Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular
Mostrando entradas con la etiqueta Pirineos. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Pirineos. Mostrar todas las entradas

domingo, 4 de septiembre de 2016

La Brecha y el Salto de Roldán



Mientras que por la zona del bajo Aragón podemos seguir las huellas del Cid, en la zona norte aragonesa es al sobrino de Carlomagno, Rolando el héroe, que dejó su impronta en nuestro mitos y leyendas en Aragón.
Rolando es derrotado en la batalla de Roncesvalles y huyendo, es perseguido por las tropas vasconas.
Roldán en Rocesvalles

Rolando era un guerrero sin igual, su fuerza y valor en el campo de batalla no tenían parangón y los vascones no podían permitir que escapara con vida y mandaron a toda la tropa tras él.
Rolando herido como estaba no tenía ya casi fuerzas para cabalgar, y su caballo también malherido tras un lance del combate, cae muerto de cansancio.
Rolando continúa a pie el camino. Cojeando. Ya muy despacio y con las tropas vasconas pisándole los talones.

Estatua conmemorativa de la muerte de Roldán y su caballo

El héroe, deseoso de morir en su querida Francia, no se vio con las fuerzas suficientes para hacer los pocos kilómetros que quedaban y decidió que al menos su espada sagrada, Durandal no cayese en manos enemigas y de esta manera no quedada ultrajada.
Haciendo acopio de las pocas fuerzas que le quedaban, Rolando lanzó su espada hacia Francia con tal fuerza y potencia que partió un trozo de la montaña de un solo tajo y se perdió en el infinito del horizonte.
Rolando, asomado a la brecha pudo morir contemplando su patria por última vez.
Los sarracenos huyeron tras esta proeza dejando allí el cadáver del héroe.

La brecha de Roldán

También podemos encontrar cerca de Huesca, el denominado  “Salto de Roldán”.
Las dos montañas que separa el salto son las peñas de Amán y San Miguel conocidas también como castillos de Sen y Men y el rio Flúmen, serpentea bajo ellas.
Roldán (sobrino del Roldán de la canción, del de la “Brecha de Roldán”), era perseguido al igual que su tio, aunque en esta ocasión por los ejércitos musulmanes, y él decidió que no iban a atraparle.  Seguro de sí mismo, comenzó a forzar a su caballo a galopar montaña arriba. No había escapatoria posible y los musulmanes sonreían satisfechos al ver que Roldán se dirigía directamente hacia el imponente acantilado.
No hubo sangre cristiana derramada aquella mañana, pues ante los atónitos ojos de los sarracenos, el caballo de Roldan de un potente salto, salvó la distancia que separaba las dos peñas consiguió llegar al otro extremo, estampando sus huellas, todavía visibles según algunos, sobre la peña de San Miguel. y siguió galopando.
También se cuenta que durante el maravilloso salto sobre el cortado del Flumen, el caballo Veillantif debido al miedo, hizo caer sus excrementos al río. Éstos fueron transportados al Isuela, y los pasó por los diferentes rios, el Cinca, el Segre, al Ebro y, por fin, al mar, que los arrastró hasta el norte de África. Allí, en la costa donde quedaron aquellos excrementos, nacieron tres hermosas flores de tres colores distintos: una blanca, otra negra y morada la última. Una yegua que por allí se las comió y  poco tiempo después, dio a luz tres potrillos, cada uno del color de una de las flores, y que al crecer se dijo que fueron tan veloces como el viento del desierto del Sáhara.


Salto de Roldán visto desde el castillo de Montearagón
 

domingo, 28 de agosto de 2016

Las tres sorores



La leyenda de las tres Sorores nos narra los acontecimientos debidos a una terrible maldición.
¿ Qué puede haber más terrible que una maldición lanzada por un padre contra sus propios hijos ? Pues sí, así de terrible puede llegar a ser el legendario aragonés y la mitología, es cierto.
Hace muchísimos años, tras una de esas múltiples invasiones que nuestro amado Aragón ha sufrido a lo largo de los siglos, había en las montañas pirenáicas tres preciosas hermanas que, huérfanas de madre como eran, vivían con su padre, un hombre serio y rudo que trataba de protegerlas como los padres hacemos, ya sabéis…
Las muchachas estaban ya preparadas para casarse con tres jóvenes montañeses de la zona.
Algo rudos también, pero de buen corazón y trabajadores. Serían unos buenos esposos sin duda alguna.

Las tres sorores

Una mañana, con el enemigo invasor allí en la zona, el padre fue hecho prisionero y las muchachas lograron ocultarse en el bosque. Tardaron tiempo en regresar pues, estaban realmente muy asustadas y sabían vivir en el bosque. Estaban muy bien enseñadas, pero al final, pudo más la preocupación por su padre y sigilosamente, regresaron a su pequeña aldea.
Al llegar allí no se encontraron otra cosa que cadáveres y caos.
Desolación y fuego.
El pequeño pueblecito había sidopasto de las terribles llamas y de la ira de los bárbaros.
Los soldados visigóticos se habían llevado a los prisioneros que más les apetecieron y habían masacrado a los viejos.
No había supervivientes, pero había un joven.
Era un soldado del enemigo y estaba herido. Había salido de patrulla y atacado por unos campesinos, se encontraba allí herido con los cadáveres de los atacantes a sus pies.
Era un muchacho muy joven y apuesto y se apiadaron de él, curándole las heridas.
El joven muchacho decidió agradecer a las tres hermanas tan hermoso gesto de piedad y decidió llevarlas al campamento pero no como prisioneras si no como invitadas y les prometió que trataría de mediar con los altos mandos para que liberaran a su padre y a sus tres prometidos.
Cuando estaban a punto de llegar, tras dos días de viaje el soldado ya estaba prendado de la belleza de las jóvenes y con el alma llena de lujuria, decidió engañarlas.
Se las ingenió para que sus compañeros les contaran a las muchachas que los tres jóvenes, los prometidos, hacía ya meses que, convertidos al arrianismo, estaban casados con tres preciosas visigodas y eran completamente felices.
Con los días, las entristecidas muchachas fueron olvidando a sus antiguos pretendientes y enamorándose de aquellos apuestos soldados que tan bien las trataban... terminaron casándose según los ritos bárbaros con el soldado rescatado y dos de sus compinches.

Guerreros visigodos destrozando una villa romana

En la misma noche de bodas y antes de consumarse el matrimonio, el padre apareció en forma de espectro pues lo que realmente ocurría es que el mismo día que los visigodos apresaron el poblado, habían asesinado al hombre y a los tres muchachos. Las chicas habían estado todo el tiempo engañadas por los que ahora eran sus esposos y el espectro estaba realmente muy encolerizado al ver cómo sus hijas renegaban de su auténtica fe.
Las chicas espantadas, escaparon esa misma noche. Regresaron a la montaña y construyeron una pequeña choza con la intención de vivir allí como vírgenes ermitañas.
Pero el espectro no lo consintió.
No lo consintió y lanzó una maldición terrible. Impensable.

En la mitología popular, los fantasmas pueden lanzar terribles maldiciones

Es en ese mismo momento que se produjo un terrible vendaval. El viento aullaba como una manada de lobos juntos e incluso se dice que la tierra se abrió y llegó a tragarse el campamento visigótico.
Cuando por la mañana todo se había calmado, el paraje había cambiado sensiblemente.
Las desgraciadas muchachas se habían convertido en las tres montañas que hoy conocemos como “Las tres Sorores”


domingo, 14 de agosto de 2016

Montes malditos en Aragón. El Aneto.



No tenemos total certeza de la etimología del nombre de “Aneto”.
Lo que sí sabemos es que algunos de los pueblos ibéricos antes de la llegada de los romanos, adoraban en las zonas de lo que ahora son Huesca, Lérida y parte de Zaragoza a un 
dios llamado Neto.
El parecido es bastante razonable, ¿ no os parece ?

Aneto

Se comenta en la zona que en una ocasión, Nuestro Señor bajo de los cielos vestido de peregrino. Negros andrajos cubrían su cuerpo y con ellos y unas tristes albarcas de madera, se dispuso a pasear.
Muchos mitos nórdicos comienzan con sus dioses disfrazados de humanos engañando o poniendo a prueba al ser humano.
En una noche de brutal tormenta. Una de estas impresionantes batallas entre tormentas que se enfrentan. Una de esas que asustan tanto, que hace pocos años el párroco de cada comunidad tenía que salir corriendo directo al esconjuradero. A luchar contra la tempestad.
Pues en una de esas que se vio Nuestro Señor metido en noche cerrada y, llegando a la cabaña de unos pastores llamó pidiendo cobijo.
No le abrieron.
Aún es más. Le amenazaron vilmente azuzándole a los perros.
Tan solo el más humilde de todos ellos le ofreció cobijo en una destartalada cabaña y un tazón de leche fría. Todo cuanto tenía. 

Dioses disfrazados de peregrinos. Muy populares en muchas culturas

Al día siguiente, al levantarse muy temprano, el peregrino le indicó al pastor qué llamase a su rebaño, pues quería protegerlo de lo que iba a ocurrir. El muchacho al ver al mendigo hablar con tanta autoridad no pudo más que hacer lo que él le decía y reunió a todo su rebaño.
Dicho esto, el peregrino, alzando los brazos hacia los cielos, hizo temblar absolutamente toda la montaña.
Tras el temblor, el pastorcillo de percató de que todo, absolutamente todo se había convertido en piedra gris y fría.
Los montes, los valles, los prados, los rebaños de los otros pastores, los lobos e incluso los demás pastores.
Una vez más en la historia, se nos presentaba ese dios rencoroso y vengativo del antiguo testamento.
Y es así como todo el macizo de la Maladeta quedaba convertido en un paraje auténticamente yermo y agreste.
El vergel que fue, nunca jamás volvería.

Actualmente, el Valle de Ordesa

Un alcalde de la localidad ilerdense de Esterri d´Aneu, comentaba en una gráfica del año 1725 que el número de reses convertidas en piedra tan solo alrededor de la localidad era cercano a las ocho mil.
Al lado del camino de la Brecha de Rolando se cuenta que habitó un pastor de muy mala alma. “El Palafox” le llamaban.
Se dice que “El Palafox” era tan malo y tan avaro que no dejaba que los otros ganaderos llevasen a beber a gua a sus reses al único lago de la zona, que era precisamente de su propiedad y que una mañana, llegó a matar a dos pastores que le pedían un trago de agua para poder quedarse con sus reses.
El lago se tiñó de rojo y las tierras comenzaron a abrirse tan profundamente y el lago a desbordarse, que crearon un valle anegando la totalidad de los rebaños y al propio “Palafox”.
Ese valle, a día de hoy, es el impresionante Valle de Ordesa.
El nombre del dios Neto, podemos encontrarlo en la denominada "Estela de Binéfar", custodiada a día de hoy en el museo provincial de Zaragoza. 

La Estela de Binéfar