Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 31 de enero de 2016

El barbo de Utebo


La leyenda contaba que apareció hace años en la población de Utebo un gigantesco monstruo.
Era un barbo.
Pero un barbo tal, de tal tamaño, que se dijo que podía posiblemente tragarse a un hombre entero.
De un solo bocado.
No tardaron en reunirse las autoridades llegadas desde Zaragoza para dar caza al monstruo y tras una larga lucha de la bestia contra el Alcalde, el Gobernador, el Capitán General y el Arzobispo con sus esconjuramientos, se pudo dar caza a la maravillosa bestia.
Queréis saber lo que ocurrió de verdad ?
Veamos...

Utebo antiguo. Estación
Tenemos la historia fechada en 28 de Octubre del año 1916. 
En el periódico republicano El ideal de Aragón.
Es una historia bastante simpática y con la que desde luego, ni con ella ni con la coplilla popular que hemos colocado al final de este relato queremos ofender a nadie.
Hay que tomar las cosas como lo que son. Simpáticas anécdotas.
Nos cuenta la leyenda bastante histórica, que había un pescador en Utebo bastante apto aunque con muchas ganas de cachondeo a su vez.
Una mañana, a la orilla del rio Ebro, observó cómo un enorme madero flotaba y se hundía intermitentemente como si tuviese vida propia.
Ni corto ni perezoso, nuestro iluminado pescador tuvo una idea.
Agarró una piel de cabrón, la más negra que pudo encontrar.
Agarró también una docena de clavos bien largos y adornó la cabeza de su imaginario monstruo con ellas.
El efecto era realmente terrorífico.
El hombre se fue derechito a Utebo a buscar al alcalde y le contó lo visto.
"Un monstruo. Un barbo gigantesco capaz sin duda de tragarse a un hombre hecho y derecho de un solo bocado"

Un monstruo fluvial en el Ebro ???
Una comisión de vecinos avisó rápidamente a Zaragoza. Algo había que hacer.
No se podía tener al monstruo en la localidad. Había que expulsarlo o terminar con él. 
Los héroes fueron llegando a Utebo.
El Alcalde, el Arzobispo, el Gobernador y el Capitán General se presentaron en el pueblo.
Casi nada.
Localizaron al monstruo con sus catalejos pues la corriente ya lo había llevado algo lejos y... allí estaba el monstruo.
Ni Julio Verne hubiese descrito una tan fabulosa bestia como aquella.
El Gobernador llegó a opinar que era un lobo de mar, mientras que el Arzobispo creía que era un besugo gigante.
El Capitán General opinó que, fuese lo que fuese, el problema era una mera cuestión de fuerza y que él iba a terminar con el mismo.
Tomó un lazo lo lanzó y, con  inusitada destreza, logró apresar al barbo y montado en su caballo comenzó a arrastrarlo.
Viva !!!
Bravo por el héroe !!! Aclamaba el populacho.
Era el peso del monstruo tal que hicieron falta varios caballos para atraerlo a la orilla y al final...
Ahí estaba !!!
Habían apresado un gigantesco... 
...madero ??? 
Las autoridades creyeron oportuno no remover mucho el asunto y contar que el monstruo había sido capturado heróicamente.
Jamás llegaron a saber quién había sido el bromista hasta bastantes años después.

Escultura conmemorativa en la población de Utebo



Los tontos de Monzalbarba
y los agudos de Utebo
fueron al Ebro a pescar
y pescaron un madero

                                                                               Popular






No hay comentarios:

Publicar un comentario