Pues suponemos que cuesta de creer pero, no me lo cuenten a
mí, no.
Cuéntenselo precisamente al Teniente F. “Skip” Holmes del
ejército norteamericano.
En 1973, en plena guerra fría, la C.I.A precisó de los
servicios de “Skip” como médium y sensitivo para intentar localizar las bases
secretas extraterrestres que había en nuestro planeta.
Aunque el teniente había tenido éxito en anteriores misiones
de este tipo, como por ejemplo en rescate de pilotos cuyo avión había sido
siniestrado o localización de submarinos enemigos, en esta ocasión “Skip” recurrió a la ayuda de
uno de los más contrastados sensitivos de los U.S.A, Hal Puthoff.
Hal Puthoff |
Puthoff se puso inmediatamente a trabajar y en pocos días
sus sentidos extrasensoriales habían localizado cuatro bases secretas extraterrestres
en el interior de la tierra.
La primera se hallaba en África. En el interior de la
montaña Inyangano, la más elevada de Zimbawe.
La segunda de ellas estaba oculta en el Monte Ziel, en el
norte de Australia.
La tercera de estas bases secretas, se encontraba en el
monte Hayes, en Alaska.
La cuarta era la más importante de todas.
La cuarta base secreta de las fuerzas extraterrestres se
encontraba en Aragón.
En el interior del Monte Perdido.
Monte Perdido... Base secreta de OVNIs ? |
Puthoff estuvo explicando con pelos y señales cómo los
extraterrestres entraban y salían a su antojo con sus naves espaciales desde el
interior de los Pirineos aragoneses y campaban a sus anchas.
Puthoff, con su “visión remota”, explico al Director de la
C.I.A cómo la base del Monte Perdido contaba con unos detectores de presencia
intrusa en un perímetro de 3 Kilómetros y que estas naves estaban dotadas de
algún tipo de propulsión electromagnética.
Aunque las fuerzas estadounidenses siempre lo han negado,
siempre se sospechó que durante estos últimos coletazos del franquismo,
enviaron a sus espías al Monte Perdido creemos al menos, que sin aparente éxito.