En la población de Castillonroy habitaba hace muchos años un
terrible dragón volador.
Era conocida esta bestia como “El Dugo”
El Dugo habitaba en una cueva en lo más alto de la población
y por medio de algún extraño conjuro estaba al servicio de los señores feudales
de la zona y cuando algún campesino no pagaba los impuestos, los diezmos
correspondientes o de algún otro modo llegaba a ofender o enojar a los señores,
estos le lanzaban al Dugo.
Dragones escondidos en cuevas, también en nuestra mitología popular |
El monstruo, surgía volando desde su cueva y devoraba al
infeliz en un abrir y cerrar de ojos.
La fiera no era muy grande pero sí muy poderosa y temida.
Cada noche salía de su cueva y sobrevolaba la población.
Para recordar a todo el mundo quién era el auténtico señor
allí. Para infundir el temor y el pánico entre aquellas pobres gentes.
Sus dientes eran puntiagudos como la más picuda de las
dagas. Sus garras eran lacerantes como el más fino de los cristales.
Y su hambre y su sed de sangre eran atroces.
Su crueldad no conocía límites y el Dugo, aunque se cree que
hechizado pues estas bestias no obedecen de buena gana a nadie, disfrutaba de
los encargos de su señor.
De vez en cuando, siempre en la oscuridad de la noche, la
bestia secuestraba a alguna joven muchacha preferiblemente doncella y se la
llevaba a su cueva para devorarla o incluso al castillo quien sabe si para ser
víctima de algún satánico ritual o para ser desvirtuada allí mismo por el
malvado señor.
Castillonroy desde "La cueva del Dugo" |
Una noche de San Juan, mágica donde pueda haberlas, los
vecinos de la población subieron a la cueva y le prendieron fuego. Cuando la
criatura salió al exterior para poder respirar, entre todos, lo mataron. Con
palos, con piedras con navajas, algunos de ellos incluso a golpes acabaron con
la vida del dragón y se dice que la sangre que emanó de la terrible bestia
llegó a manchar toda la población de rojo.
De ahí vendría el nombre de Castillonroy.
Los señores del castillo, después de este ejemplo de ciudadanos
exaltados, decidieron dejar más tranquila a la población
pues ya se sabe que “Cuando las barbas de tu vecino veas
pelar…”
Los vecinos acabaron con la bestia |