Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

sábado, 23 de abril de 2016

San Jorge y el dragón



Ha habido discusiones sobre el lugar del encuentro entre Jorge y la bestia pues Pentápolis, es el lugar ocurrió la contienda y Pentápolis se conocen varias desde que el hombre es hombre.
Se defendió incluso la improbable idea de la Pentápolis biblíca, compuesta por las ciudades de Gomorra, Sodoma, Segor, Adama y Zeboím.

Sodoma y Gomorra. Exterminio bíblico

También se habló de la Pentápolis argelina compuesta por los núcleos de Beni Isgen, Bou-Noura, Melika, Ghardaïa y El Ateuff, aunque se desechó al poco por falta de documentación.
Otra de las candidatas era la Pentápolis italiana formada por las metrópolis de Pésaro, Fano, Rímini, Ancona y Senigallia. Tampoco hubo pruebas concluyentes de este enclave.
La Pentápolis filistea en la actual franja de Gaza también se sumó a las pretendientes  a enclave de la leyenda pero tampoco se sostuvo la teoría.
La Pentápolis española no podía faltar al evento y se quiso dar a entender que San Jorge había derrotado al monstruo en la Comarca de las Cinco Villas.
Ninguna teoría se sostenía hasta que se averiguó que la Pentápolis libia era nuestro legendario territorio pues aunque está formada por las actuales Al-Aguriya, Susah, Tocra, Bengasi y Shahat, en tiempos pretéritos no eran estos los nombres originales de las ciudades y estas eran Ptolemaida, Apolonia, Arsínoe, Berenice y por fin… Cirene.
O Sirena. 
Ya tenemos la ciudad donde tuvo encuentro la terrible batalla de San Jorge contra el dragón infernal.

Actual Shahat. Antigua Sirena donde nuestro San Jorge derrotó al dragón

La bestia habitaba en un estanque cercano a la ciudad y los vapores que emanaban del mismo cuando el terrible dragón se sumergía, eran infectos y pestilentes e infectaban las poblaciones cercanas.
Para que no molestase a la población más de lo debido, pues nadie se atrevía a hacer frente al monstruo, los habitantes del lugar le ofrendaban cada día dos ovejas o alguna vaca que el dragón devoraba con gran apetito pero como es de suponer… en poco tiempo las ovejas y las vacas se terminaron.
El dragón exigió doncellas. Quería devorar muchachas jóvenes, ese era su deseo y si no se cumplía destruiría la capital en una abrir y cerrar de ojos y devoraría a todos sus habitantes.
Las muchachas comenzaron a sufrir la suerte impuesta y pronto se hizo un pequeño listado con los nombres de todas ellas cada día una de ellas se sacrificaba por su ciudad y no tardó mucho tiempo que incluso a la hija del Rey le llegó su turno (ahora desgraciadamente ya no pasan estas cosas y las hijas de los reyes se libran de la suerte que les toca cuando esta no es propicia, ¿ verdad ?).
El Rey se opuso a ello, era su única hija, su tesoro más preciado pero la muchacha no quiso ningún trato de favor por su posición y prometió que se entregaría a la fiera del mismo modo que tantas muchachas inocentes lo habían hecho en las semanas anteriores.
El Rey desistió y la princesa se entregó sumisa a la fiera.
Fue esa misma mañana cuando llegó a la población un joven y valeroso caballero. Era Jorge de Capadocia y enterándose del acontecimiento, prometió librar a la ciudad del dragón y acabar con la bestia y su terrible mandato de odio, sangre y fuego.
Llegado el momento y con la princesa completamente sumisa a la entrada de la laguna del dragón, cuando este emergía de las aguas presto a devorarla, Jorge apareció allí montando su caballo y con una gran destreza, acabó con la fiera de un solo y certero lanzazo. Se dice que fueron necesarios cuatro bueyes para poder arrastrar el cuerpo del monstruo hasta la plaza de la ciudad.

San Jorge 1 - Dragón 0

Los habitantes de la ciudad, la princesa, el Rey todas las ciudades de alrededor se convirtieron al cristianismo esa misma mañana y de los restos de la criatura brotó un magnífico rosal.
A San Jorge se le han seguido atribuyendo una impresionante cantidad de hazañas y leyendas aunque la práctica totalidad de los documentos son apócrifos o bien la tradición oral se ha encargado de distorsionar la leyenda del guerrero.
El mismísimo Rey templario Jaime I, aseguró en más de una crónica de su puño y letra, que un caballero blanco con blancas armas había sido visto por los ejércitos moros y cristianos, apareciendo en mitad de la batalla para luchar contra los infieles causando el terror de estos su sola presencia, en más de una contienda.
En la batalla de Alcoraz en el año 1096 se menciona la repentina llegada de un caballero potentemente armado que emitía un inmenso resplandor y que aunque no pudo evitar la caída del Rey Sancho Ramírez en Huesca sí que capitaneó a las tropas cristianas junto a Pedro I a los pies del Castillo de Montearagón derrotando a los moros en una batalla mítica.


Desde el castillo de Montearagón (campamento cristiano de Pedro I) se reconquistó Huesca

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