No hace muchos años, a comienzos del pasado siglo XX, en los bosques cercanos a la localidad de Beceite conocidos como "Los Puertos" (lugar de poder desde tiempos remotos), se contó la historia de la aparición del diablo en un camino rural.
Un campesino volvía de recoger frutos secos y estaba comenzando a anochecer.
Volvía el hombre por la senda marcada ya con el farol encendido y más adelante vio que un encapuchado iba siguiendo la senda en su m,isma dirección. Unoa diez metros más delante de él.
El campesino, de buena fé se aproximó a la extraña figura pues tampoco era tan raro encontrarse a un encapuchado pues lo cierto es que en esa época ya comenzaba a refrescar.
"Hombre de dios, cómo se le ocurre salir sin ningún tipo de lumbre por estos parajes", le dijo el labriego al encapuchado sin obtener ningún tipo de respuesta de este.
"Yo bajo al pueblo, si usted quiere puede acompañarme hasta allí"
El encapuchado seguía sin decir nada y a nuestro testigo comenzaba a helársele la sangre.
Cuando estaban llegando al pueblo, a menos de un kilómetro se escucharon las campanas de la iglesia dar la hora y el misterioso acompañante, con voz cavernosa le dijo a nuestro amigo.
"Se te ha hecho tarde Fermín, se te ha hecho muy tarde"
Los parajes de Los Puertos, aunque de espectacular belleza a la luz del día, no dejan de ser tétricos al caer la oscuridad |
El campesino, realmente muy asustado y casi al borde del soponcio le preguntó al misterioso personaje:
"Quién eres tú. De qué me conoces!"
A lo que el misterioso acompañante respondió:
"Ya sabes tú quién soy, ya. Y he venido a buscarte y a llevarte conmigo"
-"Ay Señor Jesús!" - exclamó nuestro amigo aferrándose al crucifijo que llevaba colgado al cuello y el misterioso encapuchado fue retrocediendo y perdiéndose en la oscuridad.
Fermín siempre pensó que aquel misterioso personaje era el mismo demonio.
Nunca se supo nada más.
El Diablo. Amigo de presentarse a almas inocentes en la noche de los bosques aragoneses |