El palacio de La Aljafería tiene un origen ya de por sí mítico.
Desde sus inicios. Desde su construcción.
Se piensa que el rey moro Abn Aljafe era quien gobernaba en nuestra actual Zaragoza en la segunda mitad del siglo XI.
Aljafe vivía cómodamente rodeado de su corte, sirvientes, concubinas, esclavos y consejeros y un día mientras el rey paseaba junto al Ebro, en voz alta, clamó el que era su deseo más ferviente.
Expresó desde la más absoluta sinceridad el deseo de tener un gran castillo. Un gran palacio como los que habían tenido sus antepasados.
En ese mismo momento y surgido de a saber dónde, sentado junto a la orilla del rio, apareció un anciano de blancas barbas y majestuosos porte y le indicó que su deseo sería concedido.
El viejo se identificó como "El padre Ebro".
Suponemos una especie de dios Poseidón pero... fluvial.
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Dioses marinos, fluviales o lacustres nos acompañan desde el principio de los tiempos |
El padre Ebro le prometió el rey el castillo pero ojo. Ya sabéis que estas deidades nunca jamás regalan nada.
Lo prometió a cambio de la mujer favorita del rey. Nuestro codicioso rey no se lo pensó ni un segundo y aceptando el trató marcho muy contento.
Una extraña somnolencia se apoderó de él y se acostó un rato a la orilla del rio. Cuando despertó a la mañana siguiente, se levantó ya dentro del palacio. Totalmente terminado en una sola noche. Eso sí, la favorita el rey, una muchacha llamada Anifa, desapareció esa misma nocha bajo las aguas del Ebro para ya nunca volver a aparecer.
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Las princesas moras, siempre presentes en las leyendas aragonesas |
De cualquier modo la parte más antigua del palacio es la llamada "Torre del Trovador" y la leyenda nos cuenta que el nombre viene dado por los amoríos de Doña Leonar y el trovador Don Manrique de Lara.
Se cree que Don Lope, el señor. Mandó quemar en la hoguera a una hechicera gitana que tenía encantados a una buena porción de las gentes del lugar. La hechicera se llamaba Estrella.
La hija pequeña de la bruja, de nombre Azucena queriendo vengarse de Don Lope, creyó arrojar a las llamas al hijo pequeño de Don Lope pero... la ira la cegó y arrojó Azucena sin darse cuenta a su propio hijo.
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Hubo realmente en Aragón muchas menos brujas quemadas de las que se piensa |
Por distintos avatares, Azucena en su dolor, logra quedarse con el hijo de Don Lope y criarlo. El niño creció y se hizo trovador.
20 años después, durante unas justas, Manrique nuestro trovador se enamoró locamente de Leonor.
Y Leonor casualmente estaba enamorada del hermano del trovador. Antonio, el hijo mayor de Don Lope. Leonor, confundida estaba segura de estar enamorada de los dos.
Antonio ordenó matar a Manrique. Cuando Antonio decubrió (no podía ser de otro modo ) que Manrique era su hermano desaparecido, muere de remordimiento.
Leonor se arrojó desde la más alta ventana de la torre. La vida ya no tenía ningún sentido sin ninguno de sus dos amores.
La torre, tuvo ya para siempre el nombre de "La torre del Trovador".
La misma torre, años después se convirtió en una carcel del Santo Oficio. Se cree que más de un fantasma se aparece en las inmediaciones y solo en esa parte del palacio.
Nuestro trobador quizás ?
Leonor ? Alguna de las víctimas de las brutales torturas de la Inquisición ?
Quien sabe...
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Incluso el gran Guiseppe Verdi se inspiró en nuestra leyenda para su ópera "Il Trovatore" |
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Torre del Trovador |