Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 14 de agosto de 2016

Montes malditos en Aragón. El Aneto.



No tenemos total certeza de la etimología del nombre de “Aneto”.
Lo que sí sabemos es que algunos de los pueblos ibéricos antes de la llegada de los romanos, adoraban en las zonas de lo que ahora son Huesca, Lérida y parte de Zaragoza a un 
dios llamado Neto.
El parecido es bastante razonable, ¿ no os parece ?

Aneto

Se comenta en la zona que en una ocasión, Nuestro Señor bajo de los cielos vestido de peregrino. Negros andrajos cubrían su cuerpo y con ellos y unas tristes albarcas de madera, se dispuso a pasear.
Muchos mitos nórdicos comienzan con sus dioses disfrazados de humanos engañando o poniendo a prueba al ser humano.
En una noche de brutal tormenta. Una de estas impresionantes batallas entre tormentas que se enfrentan. Una de esas que asustan tanto, que hace pocos años el párroco de cada comunidad tenía que salir corriendo directo al esconjuradero. A luchar contra la tempestad.
Pues en una de esas que se vio Nuestro Señor metido en noche cerrada y, llegando a la cabaña de unos pastores llamó pidiendo cobijo.
No le abrieron.
Aún es más. Le amenazaron vilmente azuzándole a los perros.
Tan solo el más humilde de todos ellos le ofreció cobijo en una destartalada cabaña y un tazón de leche fría. Todo cuanto tenía. 

Dioses disfrazados de peregrinos. Muy populares en muchas culturas

Al día siguiente, al levantarse muy temprano, el peregrino le indicó al pastor qué llamase a su rebaño, pues quería protegerlo de lo que iba a ocurrir. El muchacho al ver al mendigo hablar con tanta autoridad no pudo más que hacer lo que él le decía y reunió a todo su rebaño.
Dicho esto, el peregrino, alzando los brazos hacia los cielos, hizo temblar absolutamente toda la montaña.
Tras el temblor, el pastorcillo de percató de que todo, absolutamente todo se había convertido en piedra gris y fría.
Los montes, los valles, los prados, los rebaños de los otros pastores, los lobos e incluso los demás pastores.
Una vez más en la historia, se nos presentaba ese dios rencoroso y vengativo del antiguo testamento.
Y es así como todo el macizo de la Maladeta quedaba convertido en un paraje auténticamente yermo y agreste.
El vergel que fue, nunca jamás volvería.

Actualmente, el Valle de Ordesa

Un alcalde de la localidad ilerdense de Esterri d´Aneu, comentaba en una gráfica del año 1725 que el número de reses convertidas en piedra tan solo alrededor de la localidad era cercano a las ocho mil.
Al lado del camino de la Brecha de Rolando se cuenta que habitó un pastor de muy mala alma. “El Palafox” le llamaban.
Se dice que “El Palafox” era tan malo y tan avaro que no dejaba que los otros ganaderos llevasen a beber a gua a sus reses al único lago de la zona, que era precisamente de su propiedad y que una mañana, llegó a matar a dos pastores que le pedían un trago de agua para poder quedarse con sus reses.
El lago se tiñó de rojo y las tierras comenzaron a abrirse tan profundamente y el lago a desbordarse, que crearon un valle anegando la totalidad de los rebaños y al propio “Palafox”.
Ese valle, a día de hoy, es el impresionante Valle de Ordesa.
El nombre del dios Neto, podemos encontrarlo en la denominada "Estela de Binéfar", custodiada a día de hoy en el museo provincial de Zaragoza. 

La Estela de Binéfar

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