Esconjuramiento
Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.
Esconjuramiento aragonés. Popular
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.
Esconjuramiento aragonés. Popular
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martes, 25 de febrero de 2020
El Aragón mágico en Aragón TV... VI
En la nueva aventura de los escritores Carolina Millán y Joan Rosell descubrimos a las brujas de la comarca del Alto Gállego.
El bruxón Pedro de Arruebo, la población de Acumuer, las espiritadas de Yebra de Basa, el cráneo de Santa Orosia... y más.
domingo, 15 de julio de 2018
El batanero de Villalba Baja
Hace
bastantes años, en la población turolense de Villalba Baja, había un batán bastante
próspero. El batanero era un hombre adinerado y trabajador y vivía en la casa
encima del batán.
Una mañana
en el monte cerca e la localidad, se encontró el batanero con dos cachorros de
lobo. Eran recién nacidos y decidió llevárselos a su casa.
Esa misma
noche, cuando estaba durmiendo, escuchó unos extraños ruidos en la puerta del
batán y se asomó a la ventana para ver qué ocurría. No eran nada más y nada
menos que dos lobos grandes. Negros. Que estaban intentando escarbar, para
hacer un agujero por debajo de la puerta y poder entrar a la casa del batanero.
Eran sin duda los padres de los lobeznos.
El batanero se
levantó y agarrando el caldero que tenía en la lumbre, les echó a los lobos por
la ventana el aceite hirviendo. Los lobos se marcharon aullando, como es de
esperar. A la noche siguiente, los lobos volvieron al batán pero como todos
estaban ya avisados y preparados, les arrojaron de todo desde las ventanas y
los lobos se marcharon heridos y ya no volvieron.
¿Los lobeznos del batanero...? |
El batanero
iba por los pueblos de al lado enseñando a los lobeznos en una jaula y se
ganaba unas monedas con este espectáculo pero cuando los lobos se hicieron
mayores y ya no los necesitaba… los mató.
Aquí pareció
acabar la historia del batanero pero no. Acababa de empezar.
Llegó el
carnaval, en Febrero, para estas fechas. Se hizo una gran fiesta y un gran
baile en el pueblo y acudieron al baile dos extrañas viejas. Forasteras. Iban
disfrazadas de brujas. Se terminó la fiesta y cuando todos se marcharon y
regresaron a sus casas, el batanero se encontró con dos de sus criados muertos
en el batán. Los habían ahorcado.
Fue un
desastre pero bueno, se repusieron como pudieron. Pasó un año y al llegar otra
vez la fiesta del carnaval volvieron aquellas dos viejas disfrazadas de brujas.
Se comió, se bebió y se bailó y al amanecer, fueron todos corriendo al batán
por que se estaba incendiando. Quedó completamente destruido, no se salvó ni
una sola piedra.
Al pasar el
año de nuevo y volver otra vez el carnaval y las dos mujeres disfrazadas, los
vecinos de Villalba ya sospechaban que aquellas viejas no iban disfrazadas de
brujas, sino que eran brujas de verdad.
Ruinas del antiguo batán de Villaba Baja |
Prepararon
agua hirviendo con cal y cuando un año más aquellas brujas aparecieron en el
carnaval les echaron el caldero por encima.
La sorpresa
fue que, en un solo segundo y delante de todos, en un visto y no visto, las
brujas desaparecieron al contacto con la cal y en el mismo lugar donde había
dos viejas brujas, tan solo quedaban en el suelo unos ropajes negros,
andrajosos y humeantes.
A la mañana
siguiente, en las afueras del pueblo, ¿sabéis lo que se encontraron los
vecinos?
Dos lobos
enormes, negros.
Muertos.
Con claras
heridas de haber sido quemados… por cal.
Cada uno
ahora, que saque sus propias conclusiones.
¡Nunca podemos fiarnos de una bruxa! |
domingo, 8 de julio de 2018
Encinacorba. Bruxas y Vírgenes
Hay lugares en Aragón con tal riqueza etnológica,
con tal poder, que nos concentra tanto apariciones de la Virgen como del
mismísimo demonio.
Encinacorba es uno de estos lugares. Muy
cerquita de Zaragoza a unos 50 kilómetros nos encontramos con este pequeño
pueblo. Un lugar encantador.
Perteneciente a los templarios hace mil
años y a los caballeros de la orden de San Juan del Hospital poco tiempo
después.
Ruinas del castillo de Encinacorba |
Según esta leyenda son estos mismos
caballeros sanjuanistas que, embarcados en una nave por el Mediterráneo,
tuvieron que afrontar una tormenta .
Una tormenta de mil demonios que a punto
estuvo de enviar a pique el barco. En medio de tan grandiosa calamidad, estos
caballeros se encomendaron a la protección de la virgen y, según nos cuentan
las crónicas, ésta acudió en su ayuda calmando la tempestad que se había
desatado y dejando las aguas como decimos aquí, como una balsica de aceite.
Una vez las aguas se calmaron y con todos
los caballeros ya tranquilos y agradecidos, apareció sobre el mar, un baúl de
madera flotando que los caballeros decidieron pescar y subir al barco. Dentro del
cofre, apareció una imagen de la Virgen y es a esta Virgen a la que se atribuyó
el milagro de la salvación en medio de la tempestad.
Dada la expectación y la devoción que se le
tenía, en cuanto llegaron a la encomienda de Barcelona, la imagen de la Virgen
fue echada "a suertes" entre los caballeros a fin de decidir quién se
haría cargo y velaría por ella.
Había caballeros de varias encomiendas de
España.
La suerte recayó en un caballero originario
de la villa de Encinacorba.
Pero no contentos con el resultado el resto de los caballeros reclamaron que se
repitiese el sorteo.
Hasta siete veces llegó a repetirse el
mismo, y las siete veces el resultado fue idéntico, por lo que al final hubo de
aceptarse que el designio divino era que dicha imagen quedara ligada a la villa
de Encinacorba.
Es nada más y nada menos que la Virgen del
mar y es cómo no, la patrona de la localidad.
Virgen del Mar. Santa patrona de Encinacorba |
Ahora podemos
comprobar en esta misma población cómo en los mismos lugares en los que
vírgenes y entes claramente “blancos” gustan de aparecerse, lo mismo ocurre con
otros entes menos amigables. Como por ejemplo el diaple y las bruxas.
Os voy a
contar una leyenda que me contó mi amiga Trinidad Usón, una gran trufera de la zona.
En el
leyendario aragonés, las bruxas vuelan una vez al año desde el monte Jabalón en
Teruel al aquelarre cercano a la localidad de
Trasmoz en el Moncayo.
Los dos
aquelarres más importantes de Aragón.
Pues bien,
resulta que Durante años se han visto pasar a las brujas en la noche de San
Juan volando en sus escobas sobre
Encinacorba y girando sobre Santa Cruz y sobre la aguja de la torre de la
iglesia. Tienen una ruta fija y, la bruja guía, se orienta siguiendo las
cresterías de las montañas más elevadas, en este caso San Ginés, Peña Palomera,
la Atalaya y Valdemadera en dirección a la zona de Tarazona.
Más de una
de estas viejas, experta en dar el mal de ojo, en espiritar a las personas y a
los animales, se ha quedado a vivir en Encinacorba. Una de las leyendas nos
cuenta cómo un pastor, se encontró con una pequeña cabrita en mitad del monte.
La cabrita
parecía enferma y no podía caminar y el pastor apenado, decidió llevarla en
brazos los kilómetros que faltaban para llegar a Encinacorba.
Cuando ya
estaban muy cerca del pueblo, cuando ya se vislumbraba el esconjuradero s
situado en el cerro más alto de la localidad, la cabra, riendo con voz de
mujer, le dijo al pastor, jajajajaja, gracias por traerme, poca gana de caminar
tenía yo hoy.
El pastor
asustado, tiró la cabra al suelo, quebrándose ésta una pata al caer y el pastor
echó a correr hasta llegar a su casa donde por supuesto su mujer no le creyó.
Al día
siguiente, por la mañana una de las viejas de la localidad que tenía fama de
bruxa, amaneció con una pierna rota y a nadie quiso dar explicaciones de cómo
se lo había hecho.
Reunión de bruxas |
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