Lecina es un pequeño pueblecito situado en el centro de la
Sierra de Guara.
Esta carrasca formaba parte de un importante y frondoso bosque
y ya sabemos quienes habitan los bosque en el maravilloso legendario aragonés,
¿ verdad ?
Pues sí. Los onsos… los lobos… pero sobre todo, las bruxas.
Población de Lecina |
Las brujas de esta comarca eran temidas en toda la zona.
Eran probablemente de las más malvadas de cuantas había por estas comarcas. Y
una de las encinas del bosque, la más joven y pequeña de todas ellas no
permitía que las bruxas se posaran en sus ramas. Así era su carácter. Como ella
no veía bien los actos depravados de las bruxas, no las dejaba subirse en ella
a hacer sus conjuros ni reuniones.
Se dice que un día, todas las bruxas de la comarca escaparon
de allí y agradecidas como estaban a las encinas del bosque, decidieron
otorgarles una serie de favores.
Les harían un hechizo a cada encina. Lo que pidiesen. Las
bruxas les ofrecieron convertirlas en preciosas encinas de cristal pulido, para
que los rayos del sol reflejados en ellas alcanzaran la misma potencia de una
estrella.
También les ofrecieron convertirlas en encinas de oro.
Encinas relucientes de oro a la luz del sol. Y también les ofrecieron
convertirse en maravillosas encinas de hierbas aromáticas. Impresionantes
hiervas que lanzaban maravillosas y potentes aromas hacia los cuatro puntos
cardinales.
Algunas escogieron un favor, otras, otro… la única que no
quiso ningún trato con las bruxas fue la encina joven.
Ella decidió quedarse como siempre. Como una encina normal y
corriente.
Las bruxas se marcharon y ¿ sabéis lo que ocurrió ?
Con todas las encinas contentas y prometiéndoselas muy
felices, a los tres días de la marcha de las bruxas una impresionante tormenta
de rayos y pedrisco destrozo completamente en añicos a las encinas que habían
decidido convertirse en cristal.
Mientras sus compañeras lloraban por ellas, varios rebaños
de ganado se fueron comiendo a las que habían decidido ser carrascas aromáticas
y cuando ya tan solo quedaban las carrascas de oro, una noche, llegaron los
ladrones y arrancándolas, se las llevaron para no volver a verlas nunca jamás.
Tan solo la carrasca joven, la encina que decidió permanecer
normal, es la que quedó.
Datos de la milenaria carrasca de Lecina |
Y hoy, en nuestros días y con más de mil años cumplidos, es
la que hay.
La que lleva con orgullo el nombre del pueblo.
La llaman La Encina de
la Castañeda.
La Encina tiene un diámetro de más de 28 metros y una altura de 16,5 metros. Es un gigante de nuestros bosques.
Bajo su copa se han firmado importantes tratos, se han
oficiado importantes bodas y se sabe que es precisamente bajo su copa donde las
bruxas, las herederas de aquellas bruxas del Sobrarbe, se reúnen a día de hoy.
No es una maravilla...? |
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