diego murió. Allí mismo. A los pies de la cama.
El marido de Isabel al despertar, preguntó a ésta lo ocurrido y cuando ella se lo contó le preguntó:
Por el amor de Dios, ¡¿ cómo no lo has besado !?”
Y ella le contestó:
Por no faltar a mi marido
El marido se emocionó tanto que le dijo a Isabel:
Ciertamente, como Juan Diego decía, eres digna de alabanzas
Acordaron sacar al pobre Juan Diego de la casa pues la gente podía pensar que el pobre marido en un arrebato había matado al muchacho, nada más lejos de la realidad.
Lo llevaron a la casa de loa padres de Isabel y desde allí, y una vez contado el drama se procedió al entierro del pobre Diego.
Antes del funeral y con el beneplácito de su marido, Isabel fue a darle al fallecido Diego el beso que en vida le había negado. Y tan apasionadamente fue aquel beso que una vez realizado, Isabel murió sobre el cadáver de Diego.
El marido de Isabel contó a todo el mundo lo sucedido y se acordó enterrarlos juntos.
Juntos para siempre los que en vida no pudieron hacerlo.


Los amantes, en su propio museo