Esconjuramiento

Santa Bárbara bendita.
Que en el cielo estás escrita con papel y agua bendita.
Líbrame de las centellas y del rayo que crepita.

Esconjuramiento aragonés. Popular
Mostrando entradas con la etiqueta Moricas. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Moricas. Mostrar todas las entradas

viernes, 7 de febrero de 2020

El Aragón mágico en Aragón TV... IV

En esta ocasión los escritores Carolina Millán y Joan Rosell se desplazan y nos cuentan maravillosas leyendas desde las localidades de Guadalaviar, Orihuela del Tremedal y Bronchales.
Vírgenes, dragones, fuentes mágicas, moricas encantadas...
Adéntrate.


domingo, 11 de febrero de 2018

El pastor-cucharero



La memoria de los montañeses ha conservado fabulosas historias sobre seres míticos y mágicos.
La leyenda del cucharero es una de las más tristes de toda la zona pirenaica.
El hombre era un pastor del pueblo viejo de Canfranc. La vida del pastor era dura y peligrosa y no se podía faltar en ningún momento a la cita con la trashumancia.
En cuanto llegaban los fríos, los pastores raudos bajaban al Sur, donde la nieve desaparecía antes.
Un año, cuando Damián partió, su mujer le advirtió que a su regreso encontraría nuevo ganado.
Cuán grande fue la sorpresa de este cuando al volver a casa, meses después, se encontró con… ¡ un heredero !
Un hijo, precioso y lozano.

Trashumancia en toda la zona pirenáica

La mujer estaba esperando para bautizarlo aunque el párroco de la localidad había insistido para bautizarlo cuanto antes.
El pastor escogió llamar al pequeño con un nombre tradicional en la familia. Como se había llamado su padre.
De este modo  -pensó el hombre- el alma de su abuelo probablemente le sirva de ángel de la guarda
Se pasó el buen tiempo como una auténtica exhalación y para cuando llegaron de nuevo los primeros fríos, el pastor comunicó que no deseaba bajar a los valles a hacer la trashumancia.
Que quería celebrar las Navidades con su familia. Con su mujer y con su hijo. Como todo hijo de vecino.
El más veterano de los pastores, amenazó al pastor incluso con echarle del gremio.
Los otros pastores le decían que estaba loco y las mujeres, le daban a entender que era un mal padre y esposo.
Nuestro protagonista no había estado ocioso durante el verano y, a golpe de navaja y paciencia, había estado tallando montones de cazos y cucharas de madera de boj.
Auténticas obras maestras artesanales.

Típica artesanía aragonesa

Es así que, tal y como llegaron los fríos y los pastores bajaron a las tierras planas, él se dedicó a vender su mercancía con el fin de poder pasar las Navidades junto con su familia.
Llegó el día de Nochebuena y la verdad es que nuestro amigo había vendido más bien poca cosa.
Se le ocurrió que a lo mejor, pasando a Francia, podría allí vender algo más y nada más pensarlo, se encaminó hacia el país gabacho.
Partiendo justo antes de que saliese el sol, y con la ayuda de su gayato de pastor, llegó a Francia al mediodía y comenzó a vender. Tenía que haberlo pensado antes nuestro amigo pues resultó que las ventas en el país vecino estaban siendo fenomenales y la gente le quitaba prácticamente el producto de las manos.
Poco antes de caer la noche, el pastor, se encaminó de nuevo en dirección a Canfranc.
Era hombre curtido en los montes y conocía tanto el camino como las estrellas y partió sin miedo.
Cuando llegó el hombre a la cima del puerto, algo ocurrió.
La noche ya era cerrada y la oscuridad casi total. Tan solo la luna y las estrellas iluminaban con su reflejo la superficie negra de las aguas del ibón.
Todo era muy excepcional pues una extraña voz, parecía provenir de todos y ningún sitio a la vez.
La voz se convirtió casi en un coro de voces. Una multitud de dulce voces que parecían provenir del interior del ibón.
Parecía imposible pero lo cierto es que nuestro protagonista nada podía hacer para resistirse a la voz de aquellas misteriosas sirenas.
¿ Serían las encantarías de los lagos ? Aquellas sobre las que tantas leyendas él había escuchado en las noches pastoriles a la luz de la fogata y la luna llena.

Mucho ojito con las encantarias de los ibones !

El pastorcillo no pudo más que ir bajando en dirección a las oscuras aguas del lago. Incluso la mochila con los pocos enseres que le quedaban sin vender cayó al suelo y fueron los cazos y cucharones rodando montaña abajo.
Ven…

Ven con nosotras, ven…”
Le decían las voces ahora provenientes del fondo del ibón con toda seguridad.
El hechizo de aquellas moricas, de aquellas fades, era tan poderoso que el pobre mozo se arrojó a la lóbrega profundidad del lago y aquella fue su tumba.
Pues nunca ya jamás se supo nada del pobre hombre.
Hay quien cuenta como paseando por esta zona de los pirineos, ha podido encontrar semienterrada, algún cuchara de madera de boj.
Quién sabe.

Ibón de Bernatuara

domingo, 19 de noviembre de 2017

La morica encantada del Arco de la Hoz



De esta encantaria tenemos constancia desde tiempos medievales.
Tenemos la leyenda perfectamente localizada en la localidad de Frías de Albarracín.
Muy cerca al barranco de la Hoz, pastoreaba un mozo con sus ovejas. Era un buen lugar con buenos prados para el apacentamiento del ganado y el mozo solía llevar allí a las reses.
Allí mismo junto al barranco hay una pequeña balsa a la cual el pastorcico una mañana se acercó para beber agua.
Cuando se agachó para beber agua, contempló en el reflejo de la misma una imagen que jamás olvidaría.
Una preciosa muchacha se reflejaba sobre él.
¡ Era una preciosa mora !
Se asustó y se giró para poder verla bien. Era una muchacha joven de pelo y ojos negros y expresión triste.
La chica vestía con sedas claras y llevaba en el pelo una gran peineta que parecía ser de oro y piedras preciosas. Una peineta digna  de la más poderosa de todas las reinas moras.
El pastor se quedó inmóvil. Sin saber cómo reanimarse ante aquella visión y la morica, viendo la reacción del chico, le preguntó:
Pastorcico. Qué te gusta más… ¿ la peineta o yo ?”
El pastor, simplón como era, que no podía apartar la vista ante aquel tesoro dorado, le contestó:
A mí… me gusta mucho tu peineta…”
Y en lo que dura un parpadeo, la preciosa mora desapareció ante los ojos del mozo.
El muchacho terminó el día de faena como pudo… Sin dejar en ningún momento de acordarse de aquella muchacha y de la peineta de oro.
¿ Habría ocurrido todo realmente…?

Balsa en el Barranco de la Hoz

Con estos pensamientos, el pastor se marchó a dormir y al día siguiente, pastoreando la zona, en la misma balsa, se le volvió a aparecer la muchacha.
Allí estaba ante él. Con aquella singular belleza y con aquella peineta que relucía y reflejaba los rayos del sol tornándolos multicolor.
La morica preguntó al pastor lo mismo que el día anterior.
Lo mismo.
Pastorcico. Qué te gusta más… ¿ la peineta o yo ?”
El pastor, también asustado en esta ocasión tan solo pudo balbucear:
La peineta… es… muy bonita…”
La mora desapareció de nuevo. En esta ocasión el mozo sabía que no había soñado nada y estuvo rondando por la balsa intentando encontrar a la muchacha pero sin éxito alguno.
A la mañana siguiente el pastor se dirigió a la balsa directamente y tal y como él pensaba, la morica apareció al poco rato y le volvió a realizar la misma pregunta de los días anteriores.
Pastorcico. Qué te gusta más… ¿ la peineta o yo ?”
En esta ocasión el pastor recordó leyendas sobre moras encantadas que te ofrecen la probabilidad de conseguir grandes tesoros. ¿ Y si la fabulosa peineta era uno de estos tesoros moros ?
¿ Y si la morica no era otra que la mora encantada de la cercana Fuente Mentirosa que le estaba dando al joven la posibilidad de hacerse rico ?
El pastor no dudó ni un segundo y con estos pensamientos en la cabeza le dijo a la muchacha:
“¡ La peineta ! ¡ Me gusta mucho esa peineta !”
La morica rompió a llorar amargamente y poco a poco se fue difuminando en el aire para no volver a aparecer nunca jamás.
Ahora el joven comprendió lo ocurrido.
Pero ya era tarde.
En efecto la morica era una mora encantada y probablemente que guardase un tesoro como todas estas encantarias de las leyendas... pero sin embargo el pastorcillo no supo romper el hechizo que la ataba.
Probablemente… condenándola para siempre.

Casi imposible sucumbir a los encantos de las moricas aragonesas

domingo, 6 de agosto de 2017

La cueva de la Cantamora en Tramacastilla



La leyenda nos sitúa en Tramacastilla de Teruel. Durante la época de la reconquista.
Se dice que a la cueva, bajaba todas las mañanas la hija del rey moro del Castillo de la Peña, situado en lo alto del monte.

Ruinas del castillo en lo alto de La Peña

La joven se lavaba y peinaba cada día en la orilla de la actual acequia.
Hasta que llegaron las tropas cristianas su vida transcurrió feliz.
Una mañana unos soldados descubrieron a la joven cantando a la orilla del agua y decidieron seguirla sigilosamente.
La joven regresó al castillo a través de la cueva por un secreto pasaje que muy pocos conocían.
Los soldados contándole al capitán lo sucedido ascendieron rápidamente y éste, convino tapar la salida de la cueva y someter al castillo a un asedio.

Interior de "La Cantamora"

Con el castillo rodeado los moros no tendrían más remedio que rendirse pues al no tener ya la salida secreta, nada podrían hacer para conseguir agua y alimentos.
Era más sencillo esto que entrar luchando a través del túnel y además de este modo se evitaban bajas en el ejército cristiano.
El efecto dio resultado. Los moros no se rindieron jamás pero murieron todos de hambre y de sed. Cuando los cristianos forzaron las puertas del castillo se encontraron con una inmensa ciudad-cementerio llena de cadáveres y enfermedad.
Se dice que aún hoy, puede escucharse cantar a la hija del rey desde el interior de la cueva, aunque son muy pocos los que se adentran en ella pues ha habido casos de misteriosas desapariciones en el interior de la misma.

En algunas leyendas las moricas o encantarias, pueden ser sustituidas en otras versiones por bellas sirenas

domingo, 28 de mayo de 2017

La cueva de Chaves



En la población oscense de Bastaras, encontramos otra cueva encantada.
Bueno, no tan encantada la cueva quizás, como la morica que habita en ella.

Acceso

Desde hace siglos, se cree que es muy peligroso adentrarse en la cueva pues una morica encantada habita en ella. Una encantaria.
La cueva de Chaves tiene una boca inmensa, impresionante, colosal.
Abre su boa de más de 50 metros de longitud e invita a entrar al visitante.
Lugar mágico. De poder.
Lugar misterioso ya habitado desde tiempos del neolítico, pues se han encontrado interesantes yacimientos en su interior.
Desde hace siglos, los pastores depositan a la entrada de la cueva pan y leche, pues esta es la exigencia de la mora que vive en ella.

Moricas encantadas en todo Aragón

La mora, enamoraba a todos aquellos mozos que penetraban en su cueva y los desposaba. Se casaba con ellos mediante un misterioso ritual y estos, quedaban tan enamorados de sus encantos y de sus conocimientos sexuales, que no osaban abandonar la cueva para nada.
Pero ay amigos… esta felicidad tan solo duraba trescientos sesenta y cinco días, pues al final de estos, se dice que la mora se transformaba en una gigantesca serpiente  y terminaba devorando al infeliz novio.
Es en ese momento cuando salía para buscar algún otro pastor o campesino o paseante.
Se dice en la comarca que incluso algún hombre casado cayó en los brazos de la morica de Bastaras para no volver a ser visto nunca jamás.
Los pastores depositan esta ofrenda a los pies de la cueva para evitar que la mora los engatuse y se quede en el interior de la gruta. Eso sí… evitan entrar en la medida de lo posible.
A día de hoy la cueva se encuentra en muy mal estado y se pide que se haga algo para remediar la casi ya inevitable pérdida de tal patrimonio.
Quién sabe la morica de Chaves está realmente ayudando con su presencia a que no penetre nadie en la cueva,
 ¿ no creéis ?

Los impresionantes 50 metros...

...de la Cueva de Chaves