Es en este mismo enclave, en San Esteban de la Litera cuando hace años, la misma muerte
se dice que apareciéndole a un leñador de la zona, le dijo que venía a llevarlo
y el leñador la convenció para que ésta le hiciese un favor.
Le pidió que no se lo llevara hasta que hubiese rezado sus
oraciones pues alguien tan cristiano como él y “de misa diaria” no podía marchar
al otro mundo sin haberse arrepentido de sus pecados y haber rezado sus
oraciones.
La Muerte se compadeció del hombre y le dijo que le permitía
rezar una oración y hecho esto, se lo llevaría.
El leñador le dijo a La Muerte pensando que había ya conseguido
su estratagema, que tenía muchos quehaceres en ese momento, que rezaría por la
noche y que no sería antes cuando La Muerte se lo llevase al otro lado.
Siempre cumple su palabra |
La Muerte aceptó pues siempre cumple su palabra y apareció a
la noche pero el leñador tampoco había rezado.
El Segador se le aparecía al leñador todos los días pero
este nunca parecía estar dispuesto a rezar y La Muerte al haber dado su
palabra, no podía llevarlo con ella.
Una mañana, dirigiéndose el leñador al bosque.
Encontró en mitad de camino el cuerpo de un hombre tendido
en el suelo.
Estaba muerto.
El leñador espantado, no pudo más que santiguarse y rezar un
padrenuestro por el alma de aquel desgraciado y por la protección de la suya
propia.
Al acto, el cadáver se levantó del suelo y quitándose su
falsa apariencia, se mostró tal cual era en realidad.
Era La Muerte.
Y le dijo:
“Ya has rezado. Ahora
ven conmigo”
Y dicho esto, le arrebató la vida y lo llevó al inframundo
para siempre.
Los seres mágicos, poderosos, legendarios... al contrario que el hombre, siempre, absolutamente siempre, cumplen con su palabra.
Los seres mágicos, poderosos, legendarios... al contrario que el hombre, siempre, absolutamente siempre, cumplen con su palabra.
Los misteriosos caminos de los bosques aragoneses pueden esconder desde tesoros... a la misma Muerte |
No hay comentarios:
Publicar un comentario