Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular

domingo, 17 de julio de 2016

A la reconquista !



Durante la reconquista del territorio aragonés a los musulmanes, los últimos pueblos en ser liberados fueron los de la zona de Teruel.
Es en ellos precisamente donde más mitología ha aparecido al respecto aunque tenemos este tipo de leyendas en toda la zona aragonesa.
En el año 1181 por ejemplo, la conquista de la población de Villel se realizó de modo muy parecido al explicado durante la conquista de Alquézar.
Una joven sirvienta cristiana, logró asesinar con una aguja de su pelo al alcaide moro Mahomat. Con la sangre de éste, embadurnó un pañuelo que no sería otra cosa que, agitado desde la almena, la señal a las tropas cristianas para atacar la fortaleza infiel. ¡ Genial !
El ejército cristiano, al mando de Don Martín Pérez, tomaron la fortaleza arrasando a todos los enemigos que hallaron en su interior perplejos ante la casualidad de la muerte de su alcaide a la vez que se producía el ataque cristiano.

La reconquistada fortaleza de Villel

En 1170, Alfonso II reconquistó Aguilar de Alfambra con un plan realmente maquiavélico.
En la noche más oscura, concentraron bajo las murallas del castillo de los moros todos los rebaños 
de cabras y ovejas que pudieron encontrar en la zona y les encendieron unas teas.
El ejército cristiano comenzó a hacer sonar sus trompetas y los musulmanes, lo único que vieron
era un formidable ejército formado por miles de hombres.
Se rindieron al momento.
En la conquista de Villa Vieja, se dice que fueron los moros los que utilizaron esta estratagema contra las milicias cristianas pero no pudieron engañarlos y la ciudad cayó bajo el mando cristiano de nuevo.
Una vez reconquistada la ciudad, un traidor, el juez Don Domingo de Mortón intentó venderla de nuevo a los musulmanes pero fue descubierto.
Esa misma mañana fue ahorcado en la plaza de la localidad.
No se andaban con chiquitas en aquellos tiempos, ¿ verdad ?

Alfonso II y sus argucias

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