Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 4 de marzo de 2018

Las brujas en Biota




  En la localidad zaragozana de Biota hay una práctica para librarse de una bruja, consiste en darle tres golpes a la misma con un palo, si eran dos no se conseguía.  Uno de los habitantes se encontró con un gato pardo y el labriego... que sabía que era una bruja, le dio tres golpes diciendo:
  "Ahora sé que no me puedes hacer más mal porque te he dado nones”

Biota

También Biota tiene su tradición brujeril por lo que podemos ver pues, habitaba en el pueblo hace años una bruja conocido como “La Carlas” o “La Celestina” a la cual los zagales (y algún adulto también) de entonces le tenían auténtico pánico pues se decía que era capaz de embrujar a cualquiera que pasase por su lado. Cuentan que cuando un vecino del pueblo recibió una carta de una hermana residente en América, ella quiso leerla y no le dejaron alparcear, por lo que dijo la "Carlas" que se acordarían de aquello. Por la noche, al echarse el receptor de la carta a dormir, encontró dentro de la cama una cabeza sola con una maraña de pelos blancos y alborotados que le dijo: 
"Ya te he dicho que te acordarías de mí, ya me tienes aquí". 
Ante la terrorífica extrañeza fue a coger un farol y al iluminar las sábanas… había desaparecido.  

Una vez más, las brujas reales... por todo Aragón

domingo, 25 de febrero de 2018

El cojo de Calanda




El milagro que la Virgen obró en Miguel Pellicer, más conocido como “el cojo de Calanda” es uno de los que más sospechas y escepticismo han levantado en los últimos tiempos.
Y decimos “en los últimos tiempos” pues se tuvo un 100% de Fe en el milagro hasta hace relativamente poco, cuando unas investigaciones médicas revelaron que quizás el milagro, no fuese tal.
Miguel Juan Pellicer Blasco natural de Calanda, estaba trabajando en Castellón a la edad de 19 años.
Mes de octubre de 1637. En mitad de unas faenas agrícolas a Miguel le pasa accidentalmente un carro lleno de trigo por encima de su pierna derecha.

Representación del accidente de Miguel Pellicer

Lo antes posible es trasladado al Hospital de Gracia de Zaragoza.
El cirujano Don Joan de Estanga dictamina que la pérdida de la pierna es irremisible y se encarga él mismo de amputarla.
El Practicante Don Juan Lorenzo García es el encargado de enterrar la pierna de Miguel y hasta aquí todo normal.
Miguel visita la entonces iglesia del Pilar donde confiesa, comulga y se hace devoto de la Virgen patrona de toda  la hispanidad.
Ojo a todo lo que va a acontecer a partir de ahora, pues el milagro de Calanda es uno de los más documentados que tenemos en nuestro país.
Miguel con su pata de palo, va haciendo los trabajos que buenamente puede aunque vive principalmente de las limosnas que recoge en la puerta del antiguo templo del Pilar.
Logra alcanzar bastante popularidad entre los ciudadanos de Zaragoza pues su simpatía y gracia eran diarias.

Actual Basílica del Pilar

En el mes de Marzo del año 1649 vuelve a su pueblo, a Calanda.
Se sabe que el día 29 de este mismo mes, trabaja en el campo como puede ayudado por su hermana y recoge algunos sacos de estiércol.
Cansado como está, se acuesta pronto. A las diez de la noche, delante de varios vecinos se quita la pata de palo y se acuesta en un improvisado lecho en la habitación de sus padres al tener su habitación ocupada por unos soldados alquilados que pasaban por allí.
Cuando al poco rato, sus padres entran en la habitación se encuentran a Miguel profundamente dormido y ven que desde debajo de la colcha sobresalen dos piernas. Completamente alucinados, despiertan al mozo y este les comenta que estaba soñando que estaba en una capilla del Pilar y que se untaba el aceite de las lámparas de la actual Basílica como tantas y tantas veces había hecho realmente.
Rompen todos a llorar y dan gracias a la Virgen.
La pierna restaurada era exactamente la misma que la pierna amputada y enterrada.
Tenía incluso las mismas cicatrices y la marca de la mordedura de un perro que Miguel sufrió siendo niño.
Milagro. ¡ Milagro !
La Virgen había actuado en el bueno de Miguel. El milagro estaba constatado por los médicos y por todos los vecinos de la localidad de Calanda que lo vieron e incluso por media Zaragoza donde era tan conocido y querido.
El fenómeno era tan indiscutible que la iglesia lo admitió como uno de los milagros de la Virgen del Pilar y ojito… que no admiten cualquier cosa.

¡ Milagro !

El Vicario Don José Herrero celebró al día siguiente en la parroquia de la localidad una misa multitudinaria con Miguel y la Virgen como estrellas de la festividad.
El día 2 de Abril, llega desde Mazaleón el Notario Don Miguel Andreu y levanta acta del suceso.
Acta que se conserva durante todo el año de 1640 en el despacho del Alcalde de Zaragoza.
A Zaragoza llega Miguel con sus padres el día 25 de Abril y tras dar gracias a la Virgen por el milagro se entrevistan con el Cabildo y le entregan toda la información del milagro, recopilada por Don Martín Corellano, Justicia de Calanda.
La noticia se difunde por supuesto por toda España y es el día 5 de Junio cuando se inicia el proceso arzobispal para calificar el hecho como milagro.
El propio Cabildo contribuye de su bolsillo al sustento de Miguel y su familia mientras el proceso tiene duración y justo un año después cuando se produce la buena noticia.
El Arzobispo Pedro Apaolaza, asesorado por nada más y nada menos que nueve consultores médicos y tras haber interrogado a veinticinco de los testigos más serios, declara el milagro como real.
El informe es celebrado en la plaza del Pilar con grandes festejos.
En ese mismo año, Miguel es recibido en la corte de Madrid por el mismísimo Felipe IV quien llega a besarle la pierna a Miguel.
Ahora bien.
Investigaciones modernas del cadáver de Miguel, enterrado en Velilla de Ebro, nos revelan otras cosas.

¿ Picaresca...?

El Notario de Velilla de Ebro, nos da acta de cómo el cadáver es investigado nuevamente en el año 1950.
Nos revelan estas indagaciones CASI con total seguridad que la pierna no fue amputada.
Nos dicen estas modernas pesquisas que bien se pudo haber mantenido la pierna doblada para disimular la desaparición de la misma y poder cobrar limosna pues lo cierto era que la pierna herida no servía para caminar.
¿ Los documentos médicos de la época están equivocados o falsificados ?
¿ Era Miguel Pellicer un pícaro, tan propio de su siglo ?
¿ Logró engañar a todos sus vecinos, amigos, familiares, médicos y eclesiásticos ?
¿ O por el contrario la Virgen del Pilar realizó el milagro… ?
Para un aragonés, la Virgen del Pilar es capaz de eso y de mucho más.
Solo es… cuestión de Fe y devoción.
El 17 de Septiembre de 1950, se volvió a enterrar los huesos.
El día 28 el caso quedó cerrado para siempre
No entraremos desde aquí, en la verdad o fraude del milagro del cojo de Calanda.
El poder de la Fe realmente no tiene límites.
Y el de la Virgen del Pilar, tampoco.

Nuestra Señora del Pilar. Patrona de Zaragoza y de toda la hispanidad


domingo, 18 de febrero de 2018

El Tarantulismo en Aragón



Aunque pensemos que es algo que puede quedar tan lejos, no hay nada más allá de la realidad.
Hay tarántulas en España. Y más especialmente en las áridas tierras de nuestro Aragón. Las hay y las ha habido siempre.
Escondidas bajo los secarrales. Siempre atentas por si algún incauto decide meter la mano en uno de esos agujeros que vemos en los campos y que no son otra cosa que su morada.
Se cree que el primer caso conocido de Tarantulismo, se registró en Tarento, Italia. En el año 1370.
Al picado por la tarántula, le sobreviene un intenso dolor.
Un inminente ataque de ansiedad y desasosiego y al rato, unas impresionantes y casi inhumanas convulsiones y aspavientos, acompañadas de unos espesos espumarajos expulsados violentamente por la boca del enfermo.
Muchas veces incluso, la propia muerte.

Característica picadura de la tarántula española
Muchas veces todo el pueblo se congregaba alrededor del enfermo. Asistían a los espasmos como el que asiste a un macabro teatro de dolor y rabia.
Gotescas contorsiones y unas posiciones animalescas enrabietadas se sucedían a continuación ante el improvisado público.
Se pensaba que la tarántula estaba maldita, que era un animal surgido de las entrañas del atierra, desde el infierno.
Hubo quien dijo que eran el mismo diablo, el diaple.
Se pensaba realmente que los picados por la araña, los afectados por el Tarantulismo, quedaban completamente espiritados.
Poseídos por mil demonios. ¡ Cómo si no, iban a adoptar esas extrañas formas con su convulsionado y maltrecho cuerpo !

Convulsionado por el Tarantulismo
Eso sí, había un rito.
Un rito que se vino practicando en toda la zona catalana y aragonesa hasta prácticamente el pasado siglo.
Estirpes enteras de hechiceros cuyo poder se heredaba de padres a hijos, podían curar a los endemoniados por la tarántula.
Estos poderosos bruxones, entonaban una extraña canción con sus humildes instrumentos. Una extraña canción conocida hoy como la Tarantela Napolitana.
El ritmo iba variando pero sabemos que se basaba en un compas de seis por ocho.
El afectado iba contorsionándose cada vez más terriblemente  y expulsando el veneno a través del sudor y los espumarajos, incluso llegando a orinarse encima en muchos de los casos y el bruxon seguía tocando y tocando hasta que, exhausto, el poseído era liberado del demonio de la terrorífica araña.
Los vecinos del pueblo una vez más habían asistido a lo que conocemos como Tarantulismo. El terrorífico espectáculo según ellos creyeron, del poder del diaple a través de una araña.
El del poder del bruxon a través de la música enigmática de su instrumento.
El veneno de la tarántula menos mal, hoy ya es bien conocido.

Gota de veneno en el colmillo de una tarántula española
El pobre bicho a día de hoy, ya no es un agente llegado del infierno para hacer enloquecer a hombres y mujeres pero… ojo, pues la tarántula sigue en nuestros campos. Sigue en nuestros pueblos e incluso en nuestras ciudades y es igual de peligrosa que antaño.
Se dice que, más de un campesino aragonés, para poder ganar un poco de dinero con el espectáculo y entreteniendo a gentes más pudientes, llegó a dejarse picar por la tarántula, pues es completamente imposible imitar los efectos de la picadura si no la has padecido realmente.
La Tarantella napolitana nos queda como recuerdo de todo aquello. De toda aquella tradición y no es otra cosa que la representación de los intentos de espantar a una tarántula sin que ésta te pique.
Sin que su maligno influjo te posea.