"Con sus greñas blancuznas, su formas extravagantes,
su cuerpo
encorvado y sus brazos disformes,
que se destacaban angulosos y oscuros
sobre el fondo de fuego del horizonte"
Gustavo Adolfo Bécquer
La tía Casca vivió en Trasmoz durante el siglo XIX y su historia y leyenda, continúa aterrando a más de alguno.
Los poderes de la vieja venían atrvés de un unto cuya receta secreta se había transmitido de generación en generación.
La Tía Casca procedía de una estirpe de brujas maléficas que vivía en la localidad desde los tiempos de los moros. La bruja hablaba latín y otras lenguas desconocidas sin haber ido a la escuela, podía envenenar las aguas del rio para matar a los anuimales y emponzoñar la hierba, podía volar y echar el mal de ojo a niños y mayores. Disfrutaba sacando a los niños de la, cama para azotarlos sin que sus padres ni tan siquiera pudieran despertarse.
Los vecinos no podían seguir con esta situación.
La bruja de Trasmoz |
Aún rememorada en una calleja de la localidad |
Fue acusada por los vecinos de echadora de malde ojo, de emponzoñadora y nigromante y de tener hechizados a todos los vecinos del lugar.
Estos mismos la persiguieron para lincharla y detrás del castillo del municipio, la despeñaron por un barranco acabando con ella para siempre.
Para siempre ?
No.
Los vecinos de la localidad le comentaron al, mismo Bécquer lo siguiente:
"El espíritu herrante de la bruja se ocupa en perseguir a los infelices pastores que se arriesgan en salir por esa parte del monte, ya hacien do ruido entre las matas como si fuese un lobo, ya dando gemidos lastimeros como de criatura o bien acurrucándose en las quiebras de las rocas que están en el fondo del precipicio, desde donde llama con su mano amarilla y seca alos que van por el borde, les clava su mirada de ojos de búho y cuando el vértigo comienza a desvanecer su cabeza, da un gran salto, los agarra por los pies y los despeña barranco abajo"
Trasmoz. Con el imponente y mágico Moncayo al fondo |
El terror a las brujas en Trasmoz ha permanecido hasta nuestros días pues recién muerta linchada popularmente la Tía Casca, los mismos vecinos el pueblo, sabían que en realidad no habían terminado con el problema:
¡Toma, toma! Mataron a una; pero como que son una familia entera y
verdadera, que desde hace siglos vienen heredando el unto de
unas en otras, se acabó con una tía Casca, pero que su hermana, y cuando
se acaben con ésta, que acabarán también, le sucederá su hija, que aún
es moza, y ya dicen que tiene sus puntos de hechicera"
Qué triste que la ignorancia popular llegue a extremos tan criminales, cuando sabemos que eran los comentarios aberrados los que enviaron a tanta gente a una muerte segura. Matar por religión es lo mismo que hacen los terroristas de hoy. Esta historia vemos que Bécquer la relata con el escepticismo de un hombre culto que no creyó lo que escuchaba.
ResponderEliminarSi te interesa en el Ministerio del Tiempo tratan este suceso en un capítulo de la tercera temporada, el tercero creo.
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