Corría el
siglo XVII en el valle de Tena.
Un misterioso
suceso conmovió la comarca. El poder de la brujería y del diaple vencía a las
fuerzas del bien y era capaz de penetrar incluso dentro de las sagradas cuatro
paredes de las iglesias y los conventos.
Las
misteriosas posesiones concretamente tuvieron máxima repercusión en dos
pueblos, en Sandiniés y en Tramacastilla de Tena. Aparecieron en la zona nada
más y nada menos que sesenta y dos mujeres que, prácticamente al mismo tiempo
comenzaron a ladrar y aullar como si fueran perros, o lobos.
Mujeres endemoniadas en la procesión de Santa Orosia |
Estaban todas
poseídas. A la vez y podía ocurrir incluso dentro de la iglesia de las
localidades.
En esta
ocasión, el causante de todo fue un poderoso bruxon. Uno de los más temidos y poderosos
que haya ahabido en Aragón. Se llamaba
Pedro de Arruebo.
Pedro de
Arruebo maldijo a todas estas pobres mujeres, provocando una de las peores
epidemias de posesión que se recuerden en la historia.
Bruxon cumpliendo su castigo |
El tribunal
de la Santa Inquisición, siempre atento a estos hechos, condenó a este brujo.
Pero la
condena no fue la hoguera. Muy pocos brujos fueron quemados en España en
realidad.
Pedro de
Arruebo fue condenado a recibir doscientos azotes y a remar en galeras (lo que
por norma general, solía significar una muerte dolorosa en menos de un año).
Pedro de
Arruebo era el propietario de una gran finca llamada “La Artosa”.
A día de hoy,
la finca aún existe. Hay quien dice que maldita. Pero tampoco es algo que podamos
ya comprobar, pues la finca está exactamente bajo el pantano de Bubal y solo podemos contemplarla un par de veces al año, cuando bajan las aguas del pantano.
Finca "La Artosa" perteneciente a Pedro de Arruebo |
Pantano de Bubal |
No hay comentarios:
Publicar un comentario