La esterilidad siempre ha sido uno de los problemas más
importantes a los que se han enfrentado las culturas históricamente.
Era importante asegurarse la descendencia y es por ello que
los rituales de fertilidad han sido muy populares también en Aragón, cómo no.
En la actual ermita de San Bartolomé, en la población de
Candasnos, nos encontramos uno de los más importantes rituales.
La ermita es un lugar de poder, uno como otros tantos y
desde épocas muy remotas lo ha sido y el hombre siempre lo ha sabido.
Había en ella un precioso menhir y es en el siglo XV, cuando
se decide construir una ermita alrededor del mismo.
Como todos los asentamientos con dólmenes y menhires, era
una especia de templo “mágico” y así lo fue hasta la guerra civil española.
Pues la ermita, el menhir y todo que allí había fue destrozado por los
milicianos.
Los menhires. Poderosos símbolos prehistóricos |
La ermita se ha reconstruido y aunque ahora de corte algo
más moderno, desde luego el enclave siempre seguirá siendo mágico por mucho que
el hombre se empeñe en destruirlo una y otra vez.
Las fuerzas mágicas de la naturaleza son tan poderosas que
así ha de ser.
Cada 5 de Febrero, día de Santa Águeda, las mujeres acudían
a la ermita a frotarse sus partes más pudendas en el menhir y danzaban
alrededor de él, entonando algún cántico ritual o rezando alguna plegaria a la
santa y se decía que este poderoso ritual aseguraba la fertilidad de la mujer
durante todo el año.
El menhir, ha sido algo modificado también y es ahora una
pequeña piedra cuadrada en el suelo la cual hay que tocar con el pie mientras
se danza el día de la santa.
Pueden cambiar los tiempos pero como vemos, nunca lo harán
la magia ni las leyendas.
Ermita de San Bartolomé |
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