En una ocasión, en la localidad de Torrecilla de Alcañiz un
pastor pasaba en dirección a Castelserás y se encontró con que en un momento
determinado, en una de las calles todas las ovejas y las cabras se detuvieron. Hasta
el perro se quedó quieto. El pastor no sabía qué hacer para que los animales
prosiguieran su camino, ni con gritos ni con algún varazo que otro pudo
conseguir que el rebaño reanudara su marcha. La casualidad posiblemente hizo
que el pastor, levantando la cabeza viese a un hombre, tras una ventana
haciendo lo que casi nadie hacía por aquel entonces, haciendo algo realmente
muy muy extraño en aquellos tiempos, el hombre estaba… leyendo un libro.
Un insólito y pequeño libro de tapas verdes.
Las bruxas y bruxones han guardado sus secreto en poderosos grimorios desde hace siglos |
El pastor comprendió al instante que aquel hombre estaba
leyendo el Libret, el libro de las brujas y comenzó a maldecir, a increpar al
extraño lector. A amenazarle.
El hombre, sonriendo malignamente, cerró el libró y echó las
cortinas y acto seguido, el rebaño echó a andar otra vez como liberado de una
maldición. Como si despertaran tras un profundo sueño.
En aquella misma calle, enfrente de la misma casa, le
contaron días después al pastor, que hacía unos años, había aparecido un
vendedor ambulante con un carromato lleno de artesanía y desplegando todos sus
cacharros comenzó a vender la vajilla a los transeúntes.
Torrecilla de Alcañiz |
No tardó el carromato
con la artesanía de estar rodeado de compradores pero en un determinado
momento, una extraña ave negruzca, como del tamaño de una gallina salió volando
del tejado de aquella casa y fue a posarse en un extremo del aparador. El peso
del pájaro hacía tambalearse toda la vajilla allí expuesta y el vendedor logró
espantarla con un palo. A los pocos segundos el ave apareció de nuevo y fue a
posarse al otro extremo del carro haciendo que casi se cayera la vajilla al
suelo. Las gentes iban de un lado a otro intentando espantar a la gallina y
esta volvía a aparecer en otro extremo del mostrador. Entre empujones e
intentos de asustar al ave, la gente ya habían roto la mitad de la artesanía
del carro y en ese momento, el vendedor pudo observar en la casa de enfrente a
un singular personaje leyendo en un libro.
Todos le increparon y le gritaron con fuerza y cuando el
hombre dejó de leer, cuando levantó la vista del libro,
¿ sabéis lo que
ocurrió ? Sí, lo sospecháis. La extraña ave, desapareció para siempre.
Los poderosos grimorios, algunos de los objetos más codiciados por los inquisidores |
Omg
ResponderEliminarOmg
ResponderEliminar