El enmarañado complejo de cuevas de Valcarca, en el término
de Binaced, ha sido un lugar mágico por excelencia.
Se han encontrado restos neolíticos en las mismas, fijaos si
viene ya de lejos el conocimiento sobre estos misteriosos pasajes.
Estuvieron de nuevo deshabitadas durante siglos y en la edad
media, volvieron a ser resididas.
En esta ocasión casi siempre por anacoretas.
Cueva de San Elías |
La leyenda nos cuenta que la hija del jurado mayor de la
población, subía todas las mañanas a buscar agua a la denominada Fuente Santa,
famosa por sus aguas limpias y medicinales.
Una de esas mañanas, de dentro de la cueva cercana a la
fuente, salió un anciano con larga barba.
La muchacha convencida de que se trataba del ermitaño, no se
asustó y se quedó un rato hablando con el viejo.
La mañana era muy fresca y el anciano muy agradable.
La sorpresa de la muchacha fue mayúscula cuando el abuelo le
dijo que era el mismísimo profeta Elías.
Le dijo que bajará al pueblo y comunicara al párroco y las
autoridades que en aquel lugar había que edificar una ermita pues Nuestro señor
así lo deseaba.
La muchacha bajó con el agua y propagó la noticia a los
cuatro vientos mas lo único que consiguió fue que se rieran de ella.
Nadie en la población le hizo caso. Ni siquiera el cura y la
chica muy triste, a la mañana siguiente, subió para encontrarse con el profeta
y contarle lo sucedido.
Elías, allí estaba y además ya conocía lo que le había
pasado a la muchacha.
La consoló y le dijo:
“No te preocupes
muchacha. Mañana por la tarde, cuando se haya puesto el sol, encárgate de que algún
mayor del pueblo te acompañe. Dile que venga a mi cueva y yo, les daré una
muestra de quién soy y de lo que tienen que hacer”.
A la noche siguiente la muchacha había conseguido despertar
la curiosidad del alcalde, de su padre y de varias de las personas más
importantes del pueblo y subieron todos a la fuente como si de una siniestra
romería se tratase.
Al llegar a la entrada de la cueva, la muchacha llamó al
profeta para que saliese pero ningún sonido provenía de dentro de la gruta.
Los hombres del pueblo, enfadados, entraron en la caverna
dispuestos a darle una buena lección al bromista y… menuda sorpresa con lo que
se encontraron.
No había rastro del ermitaño pero en su lugar lo que sí que
había era una preciosa estatua de San Elías.
Estatua de San Elías |
Subieron la estatua a lo más alto de la sierra como el
profeta le había dicho a la muchacha y allí edificaron la ermita, que aún sigue
en pie.
San Elías es el patrono del pueblo y de la Fuente Santa,
sigue manando un agua medicinal, casi mágica.
Pues que sois tan generoso
grande Elías y señor,
todo el pueblo por tu amor
alcanza dulce reposo
Ermita de San Elías sobre el complejo de cuevas de Valcarca |