Hubo quién dijo que el caso tenía más pinta de ser una
invocación a algún espíritu o incluso un fenómeno poltergeist ( tan parecido al
fenómeno duende ) pero como “duende” fue la primera palabra que les vino a los
vecinos… con duende se quedó. No olvidemos que la etimología de “duende” es “señor
de la casa”, “dueño de la casa”.
Era el año 1934. Una noche unas sonoras e infernales
carcajadas estallaban en los rellanos del inmueble del número 2 de la Calle
Gascón de Gotor en Zaragoza.
Los vecinos, completamente sobresaltados abandonaban sus camas
y salían a los rellanos para comprobar que, por supuesto, por allí no había
nadie. Las risotadas fueron diluyéndose poco a poco y en un par de minutos
habían ya desaparecido por completo. Todos regresaron a sus camas y en unas
horas se olvidó el asunto al no dar con el bromista.
Durante las noches siguientes, algunos extraños ruidos se
oían en la escalera a altas horas pero ya se escuchaban algo lejanos y los
vecinos no le dieron importancia.
Daba igual. El fenómeno acababa de empezar.
La leyenda comenzaba a forjarse.
Llegó a haber harina “El duende”, pastillas contra la tos, de
la casa “El duende”, chiclés de marca “El duende”… el fenómeno comenzaría a
cobrar vida propia.
Finales de la segunda República española. Lo cierto es que
era una época realmente delicada para este tipo de sucesos.
Revueltas en Asturias, impresionantes huelgas en Zaragoza
con la ciudad completamente paralizada durante nada menos que treinta y cuatro
días, la guerra civil cerca de llegar, atentados anarco-sindicalistas contra
las comisarías de policía… y fue en ese momento delicado, cuando el bautizado
como “duende”, hizo aparición.
En la calle Gascón de Gotor, sobre el café-bar Sport, en el
segundo piso del moderno y lujoso edificio, lo insólito, hacía acto de
presencia.
La casa, habitada por Antonio Palazón y su familia era de
nueva y relativamente reciente construcción.
Los Palazón eran una familia acomodada. Con buena posición,
y al no poder resistir la presión de las voces del duende de la hornilla es
cuando se marchan de la casa.
Es entonces cuando la familia del piso de arriba, del tercer
piso, los Grijalba, deciden por motivos que nunca se conocieron, bajar a vivir
a la casa desocupada por los Palazón. A la casa del duende.
Esta es la primera nota, el primer documento oficial que
tenemos, sobre el inicio de los fenómenos. Es de reseñar que se nombran por vez
primera la palabra “duende”.
Fijaos, un mes atrás de los hechos de la hornilla, ya habían
ocurrido una serie de manifestaciones paranormales en el edificio.
Sin comerlo ni beberlo, algo que había comenzado en una de
las zonas comunes de la vivienda, en los rellanos, se transporta al interior de
uno de los pisos.
Todo comienza con la sirvienta de la casa escuchando unos
extraños quejidos que provenían del interior del fogón de la cocinilla de
carbón.
A ella le parece que una voz que la llama por su nombre,
está saliendo del interior del hornillo.
Pascuala… Pascuala…
Ella se acerca a la cocina. Asustada.
Y en ese momento una tremenda carcajada surge, ahora sí, sin
lugar a dudas, del interior del fogón.
Pascuala sigue sin creerse del todo lo que está ocurriendo.
La joven Pascuala, cierra el paso del humo y rasca un poco
con un palo y en ese mismo momento… se
oye un quejido.
Ay… Ay… ¡ Que me haces
daño !
La noticia parece que se propaga y el 25 de Noviembre, El
diario de Huesca publica en titular:
Continúan padeciéndose registros cada vez más minuciosos en busca del
origen de dicha voz
La familia Palazón al comprobar que los hechos no eran
inventados por la joven criada de dieciséis años Pascuala Alcocer, lo primero
que hicieron fue informar a las autoridades competentes.
La propia voz exclamaba llamando a la dueña de la casa:
“María, corre ven”.
La dueña de la casa y la criada de dieciséis años pedían
auxilio por las ventanas de la casa. Estaban más que asustadas
y los fenómenos… no
habían ni empezado.
Las actuaciones del duende iban creciendo y los vecinos del
inmueble, completamente asustados, y sabedores de que no había ningún fraude,
decidieron llamar a la policía.
Entre los días 20 y 23 de Noviembre de 1934 los agentes de
policía de Zaragoza realizaron exhaustivos registros en el inmueble y en los
colindantes.
Jamás encontraron nada.
La muchedumbre se reunía los pies del edificio y gente de
fuera de Zaragoza llegaba a nuestra ciudad pidiendo saber algo de tal prodigio.
|
Cientos de personas se apelotonaban ante la puerta de la casa |
Los reporteros del Diario de Huesca vuelven a parlamentar
del caso y comentan:
Ayer volvió a hablar, ocasionando desmayos y sustos.
Continúan practicándose registros cada vez más minuciosos en busca del
origen de la voz.
Continúa apasionando grandemente el caso del duende de la casa de Zaragoza,
frente a cuyo edificio siguen formándose pequeños grupos que van comentando las contestaciones a cada
cual más ocurrente que el duende da a las preguntas que se le hacen.
Hoy por la mañana volvió a causar extraordinaria curiosidad la noticia
de que el duende había vuelto a hablar.
Esta mañana en primera hora, una señorita llamada Trini, que vive en
uno de los pisos superiores, picada su curiosidad, bajó a la casa del duende y
con gran miedo, llegó hasta el lugar de la cocina donde se oye la misteriosa
voz.
Tan pronto como dicha señorita se aproximó a la hornilla se oyeron las
siguientes palabras:
“¡Hola Trini, hola”
Otra señora, se aproximó a la cocinilla y roció con agua bendita el
sitio por donde salía la misteriosa voz.
Por si era un alma en pena.
La voz surgió de nuevo y en esta ocasión dijo:
“No soy hombre ni mujer”
La infeliz señora huyó como alma que lleva el diablo y los inquilinos
del piso lo han abandonado de momento.
Por su parte la policía ha hecho un detallado resumen de sus
investigaciones, de las que ha hecho entrega al juzgado. Desde ese mismo
momento, el juzgado ha comenzado a investigar para esclarecer los hechos.
El todopoderoso periódico británico “The Times” lanzaba la
historia al mundo entero y el 27 de Septiembre, en pleno apogeo de los
fenómenos tiraba a la calle:
Un irónico duende, que habla por la campana de una chimenea, tiene
sobresaltados estos días a los habitantes de Zaragoza, los cuales se afanan de
dar con la pista de la misteriosa voz. Un arquitecto y varios obreros han sido
requeridos para trabajar sobre el terreno: han removido todo el piso e incluso
han levantado el tejado,
pero los trabajos han sido totalmente infructuosos. La policía trabaja
activamente. No se ha podido impedir que
grupos estacionados frente a la casa se destacasen varias personas y se
lanzaran al techo, presas de gran alteración nerviosa, para buscar al duende.
La policía se ha visto obligada a desalojar varias veces la puerta de la casa.
El comisario jefe de vigilancia. Pérez, solicitó al juez Pablo de Palos
que se hiciera cargo del caso. El letrado ordenó
un rastreo y la vigilancia permanente del edificio, aparte de organizar
una comisión médica para investigar este episodio. Los doctores Penella Murt y
Rost Ojer serían los encargados de identificar a los presuntos responsables
del extraño fenómeno.
Llegó a levantarse el suelo de la cocina buscando algún
mecanismo oculto que hiciese posible la voz del misterioso duende pero por
supuesto, nada se halló.
La comisión médica dictaminó sobre la criada:
“No descubrimos en
ella fabulaciones ni tendencia a la mentira ni simulación.
Alejada la muchacha de
la cocina, continúan dejándose oír la voz. No podemos probar siquiera que se
trate de una histérica, ni tampoco de una médium. Tanto la policía como los
fontaneros, electricistas y albañiles han hecho diversas inspecciones, no
habiendo encontrado instalación alguna que conduzca a la voz fantasmal”.
La muchacha se alejaba de la cocina y la voz seguía
manifestándose con diferentes estados de ánimos,
dependiendo del día.
En una ocasión, al salir todo el mundo de la cocina apagando
la luz tras ellos, la voz del duende manifestó.
¡ Luz ! ¡ Luz, que no
veo !
O la primera vez que llegó la policía a la casa:
Vaya, ya están aquí
los guardias
Estamos hablando ya no de una voz, sino de una entidad que
veía lo que allí ocurría.
Como cuando le preguntaron los dueños de la casa:
-¿Cuántos somos?
Y el duende contestó:
- Sois trece.
-Pues no, que te has
equivocado, que somos doce.
-He dicho que sois
trece.
Exactamente. Se habían olvidado de contar al nieto pequeño
que se hallaba en un carrito.
Eran trece.
Algunas mañanas el duende saludaba a los presentes en la
cocina con un escueto:
¡ Buenos días
camaradas.
Salud, camaradas.
Ya estoy aquí !
En una ocasión, un grupo de oficiales del cuerpo Nacional de
Policía estaba trabajando en el caso y la voz les increpó con una de sus frases
predilectas, pues la usaba a diario:
Cobardes. Ya estoy
aquí. ¡ Cobardes !
Uno de los agentes llegó a entablar incluso una pequeña
conversación con el duende:
-¿Quién eres?, ¿Por
qué haces esto?, ¿Quieres dinero?
-No.
-¿Quieres trabajo?
-No.
-¿Qué quieres hombre?
-Nada. No soy hombre.
Dicho esto, el duende ya no volvió a responder a ninguna de
las preguntas del oficial.
Se había cansado de jugar…
por ahora.
|
El misterioso duende era capaz tanto de increpar a las autoridades... |
|
...como a la sirvienta ! |
El asunto fue literalmente cerrado por las autoridades
políticas de la época. Ya era demasiado el revuelo que se había organizado con
el tema y había que acallarlo. Poco más tarde ocurriría algo similar en el caso
de “Las caras de Belmez”.
Otero Mireli, gobernador civil de Zaragoza, emitía el
siguiente comunicado y daba carpetazo al asunto sin haber averiguado
absolutamente nada:
Son ya muchos los días que se está tratando la cuestión del duende, sin
que se haya puesto la menor dificultad a
la exposición de las más variadas noticias y comentarios, que no han
tenido otra virtualidad que la de colocar a
Zaragoza en un plan de actualidad, no sabemos si beneficioso o
perjudicial.
Al objeto, pues, de evitar ridículos y situaciones poco gratas, creo que
será prudente y necesario silenciar el asunto
hasta que la policía descubra al que, con sus espaciadas monosílabas
frases, ha llegado a atraer la atención del país
y tal vez preocupar a algunas personas. Confío en que muy pronto hemos
de conocer al “chusco” y que así desaparecerá
la infundada inquietud que este
hecho haya podido despertar, y por ello ruego a la prensa atienda mi
indicación.
El Diario de Huesca volvía a sacar un nuevo capítulo casa
día a día y decía así:
Ayer noche, un estudiante de medicina se disfrazó de fantasma causando
la consiguiente algazara y juerga.
Las misteriosas voces que se oyen en la cocina fueron la causa de la
“juerguecita”.
Zaragoza es objeto de todos los comentarios, pues el suceso misterioso
que tiene aterrorizados a los inquilinos de Gascón de Gotor, no parece tener
solución.
¿ Será una patraña que ha arraigado hondamente en el ánimo de muchos ?
Lo que realmente resulta cierto es que la voz misteriosa, sigue
percibiéndose día a día saliendo del tubo de la cocina económica del segundo
derecha de la casa.
Se han dado perfecta cuenta del suceso policías, guardas de seguridad y
obreros.
Anteayer, el juez ordenó a los obreros que midieran la cañería, y la
voz dijo:
“No se molesten. Tiene 15 centímetros”
En todo el día de ayer, la casa permaneció vigilada.
|
Los ciudadanos, seguían agolpándose en la puerta |
El 24 de Noviembre ya se ha convertido el hecho en un
auténtico fenómeno social y aparecen unos estudiantes en la azotea del edificio
disfrazados con unas sábanas a modo de fantasmas.
Las burlas hacia las fuerzas del orden y su incapacidad para
resolver el misterio comenzaban a hacerse patentes.
La cosa no acaba bien, pues los misteriosos ensabanados son
detenidos y multados con 50 pesetas de la época para cada uno. Un desastre.
El Heraldo de Aragón, el Diario de Huesca, La Vanguardia, el
ABC y muchos más se hacían eco en sus páginas de los sucesos.
Las noticias iban desfilando una tras otra en las planas de
todos estos rotativos y la cantidad de información y desinformación que se
facilitaba al público era inmensa.
El duende seguía reivindicando su presencia con frases auténticamente bizarras
como
¡ Aquí estoy ! ¡ Voy,
voy !
El 26 de Noviembre, hay quien comentó que una médium llamada
Asunción Giménez, moría en una sesión de espiritismo clandestina en la casa o
cerca de ella, pero es muy incierto. Esta información entra en la posición de
“leyenda urbana”
El 27 de Noviembre el Diario de Huesca volvía a publicar:
Las autoridades competentes han tomado medidas para evitar las grandes
aglomeraciones que en las cercanías del edificio se suceden a diario.
Está terminantemente prohibido la entrada al edificio a toda persona
que no viva en él.
Esto obedece a que hay infinidad de personas que han llegado hasta la
casa ofreciendo fuertes cantidades de dinero para poder llegar hasta la cocina
donde se desarrollan los acontecimientos.
Todo tipo de pruebas para intentar desenmascarar lo que las
altas esferas deseaban que fuese un fraude iban fracasando una tras otra y el
duende seguía burlándose de todo el que entraba en la cocina.
El edificio llegó a ser desalojado y la voz del duende,
seguía allí.
El mítico periodista de Heraldo de Aragón, Ruiz Castillo
llega a sobornar al guardia que está en la puerta del edificio y logra entrar
haciéndose pasar por psiquiatra.
Videntes y todo tipo de personalidades comienzan a llegar a
Zaragoza desde los lugares más insospechados.
Se empieza a hablar incluso de lo que se denominó “la
maldición de la casa del duende” pues tres afamados médicos que se dirigían a
ella para investigar sufren un grave accidente cuando estaban llegando al
mismo, quedando los tres gravemente heridos.
El mismo 27 de Noviembre en el diario La Voz, el periodista
Esteban Salazar Chapela comienza a hablar de lo que él denominó “duendistas” y
“antiduendistas”. La gente comenzaba a discutir y posicionarse ante el caso y a
estas alturas las increíbles aglomeraciones en la puerta del edificio eran
tremendas.
Se llegaba incluso a publicar un libro llamado “El fantasma
de Zaragoza”
El 28 de Noviembre un
albañil se disponía a picar en la pared de la cocina y la voz del duende volvía
a aparecer increpándole:
Como piques aquí, me
traslado a tu casa.
El albañil abandonó las herramientas y huyó despavorido.
Muchos años después, las herramientas aún estaban en el ático de la casa.
El alcance mediático del caso del duende era tal que incluso
en el Nostre Teatre de Valencia, se estrenaba la obra llamada “El duende de
Zaragoza”
|
Tanto el famoso... |
|
...libro de el duende... |
|
...como la obra de teatro, cobraron gran repercusión |
La policía colocaba al niño de la casa frente al hornillo
junto con un magnetofón `pues parece que el duende tenía inclinación por jugar
a las adivinanzas con él.
Artutito Grijalba, comentaba en una ocasión a su padre:
“Vámonos papa, que este es un chalao”, refiriéndose al
duende y la voz, rápidamente le increpaba desde dentro de la hornilla:
Chalao no, pequeño...
El día a día del suceso seguía siendo informando desde El
diario de Huesca.
28 de Noviembre:
El duende de Zaragoza, según dicen, de un momento a otro va a ser
detenido.
Esta mañana a primera hora, el señor Palazón y su familia, han
desalojado la casa definitivamente recogiendo todos sus muebles.
Abandonaban la casa. Pascuala Alcocer se marcha a su pueblo
con su madre y en el preciso momento de la marcha, desde la hornilla, el duende
pregunta:
¿ Porqué se llevan los
muebles ?
¿ A dónde van ?
¡ Allá voy yo también
!
El duende amenazaba en marcharse junto con los Palazón y
desde mismo momento dos policías vigilaban la hornilla día y noche.
Una noche, ya con la casa vacía y desalojada, a las dos de
la madrugada y con dos agentes de la policía vigilando, la voz del duende
volvió a salir.
Ahora sí que, con el edificio desalojado por completo, el
bar cerrado, nadie en la azotea ni en el sótano, Pascuala en su pueblo, los
Palazón en su pueblo…
Ya no había explicación posible.
El duende seguía increpando a los policías:
¡ Cobardes, ya estoy
aquí !
¡ Cobardes !
Al día siguiente al presentarse el juez en la cocina junto
con varios agentes más el duende vuelve a aparecer y le amonesta:
¡ Madre mía, pero no
sabe este señor que existen maquinillas de afeitar ?
Efectivamente, el juez era portador de un esplendoroso
mostacho.
El duende recibía miles de cartas de amor, tenía club de
fans. El fenómeno era algo realmente increíble.
El prestigioso Doctor Royo Villanova enviaba una carta a la
prensa en la cual comentaba haber recibido en su consulta a un paciente que
confesaba ser el duende de Zaragoza.
Hasta este punto llegaban los fenómenos.
El personaje reivindicaba la autoría de los misteriosos
hechos y decía que realizaba experiencias de ventriloquía desde una habitación
próxima a la de la cocina de los Palazón.
El hombre dice que solo quería llamar la atención de la
gente y poder anunciar una conocida marca.
El individuo era un estudiante de medicina… realmente con
poca credibilidad.
|
Los planos de la casa... no desvelaban nada |
Las estafetas de correos se llenaban día a día de cartas
dirigidas al duende llegadas desde cualquier punto del mundo.
Llegaron a recibirse casi doce mil cartas para el duende.
El duende recibía desde cartas de amor, hasta cartas
pidiéndole favores o pidiéndole la intercesión en algún asunto como si de un
santo se tratase.
El mismo 27 de Noviembre, una carta era publicada en el ABC.
Una misiva firmada por el prestigioso periodista y escritor Wenceslao Fernández
Flórez.
Estaba dirigida al duende y decía así:
Al duende de Zaragoza:
Ha hecho usted muy bien señor duende, en decidirse a aparecer ahora.
En este tiempo abominablemente prosaico. Y no me explico cómo la
asociación de escritores se demora tanto en enviarle un mensaje de gratitud.
Todas las preocupaciones de nuestra época son de un desdichado carácter
positivo y corremos el riesgo de que se nos atrofie la fantasía.
El más bello de cuantos dones nos han sido concedidos.
Yo le comprendo y le respeto a usted, señor duende.
Mejor que otros. Adivino que estará divirtiéndose insensatamente en esa
casita zaragozana, entre esos guardias que en el fondo creen en usted.
Pero aún así… ¿ no le parece a usted que no vale la pena ?
He leído que habla usted como un loro.
Horas y horas y que a veces se pasa la tarde cantando. No es que esté
mal pero… demasiado trabajo.
¿ Y para qué ? Cualquier cupletista canta, señor duende. Y
probablemente mejor que usted.
Concluirán por no hacerle caso o acabará usted por aburrirse de
dialogar sin reposo con dos guardias que no tienen nada que decir y un médico
obstinado en desprestigiarle.
Si usted me lo permite señor duende, le diré que su ocupación actual no
es muy seria.
¿ Porqué no hace usted otra cosa ?
Voy a tener la audacia de proponerle una labor mucho más acorde con sus
habilidades, en la que usted disfrutaría mucho más y le cubriría de gloria ante
los ojos de los españoles.
Puesto que no tiene nada que hacer, venga por las tardes al congreso de
los Diputados.
Refugiado en su invisibilidad…¡ cuántas graciosas verdades podrá allí
decir a todo el mundo !
Los políticos no lo intentan pues su parcialidad no se lo permite.
Los periodista, tropezamos con la censura, que defiende celosamente a
los ministros, una y otra vez.
Al pueblo, no le es dado hablar allí.
Pero usted… Si usted se decidiese… Qué deliciosos comentarios podría
usted hacer sin que valiese de nada que Don Santiago Alba ( Presidente
del congreso ) reclamase por los fueros de la ausencia o de la elevación.
Podría usted cantar, mayar, insultar… hasta decir palabritas… denunciar
todo lo malo que se hace y todo lo bueno que no se hace.
Gritarles su codicia, su torpeza…
Oh… ¡ Quién fuese usted !
Anímese por favor.
Si necesita detalles, estoy siempre en la tribuna de prensa.
|
Carta al duende. En ABC |
Impresionante la carta del ABC.
Impresionante.
Del mismo modo que aparecían estas publicaciones dirigidas
al duende, apareció una muy interesante.
Tan solo un día después, en la misma columna, Don Wenceslao
nos explicaba lo siguiente:
No sé quién ni cómo, ha hecho aparecer en mi bolsillo la siguiente
carta:
“Señor, es posible que haya nacido usted en tierra de duendes y
fantasmas pero no nos conoce bien.
La proposición que me hace usted en el artículo de hoy no puede ser aceptada
por ningún duende.
Si yo fuese al congreso para gritar todo lo que usted cree que debe
gritarse, no conseguiría otra cosa que ponerme en ridículo. El presidente de la
cámara posiblemente daría por no pronunciadas mis palabras y en todo caso,
prohibiría que constasen en el Diario de sesiones.
Si insistiese cada tarde eso sí, el partido radical se apresuraría en
declarar que habría motivos suficientes para crear el Ministerio de Relaciones
Sobrenaturales. Sí… sería un ministro con cartera, dos sin ella, subsecretarios,
y un rio de oro
para comprar veladores de tres pies en los que no se haría otra cosa
que beber cerveza.
Usted se arrepentiría de haber provocado tanto mal.
Pero aunque no sucediese así, nosotros no acudimos a lugares donde se pierde
el tiempo.
Nunca habrá oído usted que un duende frecuenta un casino o acude a una
corrida de toros.
Toda mi carrera la he hecho en sitios serios.
¿ Porqué supone usted que me aburro en una cocina ?
Las cocinas tienen una lógica que no conoce ningún Congreso del mundo.
Las cocinas se rigen por leyes flexibles y sabias.
Recuerdo que hubo una pareja de ratones que aniquilaron la despensa de
una casa donde me habían destinado.
La cocinera preparó una trampa y los ratones cayeron en ella. Entonces
yo pronuncié un discurso de once cuartos de hora para que ella les dejase
libres.
La cocinera me oyó mientras mondaba patatas, encendía la lumbre y
preparaba un condumio. Cuando terminé me dijo:
“Hablas un poco mejor que el cura de mi pueblo, pero si suelto a esta
pareja procrearán y ya puedo despedirme de la despensa y hasta cuando nada
quede de ella, vendrán a roerme a la cama donde yo repose. O ellos o yo”.
Y no me hizo caso.
En la cocina se reúnen la señora, el señor, la doncella, el chófer y la
cocinera ante un par de huevos de gallina. No se cree la una en la obligación
de decir que son de avestruz y el otro que son de cocodrilo y el otro que son
de gavilán.
Convienen sencillamente en que son huevos de gallina y en que es
provechoso comérselos.
He conocido una cocinera a la que se encargó preparar el presupuesto de
la alimentación diaria de equis personas.
La pobre mujer no sabía sumar ni conocía los precios de nada.
Dijo que cuatro y cuatro eran veintiocho y que con dos pesetas, se
podía comprar una sardina con la que era fácil dar de comer a cinco individuos.
La señora no contestó.
Abrió su bolsa, puso dulcemente las pesetas de su jornada y la acompañó
hasta la escalera.
En la cocina al menos, un besugo estará en la sartén. O en la fuente.
Pero jamás sentado en un banco.
Un saco de patatas no se permitirá opinar sobre qué salsa es mejor para
acompañarlo.
Los cuchillos jamás dejarán de estar afilados porque la cocinera se
corte alguna vez con ellos.
¿ Ocurre algo parecido en el congreso ?
Estoy seguro de que usted no se atreve a afirmarlo.
Yo puedo poner mi travesura sobre el fondo austero de una cocina. Pero
allí donde todo es también travesura, desconcierto, incongruencia y bullicio… ¡
Qué redundante y apagada labor será la mía ?
¡ Si hasta el presidente de la cámara dispone de un aparato para hacer
ruido con el que solo un hombre de digestiones trastornadas podría competir !
No. ¡ No iré al congreso !
Prefiero esta casita donde tantos éxitos estoy logrando.
Cada uno sabe lo que le conviene.
|
El duende... rspondía |
Los Grijalba ya ocupaban la casa pero el duende seguía allí.
Entablando incluso pequeñas conversaciones con el pequeño de
la casa, Arturito Grijalba.
La Vanguardia el 2 de Diciembre ya decía:
Se cree que la labor de la policía, no tiene que ser encerrarse en una
cocina esperando al duende.
Aguardando a que hable y se entregue por sí mismo.
Hubo momentos y días enteros de gran riesgo para el duende, que es muy audaz
y listo.
Entonces pudo ser capturado. Hoy en cambio, hace falta que el duende
duerma o que la policía esté más despierta.
De cualquier modo, hace ya días que la voz no se oye. Parece ser que el
asunto pronto se aclarará.
La gente, aunque disimuladamente ya empezaba a burlarse de
la ineptitud de la policía para poder atrapar al duende.
El magistrado del Juzgado de Instrucción número 2, Pablo de
Pablos, cedía la investigación al letrado Luis Fernando, juez municipal del
Distrito 3, y este retomaba las pesquisas acompañado por el doctor Gimeno
Riera.
La autoridad emitía su veredicto final el día 3 de diciembre
de 1934:
Primero quise oír la misteriosa voz. Las experiencias realizadas
demuestran con absoluta claridad que la voz es debida
a un fenómeno psíquico que únicamente se produce en determinadas
circunstancias.
En la cocina de la casa nos encontrábamos la muchacha de servicio de
los antiguos inquilinos, dos testigos y yo.
Bajo el punto de vista científico no puede ser más interesante y
sugestivo, pues aunque no es el primero que se produce, son muy contados los
que se registran en la historia médica. Las actuaciones practicadas serán
archivadas hoy, por no haberse encontrado persona responsable de la falta. El
misterioso suceso ha quedado totalmente aclarado.
También el Gobernador Civil hacía sus declaraciones. Otero
Mirelis no quiso quedar excluido de la importancia
del tema y declaró:
"Ya con la habitación iluminada y a oscuras, el resultado fue
satisfactorio... Todo lo que no sea reconocer esto,
es deseo de sacar las cosas de quicio y adoptar posiciones falsas que
no quiero calificar".
El último espectador fue el Doctor Gimeno Riera que,
convidado por el juez, pudo escuchar en directo los lamentos del
duende la tarde del lunes 3. Igualmente pasmosas fueron sus
manifestaciones:
“Y por fin, he oído la voz, si es que se puede llamar voz a un sonido
apagado y que da cierta impresión de lejanía...
Me ratifico en cuanto dije el primer día... al punto al que han llegado
las cosas, lo mejor que yo debo hacer,
es dar el asunto por terminado y callar... mi posición en el asunto es
peligrosa, puedo escudarme incluso
tras el secreto profesional".
También se presentó un segundo expediente forense que
anotaba a la sirvienta como sospechosa de ser responsable de la varonil voz del
duende.
Pero… nos preguntamos… ¿Cómo fue posible que el fenómeno se
manifestara en su ausencia y con el edificio desalojado?
Ni Pascuala Alcocer, que tras la sentencia fue “expatriada”
a su ciudad natal, ni ninguna otra de las personas de la casa podían ser los
responsables.
Era imposible.
El caso ya llegaba a tener tal repercusión que había gente
que se apuntaba el tanto diciendo que eran el duende, como en el caso de una
persona de Barcelona que confesó que hacía las voces desde Barcelona mediante
una red de tuberías.
La policía, desesperada como estaba, llegó a presentarse en
casa del tipo.
Por supuesto era una confesión fraudulenta.
Todo se arregló de
una forma establecida para acabar con un asunto que molestaba y mucho, a las
autoridades.
El asunto fue solucionado con un carpetazo.
Y punto.
En las Navidades de 1934 se cerraba el caso definitivamente
fundamentando que el duende había desaparecido.
Pero se sabe que el
día del 3 de diciembre la voz les dijo:
¡Voy a matar a todos los habitantes de esta
maldita casa!,
¡Cobardes, cobardes,
voy a matar a los habitantes de esta maldita casa!
Fue la última vez que el duende se pronunció a través de su
hornilla.
Nunca más volvió a aparecer y la casa fue demolida años
después y sustituida por un moderno edificio bautizado cómo no, como “Edificio
Duende”
|
Portal del edificio actual |
Hubo investigación paranormal en la casa pero fue secreto de
sumario.
No han trascendido los resultados de las psicofonías, pero
de las fotos que se tomaron por todo el inmueble
hay una específica que los persuadió de que esto era un tema
paranormal, y que mejor debían terminar todo de inmediato.
Se dice que dicha fotografía fue tomada en la escalera que
daba al sótano del edificio.
Y en ella podía verse un misterioso espectro.
¿ Será cierto ?
No se puede verificar la autenticidad o no de la foto, aquí
no vamos a entrar en esto.
Teniendo en cuenta que estamos hablando de uno de los casos
más importantes de la parapsicología y
el misterio de la historia… Podría ser.
Claro que sí.
Recordad a todos los que puedan pensar en sofisticados equipos
tecnológicos que hagan aparecer las voces o en cámaras espías… que estamos
hablando del año 1934.
El caso del duende de Zaragoza quedó sin solución... hasta el fin de los tiempos.
|
Fantasmas en el sótano de la casa...? |