También ésta población turolense cuenta con su tesoro moro.
Por supuesto no se ha encontrado todavía y ahí lo tenemos,
esperando a ser rescatado para hace riquísimo al explorador.
Hay en la localidad un singular paraje conocido la “Garrocha
Cañarda” y en este lugar nos encontramos los restos de unas curiosas tumbas y
resto de civilización musulmana e íbera.
Los lugareños conocen el yacimiento como “Las fosas de los
moros”
Las "Fosas de los moros" |
La leyenda cuenta que una anilla de oro señala el lugar
exacto donde hay que excavar para localizar el tresoro que enterraron los moros
hace siglos pero también nos cuenta que la anilla no está siempre a la vista y
que el logre verla, no puede apartar la vista de ella en ningún momento pues de
otro modo, la anilla desaparecerá y tardará años en volver a aparecer. Se sabe
que hace años, unos pastores encontraron la anilla de oro en el suelo, entre
las “fosas de los moros” y señalando el lugar con sus chaquetas, fueron
corriendo al pueblo a por instrumentos para poder cavar. Cuando llegaron las
chaquetas ya no podían señalar nada puesto que habían desaparecido y la anilla
con ellas.
Cavaron y cavaron por la zona de las fosas pero sin éxito
alguno.
Ya se sabe que el poder de estos gnomos, genios, duendes, moros... que guardan los tesoros es muy grande !
Cuánto oro enterrarían estos moros en Aragón...? |
También se cuanta la historia de dos amantes que paseando
por el lugar encontraron la anilla y conocedores de la historia de los pastores
y no queriendo repetirla, el mozo hizo que la chica se quedase allí, mirando y
señalando la anilla con su dedo mientras él iba al pueblo, a casa de su tío a
pedirle herramientas de trabajo y ayuda.
Tras mucho insistir y ver que el tío no le hacía caso, el
chico volvió al lugar donde su amada señalaba la anilla.
Nunca jamás se volvió a ver a ninguno de los dos.
Hay quien dice que los moros encargados de velar el tesoro
hicieron que la pareja traspasara la tierra y permaneciese de por vida
enterrada junto al tesoro, en ese mundo feérico que tan pocos mortales conocen.
Cuevas de Cañart |