No tenemos total certeza de la etimología del nombre de “Aneto”.
Lo que sí sabemos es que algunos de los pueblos ibéricos
antes de la llegada de los romanos, adoraban en las zonas de lo que ahora son
Huesca, Lérida y parte de Zaragoza a un
dios llamado Neto.
El parecido es bastante razonable, ¿ no os parece ?
Aneto |
Se comenta en la zona que en una ocasión, Nuestro Señor bajo
de los cielos vestido de peregrino. Negros andrajos cubrían su cuerpo y con
ellos y unas tristes albarcas de madera, se dispuso a pasear.
Muchos mitos nórdicos comienzan con sus dioses disfrazados
de humanos engañando o poniendo a prueba al ser humano.
En una noche de brutal tormenta. Una de estas impresionantes
batallas entre tormentas que se enfrentan. Una de esas que asustan tanto, que
hace pocos años el párroco de cada comunidad tenía que salir corriendo directo
al esconjuradero. A luchar contra la tempestad.
Pues en una de esas que se vio Nuestro Señor metido en noche
cerrada y, llegando a la cabaña de unos pastores llamó pidiendo cobijo.
No le abrieron.
Aún es más. Le amenazaron vilmente azuzándole a los perros.
Tan solo el más humilde de todos ellos le ofreció cobijo en
una destartalada cabaña y un tazón de leche fría. Todo cuanto tenía.
Dioses disfrazados de peregrinos. Muy populares en muchas culturas |
Al día
siguiente, al levantarse muy temprano, el peregrino le indicó al pastor qué
llamase a su rebaño, pues quería protegerlo de lo que iba a ocurrir. El
muchacho al ver al mendigo hablar con tanta autoridad no pudo más que hacer lo
que él le decía y reunió a todo su rebaño.
Dicho esto, el peregrino, alzando los brazos hacia los
cielos, hizo temblar absolutamente toda la montaña.
Tras el temblor, el pastorcillo de percató de que todo,
absolutamente todo se había convertido en piedra gris y fría.
Los montes, los valles, los prados, los rebaños de los otros
pastores, los lobos e incluso los demás pastores.
Una vez más en la historia, se nos presentaba ese dios
rencoroso y vengativo del antiguo testamento.
Y es así como todo el macizo de la Maladeta quedaba
convertido en un paraje auténticamente yermo y agreste.
El vergel que fue, nunca jamás volvería.
Actualmente, el Valle de Ordesa |
Un alcalde de la localidad ilerdense de Esterri d´Aneu,
comentaba en una gráfica del año 1725 que el número de reses convertidas en
piedra tan solo alrededor de la localidad era cercano a las ocho mil.
Al lado del camino de la Brecha de Rolando se cuenta que
habitó un pastor de muy mala alma. “El Palafox” le llamaban.
Se dice que “El Palafox” era tan malo y tan avaro que no
dejaba que los otros ganaderos llevasen a beber a gua a sus reses al único
lago de la zona, que era precisamente de su propiedad y que una mañana, llegó a
matar a dos pastores que le pedían un trago de agua para poder quedarse con sus
reses.
El lago se tiñó de rojo y las tierras comenzaron a abrirse
tan profundamente y el lago a desbordarse, que crearon un valle anegando la
totalidad de los rebaños y al propio “Palafox”.
Ese valle, a día de hoy, es el impresionante Valle de
Ordesa.
El nombre del dios Neto, podemos encontrarlo en la denominada "Estela de Binéfar", custodiada a día de hoy en el museo provincial de Zaragoza.
La Estela de Binéfar |
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