Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 9 de octubre de 2016

El bruxon de Torrecilla de Alcañiz



En una ocasión, en la localidad de Torrecilla de Alcañiz un pastor pasaba en dirección a Castelserás y se encontró con que en un momento determinado, en una de las calles todas las ovejas y las cabras se detuvieron. Hasta el perro se quedó quieto. El pastor no sabía qué hacer para que los animales prosiguieran su camino, ni con gritos ni con algún varazo que otro pudo conseguir que el rebaño reanudara su marcha. La casualidad posiblemente hizo que el pastor, levantando la cabeza viese a un hombre, tras una ventana haciendo lo que casi nadie hacía por aquel entonces, haciendo algo realmente muy muy extraño en aquellos tiempos, el hombre estaba… leyendo un libro.
Un insólito y pequeño libro de tapas verdes.

Las bruxas y bruxones han guardado sus secreto en poderosos grimorios desde hace siglos

El pastor comprendió al instante que aquel hombre estaba leyendo el Libret, el libro de las brujas y comenzó a maldecir, a increpar al extraño lector. A amenazarle.
El hombre, sonriendo malignamente, cerró el libró y echó las cortinas y acto seguido, el rebaño echó a andar otra vez como liberado de una maldición. Como si despertaran tras un profundo sueño.
En aquella misma calle, enfrente de la misma casa, le contaron días después al pastor, que hacía unos años, había aparecido un vendedor ambulante con un carromato lleno de artesanía y desplegando todos sus cacharros comenzó a vender la vajilla a los transeúntes. 

Torrecilla de Alcañiz
No tardó el carromato con la artesanía de estar rodeado de compradores pero en un determinado momento, una extraña ave negruzca, como del tamaño de una gallina salió volando del tejado de aquella casa y fue a posarse en un extremo del aparador. El peso del pájaro hacía tambalearse toda la vajilla allí expuesta y el vendedor logró espantarla con un palo. A los pocos segundos el ave apareció de nuevo y fue a posarse al otro extremo del carro haciendo que casi se cayera la vajilla al suelo. Las gentes iban de un lado a otro intentando espantar a la gallina y esta volvía a aparecer en otro extremo del mostrador. Entre empujones e intentos de asustar al ave, la gente ya habían roto la mitad de la artesanía del carro y en ese momento, el vendedor pudo observar en la casa de enfrente a un singular personaje leyendo en un libro.
Todos le increparon y le gritaron con fuerza y cuando el hombre dejó de leer, cuando levantó la vista del libro,
 ¿ sabéis lo que ocurrió ? Sí, lo sospecháis. La extraña ave, desapareció para siempre.

Los poderosos grimorios, algunos de los objetos más codiciados por los inquisidores

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